Capítulo 42

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Organizar el viaje a España ha sido más difícil de lo que imaginaba, sobre todo porque en vez de cuatro, hemos terminado siendo seis. Me sorprendió gratamente el que Minho se ofreciera a venir con nosotras, según él, quiere conocer España y el sitio de donde provengo para conocer más de mí. Y no podía faltar Han, quién no se quiere despegar de su novio y además tiene ganas de conocer mundo. La verdad es que me hace ilusión volver a casa acompañada de ellos, así podré presentarse los a mi madre, para que vea que en Corea estoy en buenas manos.

Félix casi se viene también, pero JYP lo ha impedido adelantando el viaje a Australia, justamente Chan y él se van cuando nosotras estamos fuera. Me molestó mucho, porque parece que lo hace para dejarnos fuera de todo, pero en el fondo, no nos conoce. Mackenzie y yo vamos a ir a Australia con nuestros novios sí o sí, aunque lleguemos varios días tardes. No vamos por placer o porque nosotras solas lo hayamos decidido, básicamente nuestros chicos nos han obligado a dar nuestra palabra y nos esperarán allí.

Cielo también estaba invitada a venir con nosotras, pero lo está pasando algo mal desde el desafortunado encuentro con su exnovio. Aunque finge que no le afecta, sé perfectamente que está asustada, tiene miedo de que su amistad con Jeong-in llegue a su fin después de enterarse de los problemas con su hermano, o que Hyunjin pueda salir mal parado solo por estar en medio. Todos le hemos dejado claro que estamos de su parte y no le va a pasar nada, que si Jeongbin trata de hacer algo, denunciaremos sin pensarlo, incluso el maknae ha aceptado ir contra su hermano solo para protegerla a ella.

Pero no la culpo por pasarlo mal, es una situación difícil y cada quién sobrelleva sus problemas como puede.

Llevamos desde las cuatro de la madrugada en el aeropuerto, para facturar las maletas, pasar los controles y no llegar tarde, aunque nuestro avión no sale hasta las seis. Nadie ha podido venir a despedirnos por las horas que son, pero ayer, tuve la mejor despedida con Félix, quién no dejó de abrazarme y darme besitos en todo el día. Lo que más me hizo sonreír fue el momento en el que me pidió que no me olvidara de él mientras estamos lejos, como si olvidarse Félix fuera fácil, el chico del cual que me he enamorado.

Iris está dormida sobre las incómodas sillas del aeropuerto, como me gustaría volver a ser una niña para hacer eso y no levantarme con dolor de espalda y tortícolis. A su lado, su hermana lee atentamente uno de los mangas que le ha prestado Mackenzie, quién diría que mi amiga obsesionada con los mangas, le prestaría un tomo a alguien. Yo agarré una vez uno, y me tiró con lo primero que tenía a mano.

–Pasajeros del vuelo destino a España, diríjanse a su puerta de embarque– avisa una voz por los intercomunicadores.

Enseguida Minho se pone en pie y da una palmada haciendo que Mack, que parecía en trance, dé un salto en su sitio. Me acerco hasta Iris y poco a poco la despierto, mientras los demás agarran sus cosas y se van preparando. Tardamos poco en pasar el último control antes de entrar al avión, una vez dentro, el equipaje de mano lo metemos en los compartimentos sobre nuestras cabezas con ayuda de Lino que es el más alto. Tomo asiento junto a mi amiga, en los asientos de delante tenemos a las niñas y en los de al lado a la parejita.

Han se acurruca contra la ventana del avión en cuanto se acomoda sobre su asiento, mientras que veo a Minho pensárselo antes de dejarse caer sobre él y abrazarlo, de forma que queden acurrucados juntos. Sonrío levemente al verlos mientras me acomodo, rápidamente me pongo los auriculares y doy play a la música, tenemos dieciséis largas horas de viaje por delante. Mackenzie comprueba que las niñas estén bien acomodadas y se hayan abrochado los cinturones antes de sentarse correctamente. Está realmente nerviosa, como yo, después de tres años lejos de casa, vamos a volver, aunque sea solo un rato.

Durante el vuelo, me paso la mayor parte del tiempo dormida, la capacidad que tengo para caer rendida en cualquier lado es increíble. De vez en cuando, debido a las turbulencias, me he levantado sobresaltada, el miedo a que nos estrellemos me puede. Además de eso, mi miedo a las alturas no ayuda, lo bueno de Minho es que está muy bien acompañado, Han sabe cómo calmarlo. En momentos así, echo de menos a Félix y sus abrazos, esos que harían que todos mis miedos se disiparan, porque junto a él, me siento invencible.

Hold Me (Felix, Stray Kids)Where stories live. Discover now