Capítulo 15 "Brillante resplandor de una mente inmaculada"

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Narra Luciana...

No me sentía mal por lo que había pasado, ni siquiera me preocupaba el estado de salud de Mikel, König me había hecho un favor dándole una paliza a ese bastardado, no solo me engañó en mi propia casa, invadió mi hogar con otra mujer, me debía dinero, me humillaba y me comparaba sin importarle quien estuviese presente.

Lo único que me preocupaba era que muriese a manos de König, Mikel me había hecho cosas terribles, pero sería exagerado querer que muriese, ya con la paliza era suficiente, espero que no me moleste más.

Aguantaba la risa, sé que estaba mal pero no podía evitarlo, me sentía aliviada, él no tuve escrúpulos para hacerme daño en cada oportunidad que se le presentaba, ¿por qué me tendría que preocupar por él?

König había recibido una llamada, respondió en alemán, hubo un corto intercambio de palabras a través del teléfono y luego él colgó la llamada quedándose en silencio y congelado, me acerqué a él para saber que pasaba, él llevó si mano a su cara y hacia movimientos circulares con sus dedos sobre el puente de su nariz, sus ojos estaban cristalinos.

Fui hasta la habitación dejándolo en la sala, sentía que tenía que estar solo un momento, me senté sobre el borde de la cama preocupada, ¿qué había pasado?,König se veía triste...

Pasaron unos minutos, escuchaba sus pasos en camino a mi dirección, él se posó sobre el marco de la puerta frente a mí, se veía deshecho, veía que respiraba como si estuviera llorando, me extrañó eso, extendí mis brazos invitándolo a venir hasta mi, él se acercó, se desplomó cayendo de rodillas en el suelo, yo tomé su cabeza entre mis manos y la hice reposar sobre mi regazo.

No quería decir ni una sola palabra, me encontraba consolando a König, ¿pero cuál era la razón?, sobaba su espalda con delicadeza tratando de contenerlo, él se encontraba en silencio respirando de forma pesada, sentía sus lágrima calientes sobre mis rodillas desnudas.

- Luciana... - König había quebrantado el silencio.

- ¿Sí? - respondía introduciendo mis manos dentro de su capucha para masajear su cabello.

El cabello de König era suave, un poco ondulado y estaba medio largo, seguía acariciando su cabello entre mis dedos, para intentar relajarlo.

- Mi madre... - continuaba, su voz se había quebrado, el enterraba su rostro entre mi regazo.

König me rodeó estando de rodillas, rodeó mi cintura con sus brazos y me apretaba con fuerza.

- Tiene Alzheimer... - concluyó, subiendo su rostro hasta encontrar nuestras miradas.

El Alzheimer es terrible, degenera el cerebro hasta dejarlo vacío, sin recuerdos, es doloroso ver a un persona que no te recuerda, y que hagas lo que hagas, eso no mejorará. Las memorias son de las cosas más preciadas que podemos tener, los recuerdos de primeras veces, de momentos importantes, de personas, sensaciones, olores... Todo eso se lo lleva el Alzheimer, hasta dejarte sin nada, y las personas que rodean a un paciente con esa enfermedad, sufren, König está sufriendo...

- Dios mío König, ¿desde hace cuanto tiempo está así? - pregunté con calma, intentando no alterarlo.

- Desde hace mucho tiempo estaba teniendo algunas fallas en la memoria, pero pensábamos que no era nada grave... - König empezaba a sollozar.

- ¿Cuándo irás a verla? - intentaba animarlo tomando su rostro entre mis manos.

- No puedo ir ahora. - aseveraba frustrado.

- ¿Por qué?

- Está en Alemania, tengo que esperar hasta terminar la próxima misión para poder regresar a verla, Laswell debe entregarme una nueva documentación para poder ingresar al país...

Mein Schatz KönigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora