Capítulo 67 "Conexión natural"

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Atuq se había acostumbrado, me esperaba siempre afuera de la madriguera, confiaba tanto en mi que me dejaba tocar a los cachorros, no abusaba de su confianza y solo jugaba con ellos un rato.

Me distraía con eso, me recordaba a las historias que me contaba Luciana acerca de los animales que cuidaba en la granja en Italia, pienso que todos deberíamos tener momentos así seguido, en dónde nos involucremos con la naturaleza.

Acariciaba a Atuq con cuidado, pero ella era muy brusca y se abalanzaba sobre mi tirándome en el suelo, su hocico húmedo me hacía tantas cosquillas que gritaba de la risa.

Mi grito fue un poco exagerado y el eco aturdió a las aves que descansaban en los árboles que salieron volando en todas direcciones, la cabaña de Betty estaba vacía, ella había salido al banco, estaba sola aqui con Atuq.

Escuché que alguien corría a gran velocidad a través del bosque y luego escuché un disparo, Atuq cayó a mi lado y debajo de ella se cernía un lago rojo que el suelo de tierra absorbía.

- ¡Silvia!, ¡¿Silvia estás bien?! - Simon me arrastraba de la ropa alejándome del cuerpo de Atuq.

- ¡¿Pero que coño has hecho?! - me levanté del suelo desesperada empujando a Simon haciéndolo a un lado.

Simon tenía una escopeta en sus manos, el sonido del disparo me había tapado los oídos, apenas podia escuchar las advertencias de que no me siguiera acercando a Atuq.

- ¡Es un maldito lobo Silvia, aléjate! - Simon me apartó y se veía dispuesto a dispararle nuevamente.

Me interpuse y forcejee con él.

- ¡¿Qué te pasa?!, ¡¿Estás loco?! - cuestioné tratando de hacer que soltara el arma.

- ¡¿Loco yo?!, ¡¿Qué haces con un jodido lobo en el medio del bosque?!

- ¡Solo estaba jugando!, ¡Tiene crías!- gritaba.

Simon al fin había dejado de forcejear, se alejó viendo el panorama y yo debía actuar rápido si no quería que la loba muriera.

Tomé mi teléfono entre mis manos temblorosas dispuesta a llamar.

- ¿A quién llamas?, ¿A un maldito veterinario? - cuestionó Simon con sarcasmo.

Las veterinarias quedaban a kilómetros de aquí y vivimos aislados de la realidad...

- Luciana no debe estar muy lejos.

- ¿Llamarás a Luciana en serio?

Esperaba ansiosa que Luciana respondiera.

- Hola, estoy manejando. - atendió Luciana.

- Devuelvete ya.

- ¿Qué pasa?

- Trae medicamentos, no lo sé, inyectadoras lo que sea.

- ¿Qué hiciste?, ¿Qué pasó? - interrogaba Luciana desesperada.

- Simon le disparó a Atuq pensando que me estaba atacando.

- ¿Atuq?, ¿Quién coño es Atuq? - cuestionaba Simon.

- Dios Silvia... Te dije que debías decirle a Riley para que estuviera al tanto.

- Ven rápido.

- Voy llegando, ve cubriendo su herida así sea con la mano, ¿dónde le disparó?

- En un costado, cerca de las costillas.

- Ok, voy para allá.

Corrí hasta Atuq y me hinqué de rodillas en la tierra cubierta de hojas secas, estaba inmóvil, débil, chillaba y la sangre no dejaba de salir, me acerqué con cuidado y llevé mi mano cubierta con la manga de mi chaqueta hasta su herida, gruñó cuando lo hice, le dolía.

Mein Schatz KönigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora