Cap 18

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Marruecos.
Dos días después...

—Que agradable verlos de nuevo—dice Hasan cuando nos sentamos frente a él y sus hombres

—Igualmente—responde Christopher sonando muy poco sincero, lo que hace que Hasan lo mire con una sonrisa burlona

Estamos de vuelta en Marruecos, retomando el "negocio" con los Yassid.

Estuvimos investigando un poco sobre lo que hacen por aquí y qué otros negocios tiene Omar, y la razón de la apatía de Christopher, más de la usual, es el conocimiento sobre la red de trata de blancas y prostitución de los Yassid.

Oh, cuántas ganas tengo de cortarle la polla al bastardo frente a mi por atreverse a engatusar a adolescentes para luego obligarlas a trabajar en sus clubes sexuales.

Las seduce, las lleva a la cama y al día siguiente les muestra una grabación de ellas follando con él, lo que por supuesto alarma a las niñas; así que las manipula y les asegura que tienen que trabajar por cierto tiempo en el club antes de que él borre el video.

Pero nunca lo hace, y ellas trabajan ahí de por vida.

—Tu esposo nos dijo que estabas enferma en la última reunión—dice Hasan en mi dirección—. Aquí creemos que cuando la esposa se enferma durante los negocios es porque espera un bebé.

Levanto las cejas.

—Ajá, lástima que eso no es posible—la mentira se desliza por mis labios tan fácilmente como si de una verdad se tratase—. Tengo una ligadura de trompas temporal, tendremos hijos cuando nos sintamos listos para ellos.

—Oh, eso es bueno—ríe—. Pero, ya sabes, los niños siempre son una bendición.

Depende. No siempre lo son.

Y claro, como no es él quien tiene que embarazarse, soportar los cambios en el cuerpo y luego sacar a un ser humano por su vagina, por supuesto que lo considera una bendición. «Hombres idiotas»

—Si, por supuesto—le doy una sonrisa amable

—¿Tu jefe está complacido con el negocio?—pregunta Christopher, desviando la atención de mi—. Estoy ansioso por conocerlo, he escuchado mucho sobre él y sus... negocios.

Hasan sonríe de forma egocéntrica, lo que rápidamente genera una desaprobación en mi interior. «Es demasiado confiado, y oh, eso será su maldito fin»

—Por supuesto, la reunión es esta noche en uno de nuestros clubes—me mira—. Pero no sé si quieras llevar a tu esposa, hay mucha... tentación.

Se lame los labios, mirando mis labios y luego mis pechos, respirando profundo antes de volver a mirar a Christopher.

Pero este pasa su brazo por mis hombros, asintiendo distraídamente mientras se inclina, rozando sus labios contra mi sien.

—Ella es una chica obediente—le dice—. Te sorprendería cuánta de esa tentación le agrada a mi esposa.

—Vaya—los ojos de Hasan brillan—. Entonces tu esposa es una joya.

—Todo para complacer a mi esposo—me apoyo contra Christopher, levantando mi rostro para recibir el beso que deja en mis labios—. Es lo que una esposa debe hacer, ¿no es así, cariño?

La diversión brilla en los ojos de Christopher al reconocer la forma en la que llamo a Arthur, y él asiente lentamente, deslizando su mano hacia mi espalda antes de volver a mirar a Hasan y darle una sonrisa engreída.

—Como dije, chica obediente.

Y una mierda.

***

—Adeline, confirma si el auricular te funciona—escucho la voz de Patrick en mi oído mientras Christopher estaciona frente al club

—Confirmo, ¿todos en posiciones?

—Así es, Simón y Laila esperan dentro como refuerzos. Bartender y Bailarina—me informa y respiro profundo. «Hoy es el día»

Las órdenes de Londres cambiaron. Omar Yassid se encuentra en negociaciones con la Bratva, así que hay orden directa de asesinarlo en la primera oportunidad que tengamos.

Pero lo ideal sería esperar hasta que el helicóptero de la FEMF esté sobre nosotros para sacarnos de aquí una vez el trabajo esté hecho.

Durante nuestra investigación, Christopher descubrió que a Omar le gusta darle una cálida bienvenida a sus socios, por lo que se aseguró de poner a una de las nuestras, Laila, como la chica que será ofrecida a él como regalo.

Y Simón está para darnos respaldo en caso de que algo salga mal. Aunque Christopher y yo analizamos este plan al derecho y al revés una y otra vez para asegurarnos de que no haya margen de error.

Ninguno de nosotros ha fallado alguna vez, y esta no será la primera vez que eso pase.

Deslizo mis manos por mi vestido, preparándome para el show que haremos hoy y mentalizándome para cumplir con el objetivo.

—¿El objetivo era distraer a los hombre de Hasan?—pregunta Christopher dándome una mirada de reojo y río. «El vestido es... un poco revelador»

El vestido negro tiene un escote muy, muy profundo, revelando la piel de mi abdomen y parte de la de mis pechos gracias a las dos tiras de tela que salen desde mi cintura. Las mangas son largas, pero también son un poco caídas, revelando la piel de mis hombros, y la falda mucho por encima de lo usual, apenas unos centímetros por debajo de mi trasero.

—Dijiste que me pusiera algo sexy—le recuerdo cuando termina de estacionar y se gira para verme, repasando mi cuerpo con su mirada—. ¿No te gusta?

—Sería un mentiroso si dijera que no—su mano se extiende y roza en valle de mis pechos con sus dedos antes de tirar suavemente de la tela que apenas cubre mis pechos, asintiendo en aprobación cuando nota que hay un fácil acceso a ellos—. Quédate cerca de mi, no quiero arrancarle la mano a nadie por intentar tocar a mi esposa.

Río desabrochándome el cinturón para inclinarme y unir nuestros labios, permitiendo que su lengua se adentre en mi boca, acariciando la mía con avidez y rudeza, haciéndome gemir mientras deslizo mi palma por su pantalón, acariciando su polla. «Joder, como me encanta lo bien dotado que está»

—¿Eres un esposo celoso, Christopher?—pregunto contra sus labios y asiente, mordiendo suavemente mi labio inferior—. Eso es encantador, pero me gustaría que no le arrancaras la mano a nadie hoy, ¿por favor?

—No prometo una mierda—bufa, rodeando mi cuello con su mano y acariciando mi línea de pulso con su pulgar—. Eres mi amiga, y mi compañera, así que si debo arrancarle la mano a alguien por tocarte hoy, lo haré.

Parece que nuestra relación de amigos se está estrechando, y estamos en el punto en que actuaríamos de cualquier forma para protegernos mutuamente. Agradezco y respeto eso. Christopher no es tan malo.

—Okey, fue suficiente—Patrick finge una arcada y ruedo los ojos volviendo a mi asiento—. No necesito escuchar a mi cuñada follando con mi mejor amigo, háganme ese favor.

Por supuesto que Patrick lo sabe, hace un día estábamos en la oficina de Christopher y él me estaba follando contra la pared cuando Patrick entró.

Luego de casi golpear a Christopher por follar conmigo, se relajó y nos pidió que por favor nunca lo hiciéramos elegir un bando.

Creo que se hace ideas equivocadas. Christopher y yo somos amigos, no una pareja que pelea y obliga a sus amigos a escoger un bando. «Y, oh, yo nunca estaría involucrada románticamente con un hombre como Christopher; seríamos como perros y gatos»

Nos entendemos bien en el sexo y en la amistad, pero hasta ahí.

—Bah, aburrido—me burlo de mi cuñado mientras Christopher sale del auto y se dirige a mi puerta

—Ven—me extiende su mano cuando abre la puerta y la acepto—. ¿Lista?

—Si, pero me encantaría no tener que matar a nadie si te metes en problemas—engancho mi brazo al suyo—. Eres un buen amigo y te salvaría, pero detesto salirme del plan.

—No prometo nada.

Flames of passionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora