Cap 32

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Christopher
12 horas después...

—¡No puede ser que no haya una maldita forma de encontrarla!—tiro todo lo que hay en el escritorio, sintiéndome iracundo por la ineptitud de estas personas—. ¡Somos la mejor rama judicial del maldito mundo y no podemos encontrar a una de nuestras soldados!

—Cálmate, Christopher—me pide Bratt, mientras Patrick consuela a su esposa que llora en un rincón. «No es momento para llorones, Adeline está secuestrada y hay que traerla de vuelta»

Han pasado doce horas. Doce malditas horas y no hay ningún rastro de ella o del asesino. Es como si hubieran desaparecido de la maldita faz de la tierra y eso es jodidamente imposible.

—¡Y una mierda!—empujo a Bratt lejos de mi—. ¡Todos ustedes son unos malditos ineptos, y si no pueden encontrarla, yo lo haré!

Tomo mi arma, pero Alex se me viene encima intentando derribarme para evitar que salga de la oficina del FBI en Nueva York.

—¡Contrólate!—me grita—. ¡Eres el Coronel y tienes que permanecer calmado!

—¡No!—rujo, empujándolo de tal forma que lo hago tropezar hasta que Simón lo ayuda a estabilizarse—. Llevamos doce horas buscándola, para este momento ella...

La palabra ni siquiera sale de mi boca. Me niego a pensar que esa maldita mujer esté muerta. Se lo prohibo.

—Ella no está muerta—la voz de Liam irrumpe en la oficina

—Lárgate—siseo, caminando hasta él y derribándolo con un puñetazo

Él se levanta rápidamente y se me viene encima, tirándome al piso antes de devolverme el golpe, pero apenas lo siento. «No es nada comparado con el maldito dolor en mi pecho»

—¡Escúcheme, coronel!—me grita, pero le doy un codazo en la nariz que lo hace alejarse de mí

—¡Ya basta!—una voz femenina llama la atención de todos, y vemos a Alexa acercándose a nosotros—. ¡Mi hermana está secuestrada y ustedes pelean como cavernícolas en lugar de estar buscándola! ¡Si tanto la quieren, tráiganla de vuelta, carajo!

—Ella estaba con él, la dejó sola—tomo a Liam de la camisa y lo golpeo contra el piso mientras él lleva sus manos a mi cuello, apretando con fuerza mientras el aire comienza a faltarme—. ¡Es tu maldita culpa!—escupo—. ¡Voy a matarte si algo le pasa!

—¡Tenemos el lugar!—gruñe—. La rastreamos, sabemos dónde está.

Y eso me hace soltarlo.

Gauna y Alex me toman de los brazos, alejándome del general, que me lanza dagas con los ojos mientras se levanta.

»Tengo un equipo preparado—dice—. Vine a avisar por Alexa, pero si por mi fuera no estaría aquí perdiendo el tiempo contigo.

—¡Pero aquí estás!—le reprocha la hermana de Adeline—. ¡Maldita sea ustedes dos. Busquen a mi hermana, joder!

Me zafo del agarre de Gauna y Alex, haciéndolos retroceder con unas expresiones de asombro que solo me enfurecen muchísimo más. «Par de imbéciles inservibles»

—Vamos contigo—gruño—. No está en discusión, la FEMF irá, y quiero a dos tropas del FBI acompañándonos.

—No podemos hacer eso—me recuerda el inútil de Bratt—. La CIA ya está en esto, no podemos meter al FBI...

—¡Ya sabemos que siempre te quedas sentado como un marica llorón!—le grito, harto de escuchar su irritante voz—. ¡Si no vas a ser útil lárgate, pero yo voy a meter a quien se me de la gana en esto! ¡Si yo digo que dos tropas del FBI van con nosotros, así se hará y ni siquiera el jodido dios va a impedirme hacerlo!

Salgo de la oficina, mirando al hombre a cargo, de la edad de Alex pero mucho más demacrado.

»Dos tropas vienen con nosotros al rescate, no está en discusión—ordeno—. Quiero a los hombres abajo en cinco minutos o voy a quemar el edificio hasta los cimientos con todos ustedes dentro.

—Christopher, hijo—Alex toma mi brazo, pero me alejo de él—. No podemos hacer esto, entiéndelo. Confórmate con la maldita CIA, nosotros no podemos...

—Mírame hacerlo—lo miro a los ojos, retándolo a contradecir mi orden. Me enderezo en toda mi altura, que es apenas un par de centímetros más arriba que él—. Mírame matar a todo el que se interponga en mi búsqueda de Adeline.

Y con eso, me doy la vuelta y me alejo, mentalizándome para tomar a Adeline de inmediato y llevarla a casa.

«Solo espera un poco, Nena, solo un poco más»

Flames of passionWhere stories live. Discover now