Cap 51

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—¿Cómo dices?—frunzo el ceño ante la petición de Parker—. No hay forma alguna de que yo vaya ahí, lo siento...

—Adeline, es solo un favor—insiste—. Tengo que resolver cosas con la tropa y no puedo hacerlo si estoy en una reunión con Christopher. Es por la misión.

—Yo puedo encargarme de la tropa—ofrezco—. Así puedes ir tranquilamente a tu reunión con el Coronel...

—Tú puedes contestar sus preguntas mejor que yo—toma mis hombros y me mira a los ojos—. Por favor. Te prometo que te deberé un enorme favor.

—Me ayudarás con mi traslado—pido a cambio—. Vas a convencer al ministro para que me deje ir a Miami.

Parpadea, pareciendo dudoso sobre poder convencer a Alex Morgan, pero asiente luego de un par de segundos.

—Bien, trato hecho—me entrega las carpetas—. Solo tiene que firmar y hacer algunas preguntas de rutina, no será mucho tiempo.

—Más te vale—resoplo, rodando los ojos—. Dios, no te soporto en este momento, vete—lo empujo en dirección a los elevadores y él me lanza un beso antes de entrar—. ¡Más te vale que esos soldados tengan un excelente rendimiento en la misión!

—Te lo prometo—asiente mientras las puertas del elevador se cierran

Respiro profundo, girándome para ver el piso de las máximas autoridades de la central, mientras que en el piso de arriba hay dos oficinas destinadas al ministro y la viceministra en caso de que quieran quedarse por un tiempo.

Parker me pidió venir aquí, casi fue una emboscada, y ahora tengo que reunirme con Christopher porque falta poco para la misión y él tiene que aprobarla y verificar que no halla ningún error.

No hay errores, Parker y yo planeamos todo. Pero al parecer Gauna insiste en que debe pasar por manos de Christopher.

«Igual tendrás que verlo esta noche, no pasa nada» me animo, pero mi corazón martillea tan fuerte en mi pecho que puedo jodidamente escucharlo.

—Buenos días—saludo a Laurens, la secretaria de Christopher—. ¿Puedes avisarle al coronel que quiero verlo, por favor?

—Buenos días, capitana Johnson. Por supuesto—me ofrece una sonrisa amistosa y mis ojos recorren a los escoltas de Christopher, que esquivan mi mirada como si algo hubiera pasado

Bueno, me vieron salir llorando ese día del departamento de Christopher. Eso es lo suficientemente penoso para que no quieran verme a la cara.

Pero aquí soy una soldado, soy autoridad, y la realidad es que poco me importa lo que piensen de mi. Que crean lo que quieran, eso no me alimenta.

—Capitana, el coronel la espera—la voz de Laurens suena nerviosa mientras me acerco—. No ha estado del mejor humor, tenga cuidado—me advierte en voz baja

—Nunca está de buen humor—me encojo de hombros y ella ríe mientras cierro la puerta detrás de mi. Carraspeo—. Buenos días, coronel.

Hago el debido saludo y no espero su respuesta, simplemente me acerco y dejo los papeles sobre su escritorio.

—Buenos días, Johnson—asiente, sin fijar sus ojos en mi—. ¿Haciendo el trabajo de Parker?

—Es solo un favor, está ocupado con los detalles del entrenamiento para la misión—me mantengo tranquila, sin dar muchas vueltas

—Que profesional—sus ojos se levantan a los míos y respiro profundo cuando mi corazón comienza a acelerarse—. Todo queda profesional, ¿no es así?

—¿Es una orden?—pregunto

—Una petición—toma las carpetas—. Toma asiento, voy a leerlo antes de firmar.

Flames of passionWhere stories live. Discover now