Capítulo 9

148 16 1
                                    

La alarma de mi móvil comienza a sonar perturbando mi sueño, abro un ojo y con cautela la detengo. Me giro hasta quedar boca arriba y suelto un gran suspiro mientras miro el techo. He dormido a penas tres horas esta noche, y no solo porque me acosté tarde por ver una serie con Mackenzie, también porque mi noches de insomnio han vuelto. Lo hacen a menudo, sobre todo cuando estoy estresada o preocupada, y últimamente me siento un poco de todo.

Agarro el móvil y echo un vistazo a las notificaciones, un mensaje de Mack llama mi atención, dice que ha salido a hacer un par de recados y volverá tarde. Me levanto de la cama sin ganas, y me meto directamente en el baño, voy a darme una larga ducha antes de ir a casa de los perdidos. Mientras el agua recorre mi cuerpo, no puedo dejar de pensar en que hoy es el último día que veré a los chicos, he evitado pensar en ello durante estos últimos días, pero ha llegado el momento y no puedo evitar sentirme mal.

Dejo a un lado todos esos pensamientos mientras me preparo, una vez vestida, me calzo mis Nike y agarro mi móvil. Antes de salir del apartamento, me despido de Blake y Kiara, ambos se han hecho buenos amigos desde que los adoptamos, y se han adaptado muy bien a su nuevo hogar.

Mientras hago trayecto a pie hacia la casa de los perdidos, por mis auriculares pasan las canciones, a las que no presto demasiada atención. Hoy más que nunca, me estoy tomando mi tiempo para llegar, intentando así retrasar la despedida. Cuando llego a la puerta de la urbanización, el de seguridad me saluda alegremente y yo le regalo mi mejor sonrisa.

Me detengo frente a la puerta de la casa al verla entreabierta, miro a mi alrededor con el ceño fruncido, antes de empujar la puerta y mirar dentro. Todo parece muy tranquilo, pero me resulta extraño que se hayan dejado la puerta abierta.

–¿Chicos?– pregunto mientras me adentro en la casa –¿Hay alguien?–

Me quito las zapatillas deprisa y poco a poco cruzo el pasillo, hay algo mal, ¿por qué nadie contesta?. Con el corazón en un puño llego hasta el salón, no hay nadie, ni siquiera se escuchan pasos arriba o la música que siempre ponen.

–¿Minho?– pregunto mirando en la cocina, ni rastro –¿Chan?–

Trago saliva mientras me pongo en lo peor, ¿y si les han entrado a robar?. Suelto el bolso sobre uno de los sillones y no me lo pienso dos veces cuando subo las escaleras a toda prisa.

–¡Chicos!– exclamo exasperada –¿Dónde diablos está todo el mundo?–

Empiezo a ponerme nerviosa, habitación por habitación voy abriendo las puertas, pero todo está desierto. Comienzo a respirar con dificultad cuando un montón de teorías se amontonan en mi mente, y ninguna acaba bien.

–¿Seungmin?– pregunto con la voz entrecortada –¿Dónde estáis todos?–

Me quedó paralizada en medio del pasillo, esto debe de ser una pesadilla, debo de seguir dormida. Mi mayor temor siempre ha sido quedarme sola, quizás mi cabeza me esté jugando una mala pasada. Trato de tranquilizarme, cierro los ojos y respiro profundamente varias veces, tiene que ser un sueño, no hay otra explicación.

–¿Ruby?– la voz de Mackenzie se hace presente.

Abro los ojos ligeramente sorprendida y no puedo evitar soltar un suspiro lleno de alivio.

–Mack, ¿qué haces aquí?– le pregunto inmediatamente –¿Dónde están todos?–

–Te están esperando, sígueme– me pide Mack.

A paso lento me acerco a ella, enseguida agarra mi brazo y me da un leve apretón. Juntas bajamos las escaleras, en cuanto estamos en el salón me suelta y sale al jardín, obligándome a seguirla. Cuando pongo un pie en el exterior, los gritos de los chicos cortan el aire.

Hold Me (Felix, Stray Kids)Where stories live. Discover now