Capítulo 8

163 13 1
                                    

La voz de Seungmin está volviendo poco a poco, mientras que los días al cuidado de él se acaban. Por una parte estoy feliz de que el pelinegro pueda volver a hablar con normalidad, lo ha pasado muy mal después de todo. Pero por otra, me da pena tener que marcharme, eso significa que ya no los veré tan seguido. No quería coger les cariño por eso, pero me ha sido imposible, cada uno es especial y único a su manera, se ganan un hueco rápido en la vida de cualquiera.

Hoy he llegado temprano a la casa, y mi visita ha sido corta. Solo he tenido que tomarle las constantes a Minnie y asegurarme que se toma las medicinas y no deja el tratamiento. Los chicos están algo ocupados, con esto de que en unos meses sacarán un nuevo álbum, a penas tienen tiempo, así que he decido no quedarme mucho tiempo.

–¿Te marchas ya?– pregunta mediante un susurro Seungmin la verme recoger todo.

–Sí, le he prometido a Mackenzie un día de chicas– le cuento mientras agarro mi bolso –Se pone celosa si solo os doy atención a vosotros–

Minnie ríe levemente y asiente, algo melancólica miro todo a mi alrededor. Estamos en su habitación, la primera vez que la pisé, el pelinegro estaba muy mal, y ahora míralo, recuperándose a pasos agigantados.

–Ruby, te noto rara– murmura el chico preocupado –¿Estás bien?–

–Mmm sí, tranquilo– digo rápidamente sonriendo –Es solo que... echaré de menos venir a levantarte, cachorrito–

Seungmin sonríe avergonzado, sus mejillas se tornan rojas, me encanta llamarlo así solo por su reacción.

–Bueno Minnie, ya sabes lo que te digo siempre...– comento mientras me dirijo a la puerta.

–Nada de alzar la voz– murmura recordando mis palabras –Si quieres cantar lo haces en tu cabeza–

–Muy bien– digo mientras sonrío –Nos vemos mañana–

Dicho esto salgo de la habitación y cierro la puerta tras de mí. Durante unos segundos me quedo en mitad del pasillo, frente a la puerta del pelinegro. Llevo varios días tratando de hacerme a la idea de que todo va a terminar, verlos después de mi tiempo aquí, va a ser imposible. Al fin y al cabo, los chicos son reconocidos mundialmente y tienen muchos proyectos para su carrera como grupo. El tiempo de ellos es limitado y yo no soy nadie, esta semana simplemente ha sido una excepción, tenían que convivir conmigo si o sí, no les quedó otra.

–¿Ruby-doo?– la voz de Minho se hace presente.

Me quedo mirando al chico de pelo violeta, parece notar que algo no va bien, puesto que abre sus brazos y sonríe levemente. No me lo pienso dos veces, acorto la distancia y me aferro a su cintura, mientras que él me envuelve con sus brazos. La calidez de su abrazo hace que me relaje y deje de pensar por un momento en lo que pasará, necesito centrarme en el presente.

–¿Estás mejor?– susurra Minho separándose un poco de mí.

–Sí, gracias– murmuro yo sonriendo levemente –Últimamente tengo un cúmulo de cosas...–

–Tranquila pequeña, no tienes porqué contarme nada si no quieres– comenta el chico de pelo violeta –Sé que un día de estos lo harás, pero por ahora, me conformo con poder hacerte sentir bien–

Sonrío levemente y vuelvo a abrazarlo, es el mejor, desde que cocinamos juntos por primera vez, sentí como si lo conociera de siempre y poco a poco nuestro vínculo se ha hecho más fuerte, tenemos muchas cosas en común. Aunque tiene pinta de ser frío y de llevar muy mal el contacto con otras personas, en el fondo es un amor.

–Tengo que marcharme– digo mientras me coloco bien el bolso.

–Recuerda lo que me prometiste el otro día– dice Minho alzando las cejas –Quiero leer algo que hayas escrito–

Hold Me (Felix, Stray Kids)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora