Capítulo 74

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Salgo de casa a eso de las diez tras haber conseguido la dirección de las chicas de Twice. He tenido que mentir a Cielo para que me llevara allí, no quiero alarmar la antes de tiempo, al menos hasta que no averigüe que pasa con su hermana. Hace unos segundos me ha dejado frente a la puerta de la casa, hago como que me estoy colocando la chaqueta mientras observo como su coche se pierde por la esquina. En cuanto me cercioro de que no le ha dado por quedarse presa de la curiosidad, me acerco y subo las pocas escaleras de la entrada como puedo. En cuanto estoy frente a la puerta, unos gritos provenientes del interior me asustan, agudizo el oído, distingo la voz de Sana y Jihyo.

–¿¡Puedes mirarme mientras te hablo!?– exclama molesta Sana.

–¡Que me dejes en paz, joder!– se queja Jihyo inmediatamente.

–No sé porqué diablos estás haciéndome esto, pero escúchame muy bien Jihyo...– comienza a decir Sana –No pienso aguantar tu actitud de niñata inmadura, olvídate de mí, ¿quieres?–

Abro mucho los ojos al escucharla, la conozco de poco, pero nunca la había visto tan enfadada, ella es un amor. Unos pasos apresurados se acercan hasta la puerta y esta se abre de golpe, dejándome frente a frente con Sana.

–Hola Ruby– me saluda la chica tratando de tranquilizarse –Ella está dentro, debo irme–

Dicho esto, baja las escaleras rápidamente y se adentra en uno de los coches que hay aparcados frente a la casa. Observo el vehículo perderse a toda velocidad por la calle, no entiendo qué pasa, pero estoy segura que nada bueno. Con cuidado me adentro en la casa, cerrando la puerta tras de mí, todo está en silencio, salvo por los sollozo de Jihyo, quién está sentada en uno de los sillones del salón. La chica se sobresalta al escuchar el repiqueteo de la muleta, levanta la vista y se extraña al verme. Sus ojos están rojos e hinchados, y no solo por estar llorando ahora.

–Ruby– murmura con la voz entrecortada –¿Qué haces aquí?–

–Vengo a verte– murmuro mientras me acerco hasta el sillón –Jihyo, ¿Qué anda mal contigo? No solo Cielo se ha dado cuenta, todos lo hemos notado...–

La chica me mira durante unos segundos, nuevas lágrimas comienzan a brotar de sus ojos y no puede evitar romperse otra vez. A pesar de no conocernos de mucho, la hermana de mi amiga me abraza por la cintura y esconde su cara en mi pecho, soltando todo lo que lleva dentro en forma de llanto. Dejo la muleta a un lado y la rodeo con mis brazos mientras dejo leves caricias en su espalda y brazo, dándole todo el consuelo que puedo.

Dejo que se desahogue cuanto quiera, hasta que ella misma se aparta y limpia sus lágrimas, está algo más tranquila.

–Eres demasiado buena con todo el mundo– murmura Jihyo soltando un suspiro –No merecías todo lo que te ha pasado. Al lado de tus problemas, lo mío no es nada–

–Eh, no digas eso– le riño mientras acaricio su espalda –Cada persona afronta los problemas de manera diferente, no hay que comparar, lo que uno siente y sufre es igual de válido–

–He llegado a mi límite Ruby, ya no puedo más– murmura la chica tratando de no romperse de nuevo –Estoy alejando a las personas que amo, y todo porque tengo miedo, soy una cobarde–

–¿Miedo?– pregunto tratando de entenderla –Sé que no somos amigas, pero puedes hablar conmigo, no estás sola Jihyo–

La chica posa su vista en mí, al principio parece dudar, pero finalmente comienza a contarme.

–Estoy demasiado estresada, ser líder no es nada fácil y más cuando te obligan a hacer cosas que atentan contra la salud de tu grupo– comienza a explicarme la chica –¿Recuerdas el día que salí de la oficina del señor Park llorando?–

Hold Me (Felix, Stray Kids)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora