Cap 56

2.2K 335 34
                                    

—Bella Adeline—las yemas de los dedos de Hasan acarician mi mejilla, limpiando las lágrimas que corren por ellas—. No llores, pronto te mataré para que puedas encontrarte con el coronel.

—Bien—mi voz duele cuando hablo

Duele porque grité. Porque cuando supe de la muerte de Christopher no pude hacer más que gritar por el desgarrador dolor que sigue en mi pecho.

Siento que me arrancaron el corazón. Mi alma duele por la imagen que no sale de mi cabeza sin importar cuanto lo intente.

Él está muerto, pero Abby está viva y eso aplana un poco el dolor.

Pero no lo aplana lo suficiente como para no sentir que me desgarro por dentro.

Creí que al entregarme la que posiblemente moriría sería yo, nunca imaginé que era Christopher quien iba a morir y de haberlo sabido al menos me hubiera asegurado de que supiera que no mentía, que lo amaba realmente.

—Mi padre no era un mal hombre—dice Hasan, trayéndome de vuelta a la realidad—. Incluso creí que sentías algún tipo de atracción hacia él. Imagina mi sorpresa cuando supe que eran ustedes quienes estaban tras su asesinato.

Sudor corre por mi abdomen descubierto, y cada segundo me obligo a respirar calmada por miedo a llamar su atención.

—Te aseguro que murió feliz, no te preocupes—le lanzo una mirada de muerte—. Y tú también vas a morir, la FEMF siempre elimina a sus enemigos.

Su mano rodea mi cuello, apretando con tanta fuerza que comienzo a quedarme sin aire, lo que me hace jadear.

Aprieto la mandíbula, sabiendo que lo que haré probablemente me condene, pero rodeo las cadenas con mis manos y tiro de mi cuerpo hacia arriba.

Mis músculos protestan, arden como si estuvieran en llamas y podría gritar si tuviera aire en mis pulmones, pero me obligo a soportar mientras tiro de nuevo, levantando mi cuerpo lo suficiente para patear el estómago de Hasan y hacerlo doblarse del dolor.

Intento rodear su cuello con mis piernas para asfixiarlo, pero retrocede rápidamente, tomando ventaja debido a que el dolor en mis músculos me hace demasiado lenta.

Hasan se lanza hacia mi y me gira el rostro de un puñetazo, haciéndome caer sobre todo el peso de mi cuerpo mientras mi hombro se queja. «Si tengo que soportar más va a salirse de su lugar»

Otro puñetazo aterriza en mi estómago, haciéndome jadear por aire antes de sentir las manos de Hasan comenzar a desabrochar mis pantalones.

Y el miedo se hace presente de nuevo.

Me sacudo, quejándome por el dolor en mis extremidades, escuchando mi corazón latir con tanta fuerza que retumba en mis oídos aumentando el dolor de cabeza.

—Voy a darte una lección, perra—sisea, dándome una bofetada que me deja sin aire mientras él sigue intentando deshacerse de mis pantalones

El miedo se hace presente, clavándose en mi estómago como si de cemento se tratase, dejándome congelada mientras lo veo desabrochar el cinturón y luchar por hacer lo mismo con el botón del pantalón.

El placer de su rostro me aterroriza, me recuerda que hay hombres iguales al que me secuestró, capaces de violar y torturar por una venganza.

—¡No me toques!—grito, y mi garganta duele como la mierda, pero vuelvo a forzar mi cuerpo comenzando a patear para alejarlo—. ¡Aléjate de mi! ¡No!

No de nuevo. No quiero esto de nuevo.

Por favor, dios. Por favor. Por favor.

—¡Cállate!—me grita—. ¡Cállate antes de que también ordene matar a tu bonita familia, perra desgraciada!

Flames of passionWhere stories live. Discover now