Capítulo 22

143 11 0
                                    

Me despierto sobresaltada por un fuerte golpe, miro la hora antes que nada, son las ocho de la mañana. Echo un vistazo a la habitación y me percato de que estoy sola en la cama, no hay ni rastro de Félix, sin embargo, el estruendo venía del baño. No puedo evitar preocuparme, el mayor número de muertes ha sido por un resbalón tonto en la ducha, así que será mejor prevenir. Con rapidez me acerco hasta la puerta y llamo, nadie contesta, así que la abro de golpe.

–¡Ruby!– exclama Lix tapándose con la toalla.

–Oh dios mío, perdón– murmuro avergonzada mientras cierro la puerta de nuevo.

Me quedo frente a ella con cara de tonta, había muchas posibilidades de que pasara eso, pero igualmente he abierto la puerta. No puedo quitarme la imagen de Félix medio desnudo de mi mente, mientras su pelo mojado caía por su frente. Por suerte se ha tapado a tiempo y no he visto nada más allá, eso sí, su torso me ha sorprendido para bien.

La puerta del baño se abre de repente, Félix choca conmigo en cuanto sale y debe agarrarme del brazo para que no vaya al suelo. Por un momento nos miramos, y puedo observar las pequeñas gotas de agua que decoran su rostro, pero cuando bajo la mirada me pongo como un tómate, sigue en toalla y está demasiado pegado a mí.

–Podrías vestirte antes de salir del baño...– murmuro apartándome de él.

–Creía que estabas dormida, además se me ha olvidado agarrar la ropa– se excusa rápidamente él –¿Por qué demonios has entrado en el baño tan bruscamente?–

–Me ha despertado un golpe y me he puesto en lo peor– le explico mientras miro por la ventana para apartar mi vista de él –Que conste que he llamado a la puerta antes de abrir–

La habitación se sume en un gran silencio durante unos segundos, yo trato de mirar el paisaje de fuera para no girarme. De repente, siento una respiración profunda chocar contra mi nuca, haciendo que la piel se me erice.

–Con que alguien estaba preocupada por mí– murmura Lix con su voz profunda.

Trago saliva al notar lo cerca que está, no sabe muy bien lo que está haciendo.

–¿Puedes vestirte, por favor?– pregunto tratando de no sonar nerviosa –No quiero ver nada raro–

–Vamos, admite que te gustaría– comenta él soltando una risita –Ni siquiera puedes mirarme a la cara, seguro que estás teniendo pensamientos impuros–

De un momento a otro, Félix me agarra del brazo y me hace girar, de nuevo, estamos frente a frente, mirándonos. Retrocedo chocando contra la ventana y él se acerca más dejándome sin salida. Como es más alto que yo, tengo que alzar la vista para mirarlo, varias gotas de su cabello acaban en mis mejillas.

–Félix...– susurro algo alterada.

–Me gusta cuando te pones nerviosa– comenta él sonriendo –Eres muy mona–

Dicho esto da un toquecito a mi nariz y se aleja de mí, dirigiéndose al armario. Bajo mi atenta mirada, agarra algo de ropa y vuelve al baño. Una vez estoy sola en la habitación, dejo salir todo el aire que estaba conteniendo y me dejo caer en la cama, no puedo con él. Desde lo de la otra noche, ahora somos más cercanos, aunque no sé si eso durará después de que dejemos la cabaña dentro de unos días. La verdad es que Félix ha cambiado radicalmente, le encanta dar abrazos, dormir cerquita, soltar comentarios sarcásticos o ponerme nerviosa como hace un momento.

Por un lado, no sé si a mí me viene bien que se comporte como un solecito conmigo, ya que eso está haciendo que mis sentimientos hacia él incrementen. Pero por otro, no puedo negarme a sus encantos y daría lo que fuera por tenerlo siempre cerca.

Hold Me (Felix, Stray Kids)Where stories live. Discover now