Cap 65

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—¿Te sientes mejor, mi corazón?—mamá besa mi frente cuando me acerco a ella en el comedor, y asiento ofreciéndole una pequeña sonrisa—. Tu padre tiene algo que decirles.

Mira sobre su hombro, lanzándole una mirada a papá que lo hace apretar la mandíbula mientras mira de mi a Christopher.

—¿Quieres café?—le ofrece a Christopher y este enarca una ceja, pero asiente

Veo a papá a punto de levantarse a prepararlo, pero por prevenir yo me adelanto y camino a la mesa de café, sirrviendo el líquido antes de comenzar a preparar su taza.

Es capaz de envenenarlo.

»William—sisea mamá, y puedo ver a mi cuñado sonreír con diversión cuando papá suspira derrotado. «Patrick pasó por algo similar. Casi se orina en los pantalones cuando Alexa lo llevó a casa por primera vez y papá lo recibió con su uniforme y armas»

Papá se acerca a mi, y entrecierro los ojos cuando besa mi sien.

—Para nadie es un secreto que mis hijas son mis mayores tesoros—mira a Christopher y yo me volteo para poder verlo también—. Alexa hizo su vida a muy temprana edad, yéndose de casa a los dieciocho para unirse a la élite Londinense por un par de años, luego a la mexicana y luego de nuevo a la Londinense. Se casó, hizo su familia y...—suspira— consiguió un buen hombre, que la trata como ella merece.

Patrick sonríe, besando la mejilla de mi hermana, que también sonríe ampliamente.

»Pero Addie...—suspira, tomando mi mano y poniéndome frente a él—. Addie siempre soñó con cuentos de hadas y un príncipe azul—sonríe con tristeza—. Arthur no lo fue, y sin duda tú no lo eres ni lo serás.

—Papá...—intento hablar, pero niega

—Heriste a mi hija—aclara y respiro profundo, viendo a Christopher apretar sus manos en puños—. La heriste muy profundamente, pero ella es una chica fuerte, con una coraza de hierro—me sonríe—. Sin embargo, Christopher, no estoy contento con esto.

—Lo sé—los ojos de Christopher reflejan ironía, pero sus palabras salen comprensivas. «Idiota»

—Respeto a tu familia, pero los conozco lo suficiente para saber que un Morgan no es lo que quiero para ella—mira a mamá y respira profundo—. Pero Adeline es una adulta, y lo que hice esta mañana me demostró que te ama lo suficiente como para gritarme por intentar hacerte daño. No mentiré y diré que la puntería no me falló—se encoge de hombros—, porque si lo hizo.

Niego con desaprobación, conteniéndome de no decir nada para no armar un escándalo cuando se supone debe ser una conversación tranquila.

—Por dios—Alexa niega y Patrick aprieta los labios para no reír

—Solo ella y tú saben las... extrañas razones por las que te ama—rueda los ojos—. Y la verdad es que Patrick ha hablado muy bien de ti, igual que mi hija mayor—mira en dirección a Alexa y Patrick—. Pero lo que más me interesa...—me mira— es lo que ella tiene para decir.

Asiento. «Quiere que defienda mi punto, que le demuestre si soy capaz de dar la cara por él ante la familia porque para él esa es la prueba de fuego»

—Yo... tengo bastante claro que Christopher no es un príncipe azul—resoplo—. Pero no siempre nos enamoramos de quien queremos hacerlo, sino de quien nuestro corazón dice. Y sinceramente, papá, yo...—trago— amo a Christopher por lo que es.

»No necesito un príncipe azul, necesito a alguien que me ame incondicionalmente, que ponga su cuerpo como escudo para protegerme, que me ame tan intensamente que sea capaz de amenazar a la CIA para buscarme—miro a Christopher, y él respira profundo—. Dios sabe que he intentado dejar de amarlo y simplemente no puedo, me hago daño a mi misma en el intento.

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