Capítulo 26

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Durante estos últimos días me he vuelto loca buscando mi cuaderno, ese en el que llevo escrita parte de mi vida. Que yo recuerde, lo metí entre mis cosas cuando volvimos de las vacaciones, incluso he revisado en mi armario por si lo metí entre la ropa y no me di cuenta, pero nada. He llegado a preguntarle a Minho, uno de los pocos que saben cómo es, si lo vió por la cabaña, pero mi amigo dice que la única vez que lo vio fue cuando se lo dejé.

Muchos dirán que preocuparse por un cuaderno es una tontería, pero es que no es una simple libreta en la que escribir, es la libreta que lleva mis más profundos sentimientos, esa que me ha acompañado en mis peores momentos. El valor sentimental que le tengo a ese cuaderno es incalculable.

Mack me ha ayudado a remover cielo y tierra, dejando patas arriba el departamento, pero no hay ni rastro de él. Así que, muy a mi pesar, he perdido las esperanzas de encontrarlo. Mi amiga me ha prometido comprarme uno nuevo, donde poder empezar de cero a escribir, pero nunca será lo mismo. Además, ese cuaderno me lo regaló alguien muy especial, alguien a quien no quiero olvidar.

Dejando de lado eso, estoy hasta arriba de trabajo. A una semana de la primera fecha del tour, JYP ha decido ser más duro que nunca, por lo que, lo tenemos a diario pasándose para vigilar que todas las prácticas se cumplen. Tenerlo encima no es de mis cosas favoritas, sobre todo, porque sé que no le caigo bien y que nota que los perdidos me hacen más caso a mí que a él. Cada cosa que hago la cuestiona, incluso me levanta la voz de vez en cuando, cosa que le permito porque es quien me dió el puesto y me lo puede quitar si le da la gana. Pero ni los chicos ni yo estamos de acuerdo con su manera de tratarnos.

Me encuentro sentada en el sillón que hay en la sala de práctica, mientras edito el vídeo que he grabado hace unos minutos de la coreografía de Maniac. Los chicos están tomándose un respiro, hidratando se y comiendo algo, todo a petición mía, porque si fuera por ellos morirían de hambre. Los nervios y la presión por parte de la empresa hace que muchos dejen de comer e intenten hacer dietas radicales, que acaban a la larga, empeorando su salud. Uno de ellos es Félix, nunca había visto a nadie tan obsesionado con las dietas, por mucho que he tratado de hacerlo entrar en razón, él sigue empeñado en comer lo mínimo para estar listo para el tour.

–¿Qué demonios significa esto?– la voz del señor Park se hace presente en la sala.

Inmediatamente dejo el móvil y me pongo en pie, los chicos se tensan y rápidamente se levantan, ya es la cuarta vez que viene hoy.

–Acabamos de terminar el ensayo de Maniac– comenta Chan rascándose la nuca –Necesitabamos recuperar el aliento antes de seguir–

–Lo que veo es que estáis vagueando– suelta JYP molesto –Quiero veros ensayando ya, nada de descansos–

–Van a desfallecer a este paso, señor Park– comienzo a decir acercándome hasta él –No hay necesidad de ser tan duro con ellos, van muy bien en las coreos y tienen todo bajo control para las performances–

–¿Ahora vas a decirme cómo hacer mi trabajo?– me pregunta mi jefe fulminando me con la mirada –Tu única tarea es mantenerlos bajo control y obligarlos a trabajar duro, sin embargo, ni eso sabes hacer bien–

–Si mi trabajo es presionarlos de forma que atente contra su salud, prefiero seguir haciéndolo mal– comento cruzándome de brazos.

–Tienes un pie fuera de la empresa Ruby, que te quede claro que aquí quién mando soy yo– murmura Jyp acercándose peligrosamente a mí –Vuelve a desobedecer me y te despido–

Aprieto mi mandíbula mientras lo veo alejarse, enseguida sale de la sala dando un portazo. Siempre me amenaza con lo mismo, sabe que no tengo nada que hacer contra mi posible despido. Los chicos me miran con tristeza, ellos luego son los que se disculpan conmigo, pero no tienen la culpa de nada, es el señor Park el que es un cabrón sin escrúpulos.

Hold Me (Felix, Stray Kids)Where stories live. Discover now