Hold Me (Felix, Stray Kids)

Capítulo 70

La sangre se me hiela cuando los disparos cortan el aire, un gran escalofrío recorre mi espina dorsal al imaginarme a mis amigos cayendo al suelo muertos. El agarre del chico sobre mi cuello se afloja, mientras este se queda mirando fijamente al frente. Con el corazón en un puño, trato de mirar en su misma dirección, aunque la postura en la que estoy no ayuda. Lo único que consigo ver, son tres cuerpos inertes sobre la tierra ahora teñida de rojo carmesí. Siento un inmenso alivio al ver que no son ellos, en cuanto giro la cabeza, los veo encogidos del miedo, mi mejor amigo protege a Cielo con su cuerpo, a unos metros de donde estoy.

–¿Qué se supone que estás haciendo?– pregunta abruptamente el tipo del ojo de cristal.

–Lo que tendría que haber hecho hace mucho tiempo– la voz de Kai se hace presente, se escucha como carga de nuevo el arma –Apártate de ella–

El chico que está sobre mí gruñe mientras aparta las manos de mi cuello y las alza. Poco a poco se pone en pie, dejándome por fin libre. Me levanto rápidamente, provocando que un leve mareo me azote. Siento los brazos de Minho rodear mi cintura, mientras me aparta del psicópata que tenemos delante. Los tres nos hacemos a un lado, mientras observamos expectantes la escena que tenemos ante nuestros ojos. Kai sostiene con fuerza dos armas, con una apunta al padre y con otra al hijo.

–Maldito desagradecido, te he dado comida y un techo durante todos estos años ¿y así me lo pagas?– escupe el hombre notablemente molesto –Podría haberte dejado morir de hambre siendo solo un pobre huérfano, pero te acogí y crié como si fueras mi propio hijo–

–Perdí a mis padres por tu culpa, ¿Te crees que no lo sé?– le cuestiona Kai enfrentando lo.

»Tenía solo cinco años cuando los vi morir ante mí, el trauma fue tan grande que mi cerebro decidió borrar esas horrorosas escenas. Pero no me hacía falta recordar, tus propios hombres acabaron contándome lo; tú diste la orden para que los mataran.

Lo que no entiendo es porqué yo ¿Te dió cargo de consciencia? Me da igual lo que hayas hecho o no por mí, mataste a mis padres y me obligaste a vivir bajo tu sombra, me obligaste a matar. No te perdonaré nunca lo que me hiciste, me jodiste la vida y ahora voy a joderte la yo a tí«

–Te dije que no era de fiar– murmura el chico fulminando a su padre con la mirada.

–Hazme el favor de callarte– le advierte su progenitor –Kai, si no quieres que la cosa acabe mal, hazme el favor de bajar las armas–

–¿Crees que te tengo miedo?– pregunta irónico el chico de pelo negro –No estás en posición de dar órdenes–

Con ambas armas cargadas, Kai los rodea a ambos y se acerca hasta donde estamos, sin quitar la vista de encima a ninguno de los dos.

–¿Estáis bien?– pregunta rápidamente, a lo que nosotros asentimos –Bien, en la puerta de la fábrica está mi coche, vámonos–

–No saldrás de aquí con vida– murmura medio divertido el chico mientras mira a Kai.

Este lo ignora y empieza a retroceder, ninguno de mis amigos se atreve a darles la espalda, así que todos vamos a la par que Kai, marcha atrás. Las voces de varios hombres hacen que nos detengamos, están saliendo de la fábrica y vienen hacia aquí. Minho nos abraza a Cielo y a mí y nos pone detrás de Kai, quién inmediatamente apunta una de las armas hacia los secuaces del tipo del ojo de cristal. Al no poder estar pendiente al cien por cien de padre e hijo, este último aprovecha la oportunidad y se lanza al suelo, junto a uno de los hombres muertos.

–¡Cuidado Kai!– exclamo al darme cuenta.

El recién nombrado se tensa, rápidamente mueve el arma, pero el chico ha sido más rápido. Una daga corta el aire a toda velocidad y se clava en el hombro de Kai, que inmediatamente profiere un grito y suelta una de las pistolas. Con la otra aún en la mano, intenta deshacerse de los secuaces, consigue acabar con dos de ellos, faltan otros tres.