Capítulo 66 "Injerencia"

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Narra Ghost...

Me quedé dormido profundamente luego de escuchar los latidos calmados del corazón de Silvia junto a mi oído, me relajaban tanto que me quedé en la misma posición toda la noche.

Soñé con la luna, me encontraba en el balcón de un castillo viendo el jardín que iluminaba el cielo nocturno, de pronto la luna desapareció, y se presentó detrás de mi en forma de mujer, era Silvia, con un vestido blanco, el viento movia los vuelos del vestido al son de una música lúgubre pero hipnotizante de piano.

Su cabello plateado brillaba en la oscuridad, y yo me acercaba a ella como si estuviera hechizado, recuerdo estar completamente conciente durante el sueño, elegí seguirla, quería ver a donde iba, pero se perdió entre los pasillos, y al regresar al balcón, la luna había vuelto a su lugar.

Abrí los ojos aún somnoliento, mi corazón latía con fuerza, la sensación de vacío que me había dejado aquella ensoñación me había dejado devastado, la magia se habia ido, y me encontraba solo.

En lugar de Silvia había una almohada con su aroma a lavanda que tanto me había ayudado a dormir, ella una vez mas se había ido antes de que despertase.

Las aves cantaban, atormentandome desde la ventana incluso las aves tenían pareja, y yo abrazaba una almohada contra mi pecho como si mi vida dependiera de ello.

No sabía por qué Silvia hacía lo que hacía, ¿por qué me había ayudado con mi insomnio?, ¿cómo es que lo había logrado tan fácil?, tenía muchas preguntas y ninguna respuesta.

Me levanté de la cama con la intención de dirigirme al piso de abajo a la cocina, me detuve al inicio de la escalera al escuchar dos voces femeninas.

- Buenos días jovencito Riley. - me saludaba Betty, la anciana amable que se encargaba de la limpieza de la casa.

- Hola.

- Con razón todo estaba tan limpio, siempre que me disponía a limpiar por alguna razón encontraba todo reluciente. - concluía Silvia viendo a Betty.

- Sí, el muchachito me dijo que no te dejara hacer nada. - Betty reía dejándome en evidencia.

- Sí, no dejo que cualquiera se encargue de la limpieza. - intervenía para contrarrestar mientras bajaba las escaleras.

Betty tenía su bolso en su hombro lista para irse por la puerta trasera hacia el bosque, Silvia estaba seria pero Betty sonriente como siempre.

- ¿Ya se va? - cuestionaba Silvia.

- Sí hija, tengo más lasagna en el horno, ahí les dejo ésta que está recién salida del horno para que no tengan que cocinar.

Betty se dirigía hacia la puerta trasera y Silvia la veía con clara confusión.

- Creo que la puerta queda hacia el otro lado. - intervenía Silvia ante la aparente confusión de Betty.

- No, está bien, vivo de aquel lado.

Silvia clavó su mirada en mí exigiendo respuestas mientras fruncía el ceño.

- Sí, Betty vive en una cabaña en el bosque. - aclaré.

- ¿En esa cabaña?, no lo sabía, siempre veo la casa con las luces encendidas.

- Sí, eso ahuyenta a los lobos.

Betty se fue dejandonos a Silvia a mi a solas en la cocina.

- ¿Pudiste dormir? - interrogó Silvia mientras servía lasagna humeante para los dos.

- Sí. - respondí seco.

Me acerqué a ella por la espalda y me froté contra su trasero sintiendo como me endurecía sobre ella, ella se quedó paralizada y se sostenía del borde de la encimera.

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