Cap 12

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—¿Qué pasó con el trato?—murmuro sentándome en la cama

Christopher se remueve, volteándose a verme mientras juego con el anillo que adorna mi dedo. «Que suerte que no es el de Arthur, ese me encantaría lanzarlo a algún lado del desierto»

Pasó un tiempo antes de que pudiera salir del baño. Me duché y pensé mucho, y por eso intentaré remediar el daño que haya causado mi ausencia.

—Los convencí de que te habías enfermado a último momento—responde—. Aceptaron el trato, y las órdenes son esperar dos semanas antes de pedir una reunión con su jefe.

—Entonces volvemos a Londres y retomamos en dos semanas—suspiro y asiente—. Si quieres castigarme por lo de hoy, lo aceptaré. Puse en riesgo la misión y debo enfrentar las consecuencias.

Me mira fijamente, y lleva mucho de mi fuerza no removerme o darle la espalda ante lo pesada que es su mirada. Sus ojos brillan con curiosidad, pero logra erizar mi piel en menos de nada.

—No—niega—. Yo también lo jodí, y peor que tú, así que no voy a castigarte por eso. Estamos a mano ahora.

—Bien—suspiro—. Yo...

—No quiero escuchar una disculpa o cual sea la mierda con la que quieras esquivar lo que pasó—me corta—. Pasó y ya esta. Ni siquiera hemos follado, y si lo hacemos, prefiero no escucharte llorar por tu infiel prometido.

—Yo prefiero no escucharte nunca más, pero ya ves—siseo—. No iba a decir que me arrepentía de lo que acaba de pasar, solo iba a decir que me gustaría que mantuvieras tu distancia.

—¿Distancia?—entrecierra los ojos apretando la mandíbula—. Di de una maldita vez qué consigues con esto y deja de hacerte la correcta.

—No me hago la correcta, Christopher—respiro profundo—. Deja de ofenderte por todo esto, no es nada personal.

Toma mi muñeca y tira de mi hasta dejarme boca arriba en la cama, con él cerniéndose sobre mi, mirándome con furia.

—No es nada personal—se burla y enarco una ceja ante su pequeño show dramático—. Dime qué quieres, Adeline, sé directa.

—Muy bien—suspiro, tiro de mi mano, obligándolo a soltarme antes de posarlas en sus hombros, logrando que sus pupilas se dilaten—. Quiero venganza, eso quiero.

Mis manos bajan por su pecho y sonrío al notar como su respiración se acelera poco a poco, dejándome saber lo mucho que le afectan mis manos sobre él.

»Quiero verlo perder a la única persona que lo ha apoyado, amado y cuidado cuando no tiene a nadie más—lo miro directamente a los ojos—. Y esa persona soy yo. Pero no voy a ir a reclamarle, quiero la satisfacción de saber que alguien más tiene lo que él fue el primero en poseer.

—Quieres pagarle con la misma moneda—asume y asiento, paseando mis manos por su abdomen—. ¿Con quién?

—Con alguien a quien odia por acercarse a lo que llama suyo—humedezco mis labios antes de meter mi mano dentro de su pantalón, tomando su polla en mi puño haciéndolo gemir

—Pídelo, Adeline—gime y niego, bombeando su polla con fuerza y rapidez, logrando arrancarle jadeos y sonidos que me humedecen—. Dime que quieres que te folle.

—Por supuesto que quiero, Coronel—beso su mandíbula—. Me encantaría, pero va a tomarte más que un par de palabras lograr tenerme.

Mueve sus caderas, frotándose contra mi mano, lo que me hace apretar mi agarre haciéndolo temblar cuando aumento la velocidad de mis movimientos.

»Tú me deseas a mi mucho más de lo que yo a ti, Christopher—rozo sus labios con los míos haciéndolo jadear—, y quiero algo de ti; pero la pregunta es... ¿puedes dármelo?

Su mano detiene la mía y me mira fijamente a los ojos mientras muerdo mi labio.

—¿Qué quieres?—cuestiona

—No estoy con hombres casados—me encojo de hombros—, quizás quiera darle una cucharada de su propia medicina a mi prometido, pero no voy a hacerle a otra mujer lo mismo que me hicieron a mi. Así que, tengo dos condiciones.

—¿Condiciones?—bufa—. Esto no es un jueguito...

—Cállate, no me interesa tu pobre intento de hacerme sentir inferior—presiono su polla y maldice jadeando—. Dos condiciones, Christopher, y podrás tenerme. Uno, tienes que ser completamente libre, sin ningún papel que te vincule con Sabrina Lewis; y dos, quiero una prueba de ETS. No te ofendas.

—No me ofendo—gruñe—. Y necesitarás más que ser una caprichosa para obligarme a hacer eso, Adeline—se burla—. ¿Todo por un coño? No, no vale la pena.

—Bien—lo suelto y lo empujo a un lado antes de meterme bajo las sábanas acostándome de espaldas a él—. Buenas noches, Coronel.

***

Londres, Inglaterra.

—¿Estás bien?—Alexa me abraza cuando bajo de la camioneta y sonrío devolviéndole el abrazo—. Recibí tu mensaje, ¿quieres que vayamos por un café?

Le escribí a mi hermana inmediatamente después de bajar del avión. Necesito desahogarme sobre lo que pasó y nadie va a entenderme mejor de lo que ella lo hace.

—Tenemos que presentar el informe—Christopher se acerca y sigo mirando a mi hermana

—Ya hice mi parte, Coronel, la tiene en su correo—le informo entrelazando mi brazo con el de Alexa—. Si me disculpa, me dieron el resto del día libre.

No estoy para lidiar con él, por eso mismo adelanté el informe y así poder mantenerme el resto del día lejos de él.

—Adeline...—sisea y me hago la desentendida

—Nos vemos luego, Coronel—tiro de Alexa lejos del idiota y ella frunce el ceño mirándome entre confundida y preocupada—. Quita esa cara, hermana, simplemente no nos llevamos bien.

Mi actitud no tiene nada que ver con lo que pasó, simplemente creo que lo mejor es mantener mi distancia con él, al menos todo dentro de lo que cabe.

—Hay que tener un don para soportar a Christopher—suspira—. Patrick lo quiere mucho, y por consiguiente yo también, no es tan malo como crees.

—Nunca dije que fuera malo—me encojo de hombros—. Pero si es un imbécil. Prefiero mantener mi distancia con él.

«Claro, Adeline, sigue repitiéndote eso»

—Si, es lo mejor—ella asiente y suspiro mientras entramos a la cafetería de la central

Ambas pedimos nuestros cafés, y una vez los tenemos en nuestras manos salimos al patio, en busca de alguna mesa libre para poder sentarnos a hablar.

—Tus ojos ya no brillan como antes—comenta y respiro profundo—. Brillaban antes de que te fueras, ¿qué pasó?

¿Qué no pasó?

Flames of passionWhere stories live. Discover now