Cap 19

3K 367 22
                                    

Los ojos de todos se fijan en nosotros en el momento en que entramos al club.

Hay solo luces rojas iluminando todo el lugar, pero son las suficientes para darle una digna iluminación a las tarimas elevadas donde hay chicas enjauladas con trajes que apenas cubren su cuerpo, bailando en lo tubos dentro de las jaulas; por otro lado hay chicas en lugares más apartados y privados haciendo algunos streaptease

Las meseras van vestidas con pequeños trajes de camareras que revelan gran parte de sus traseros, pero lo que más llama mi atención es la zona de arriba, dónde hay hombres apoyados en la baranda mirándome fijamente

Levanto la barbilla, caminando tranquilamente junto a Christopher como si este fuera mi pan de cada día.

Hasan es quien se acerca a nosotros, pero sus ojos están fijos en mi, recorriendo mi cuerpo de pies a cabeza una y otra vez.

Cuando está frente a nosotros puedo ver que aprieta sus manos en puños como si intentara no tocarme, pero sus ojos... oh, sus ojos son como las ventanas a sus pensamientos y en este momento el hombre se pregunta qué se sentiría tenerme en su cama.

«Si, no existe posibilidad alguna de que eso pase, querido»

—Bienvenidos—nos dice, enderezándose como si se diera cuenta de que acaba de perder la cordura por un momento, lo que lo lleva a poner una expresión completamente seria—. ¿Quieren algo de beber?

—Un martini para mi—pido y él asiente, haciéndole señas a un chico que se acerca de manera apresurada, bajando la cabeza para no mirarlo a la cara

—Lleva un martini arriba para la señorita y al señor...

—Un escocés—contesta Christopher

—Perfecto, subamos, mi padre los espera—se encamina hacia las escaleras y ambos lo seguimos mientras me doy un momento para analizar a los clientes

En su gran mayoría hombres de mayor edad y algunos que lucen como si jamás en su vida hubieran tocado a alguna mujer. Pero, por otro lado están los que parecen ejecutivos y tienen accesorios muy caros como Rolexs o cadenas de oro en sus muñecas y cuellos

Christopher se mantiene detrás de mi por apenas poco espacio mientras subimos las escaleras, parece calmado y frío.

Lo de siempre.

Cuando llegamos a la cima de las escaleras, un hombre en traje, enorme, probablemente tres veces más grande que yo, asiente en dirección a Hasan y se hace a un lado para dejarnos pasar.

Arriba hay un bar privado, y es Simón quien lo atiende luciendo bastante tranquilo y confiado en su área.

Hay tres mujeres sobre los regazos de tres hombres sentados en unos sofás de cuero en la esquina, pero hay un hombre completamente solo, con un trago en su mano mientras su vista está fija en mi.

«Santísimo cristo...»

El hombre es como una versión apenas desmejorada de Alex Morgan. Su cabello es completamente blanco, pero sus facciones son marcadas, con unos ojos negros y una mirada que promete mucho en mi dirección.

Viste solo pantalones negros y una camisa formal blanca, pero hay un rolex de oro en su muñeca izquierda y desde aquí puedo ver un cuerpo bastante fornido, pero sobretodo, la marca en su cuello que lo identifica como el jefe.

Omar Yassid.

Y una mierda, ese hombre no puede estar tan bueno. Me niego.

—Padre, estos son Rose e Ibrahim Dahmani—nos presenta Hasan antes de tomar asiento

Flames of passionWhere stories live. Discover now