Capítulo 62 "Fuerte es el Amor"

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Narra König...

"Vieni da me, se verrai, le stelle rimarranno stelle, la luna non si cambierà con colori scandalosi né ci saranno dannose metamorfosi. Nessuno vedrà che vieni da me. Nemmeno io, perché sono già molto lontano, sono già in un altro mondo, amandoti con una furia che non puoi immaginare."

Recité de memoria, había practicado el poema que me había encontrado Silvia para Luciana tanto tiempo que ya me lo sabía, duramos mucho tiempo tratando de encontrar el indicado.

Luciana sonreía viéndome con sus ojos tiernos.

- ¿Te lo sabes de memoria? - inquirió riéndose impresionada.

- Por supuesto, si tú estás tan interesada en aprender mi idioma, yo también debo estarlo en el tuyo.

- Ese poema me suena, Silvia tiene un estilo oscuro en el arte, le gusta mucho Alejandra Pizarnik, ese parece un poema de ella.

- Lo consideré adecuado para tí.

- Saqué tu lado artístico, ¿eh? - Luciana posaba su mano delicado en mi ancho hombro.

Me reía porque era cierto, Luciana abría puertas en mi hacia lugares que no sabía que estaban dentro de mí, lugares suaves y dulces, quizás siempre hubo una parte de Luciana en mi que esperaba a ser descubierta.

Llegamos a la posada en el bosque, Luciana corrió y abrió la puerta primero que yo, escuchaba desde la entrada como vomitaba, me preocupaba, ¿tanta impresión le había causado la noticia de Mikkel?, aunque tal vez puede ser la altura del lugar, estamos en unas montañas muy altas, tal vez no esté acostumbrada.

Me acerqué al baño y toqué la puerta, sin respuesta del otro lado.

- ¿Estás bien?

- Me daré un baño, no quiero oler a vómito. - me informaba del otro lado de la puerta.

- Que extraño, ¿será que algo te cayó mal? - interrogué.

- No lo sé, es posible.

Fui a esperarla en la habitación, las paredes de la cabaña me hacen sentir en ambiente, el olor es agradable aunque un poco penetrante, las ventanas dan todas en dirección a la montaña rodeada de niebla, al fondo se escuchaba agua que caia de alguna parte de una cascada.

Me senté en el borde de la cama, es un poco dura, pero es una cama al menos, me preocupaba Luciana, era sana como un roble, no creo que algo tan simple como una comida la haga vomitar de esa manera.

Luciana había salido del baño al fin luego de casi una hora, el aroma de su cabello recién lavado me hacía sentir somnoliento, era tan relajante...

Veía que tenía entre su manos una de mis corbatas, la que usé para nuestra boda, ella sonreía con picardía, no sabía lo que quería, la veía claramente confundido.

Ella se acercó a mi, se subió a mis piernas, tomé su trasero y lo acaricié viéndola a los ojos, al parecer según mi tacto no tenía ropa interior, acercó su nariz a la mia y podía sentir su aliento suave a menta fresca y sus pechos suaves que caían un poco por la gravedad me volvían loco.

- Cierra los ojos... - me ordenaba susurrando en mi oído, causando que mi miembro empezara a endurecerse.

- ¿Ya te sientes bien? - cuestioné cerrando los ojos.

Mein Schatz KönigHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin