Cap 52

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—Joder—murmura mamá mientras bajamos de mi porsche, siendo recibidos por la enorme fachada de la mansión Morgan

Es enorme. Es el lugar más grande que he visto en toda mi vida. Desprende lujo y poder por dónde sea que se le mire.

Está lleno de soldados y escoltas por todos lados, así que supongo que está lleno de gente importante ahí dentro.

—Señorita—Liam me ofrece su brazo y río, entrelazando el mío con el suyo mientras subimos los escalones

Las puertas son abiertas para nosotros, y si antes no me había quedado sin aliento, ahora si al ver el exterior lleno de mármol, detalles en oro y... lujo por dónde sea que mire.

Hay algunos camareros caminando aquí y allá, al igual que soldados en cada esquina viéndonos caminar hacia el salón principal.

—Aquí están—Reece se acerca bajando las enormes escaleras—. Es bueno verlos, todos se ven muy bien.

Se acerca a mi y me extiende su mano, así que suelto el brazo de Liam para permitirle llevarla a sus labios y besar el dorso.

»Y tú te ves preciosa—sus ojos recorren mi vestido rojo de seda—. El rojo es tu color, hermosa flor.

—Gracias—río

—Quiero hablar contigo un momento—tira de mi suavemente antes de mirar a mis padres y a Liam—. Si me disculpan, voy a robármela un par de minutos.

—Por supuesto—mamá sonríe, y sé que está encantada con Reece Morgan—, regrésala sana y salva.

—Aduladora—refunfuña papá antes de mirarme—. Estaremos en el salón si nos necesitas, princesa.

—Lo sé, vayan—asiento, dándoles una pequeña sonrisa antes de alejarme junto a Reece hacia un pasillo a un lado de la escalera—. ¿A dónde vamos?

—Tú y yo tenemos una conversación pendiente—dice y respiro profundo—. Y también quiero abrir mi regalo—señala la caja de terciopelo azul en una de mis manos

Río.

Abre una de las puertas y entramos a una pequeña biblioteca que me deja sin aliento.

Es pequeña, pero no por el tamaño, sino por todos los estantes de libros que ocupan la gran mayoría del espacio de la habitación.

—Dijiste que te gustaban las figuras de cristal y que celebrabas el año nuevo chino—le entrego la caja y él desata el lazo, descubriendo la figura del conejo de cristal—. Y también dijiste que a tu anterior pareja le gustaban los conejos—río, sacando la figura de la caja para mostrarle el grabado en la parte de atrás

Durante mi primer tratamiento estaba aterrada por la aguja. Así que mientras me la ponían Reece comenzó a hablar de Suni.

Pude notar que la amaba, que fue más que solo un amor pasajero y que esa mujer se grabó en su corazón. Así que cuando vi la figura en la tienda ayer no pude evitar pensar en sus palabras ese día.

—Suni—sus dedos acarician el nombre de su ex pareja fallecida y aprieto su brazo cuando sus ojos se ponen rojos—. Nunca...—traga—. Nunca pensé en algo así.

—Es representativo—me encojo de hombros—. Uno siempre lleva a sus amados fallecidos en el corazón, pero nunca está de más tener algo que mirar en las fechas especiales mientras los recordamos—beso su mejilla—. Feliz cumpleaños, Daddy Reece.

—Tú eres...—niega, dejando la figura en su caja antes de ponerla sobre una pequeña mesa—. Eres maravillosa, Adeline. No creí que estuvieras escuchándome en ese momento debido al tratamiento.

Flames of passionWhere stories live. Discover now