El Rescate De Menma

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SHIKADAI

Entramos al lugar al instante, mientras yo me dirigí directamente hacia las habitaciones en busca de Menma, Inojin se ocupaba de Code quien salió a nuestro encuentro para deternos.

Por supuesto que ese maldito lo ignoraba todo sobre Inojin quien sonrió siniestramente disponiendose a enfrentarlo.

Los dejé en sus asuntos mientras iba buscando de habitación en habitación mientras lo llamabs a gritos. Así al llegar al primer piso lo oí. Entre y allí estaba. Desnudo y encadenado en esa mugrosa cama.

—¡Menma!
— ¡Shigaraki! ¡Ayúdame!

Busqué en el lugar hasta dar con la llave y lo solté, inmediatamente busqué ropas y lo ayudé a vestirse. Lo sujeté en mis brazos y bajé las escaleras.

Menma me rodeaba con sus brazos con intensa desesperación mientras lloraba en mi hombro ocultando su rostro.

Sabía que estaba muy mal pero me ocuparía de ayudarlo. Lo más importante era que ya lo tenía conmigo.

Al llegar al primer piso ví a Code despedazado en el suelo, y a Inojin bañado con la sangre del enemigo. Respiraba entrecortado y parecía estar satisfecho con esa escena.

— No mires — le susurré a Menma al oído y él cerró sus ojos temblando.

— Muy bien Shikadai, lo encontraste — dijo Inojin   con una mirada algo perdida — Regresa a mi mansión y llama al doctor. Menma necesita atención médica.

Fuí directamente al carruaje dejando a Inojin atrás. Sabía que podría regresar a casa solo. Durante el trayecto no dejé de brazar a mi amado dorado quien no dejaba de temblar.

¿Cómo hacer para que se calme? ¿Cómo ayudarlo a ser como antes? Maldita sea, ese maldito de Code lo despedazó por dentro. Me sentía tan inútil que al parecer él percibió mi sensación ya que me dijo sin soltarme:

— Shikadai, me salvaste de ese infierno. Solo tenme paciencia por favor y....y...no me sueltes.....por dios....

Como respuesta lo abracé con mayor fuerza presionandolo contra mi cuerpo, mientras acariciaba sus dorados cabellos. En verdad no quería hacerle daño.

— Tranquilo Menma, no volveré a descuidarme un instante. Curaré tu alma, solo confía en mí.
— Siempre confiaré en tí.

Podía sentir su intenso pesar y resistencia al ser abrazado por mí. Estaba usando su voluntad para no apartarse de mi lado.

Llegamos a la mansión de Inojin y nos adentramos en ella, de inmediato lo llevé a mi habitación donde se preparó un baño.

Mientras Menma se duchaba, yo hablaba con el mayordomo pidiendole que traiga al doctor urgente. Así una hora después, el doctor llegó y revisó a Menma, por suerte estaba sano, aunque tenía heridas sin gravedad que se las curó.

Para cuando Inojin llegó el doctor se había marchado. Menma necesitaba atención psicológica inmediata.

Esa noche durmió conmigo y en verdad casi no durmió nada, debido a que se despertaba agitado y llorando durante la noche.

Al día siguiente Inojin se veía como siempre. Él llamó al psiquiatra que su familia conocía, quien empezó a tratarlo con intensa dedicación durante un mes entero.

Envie una carta a mi primo Shinki contándole todo con detalles hasta lo sucedido ese día. Sabía que Inojin escribió una carta a su padre contandole las novedades recientes.

Menma era en verdad fuerte ya que ponía empeño en su recuperación. Con intenso amor y suavidad tenía que tocarlo y acariciarlo. Al principio no hicimos el amor por razones obvias.

Lentamente fue llega el momento aquel, hasta lograr que mi dorado amor se entregue a mí sin temores. Fue la mejor noche que pasé luego de tanta oscuridad.

Lo amaba tanto que ver su felicidad y amor intenso reflejados en su rostro me conmovió llegándome al corazón.

Recibimos respuestas de los Uzumakis al poco tiempo. Naruto y Sasuke estaban en verdad felices al saber que Menma estaba a salvo.

Shinki seguía de luna de miel pero le contó todo a Boruto. Mi primo sabía que Inojin no nos fallaría. Me daba ánimos para ayudar a Menma tal como él y Sasuke ayudaron a Boruto y a Naruto tiempo atrás.

Volveríamos en cuanto Menma este mejor anímicamente. Inojin se ocupó de lo legal y la muerte de Code. Así a los pocos días Menma volvía a ser libre en verdad.

Aquello lo llenó de felicidad y de paz. Saber que ya no tenía Code asechandolo lo colmaba de placer y de paz. En cuanto supe que mi dorado amor era libre, le propuse casamiento y él aceptó.

Nos casamos con una ceremonia sensilla y yo tomé el apellido Uzumaki. Menma estaba en verdad feliz y yo no daba credito de mi gran dicha junto al amor de mi vida.

Transcurridos dos meses y medio Menma y yo decidimos volver al otro lado del océano. A casa. Tendríamos nuestra luna de miel como era debido.

Si bien él no se recuperaba de sus heridas psicológicas, era consciente que con el tiempo estaría bien.

Para nuestra sorpresa, Inojin decidió permanecer más tiempo en ese lado del océano. Aún quería explorar esa ciudad con detenimiento.

Nos despedimos siendo buenos amigos ya y regresamos. Mi amado dorado había progresado, yo podía tocarlo sin problemas.

En mis brazos por las noches dormía sin pesadilla alguna. Según el psicólogo aquello era un gran avance.

En cuanto lleguemos a casa, Naruto se ocuparía de proseguir con el tratamiento psicológico con mi amado dorado. Al fin las cosas se solucionaron para nosotros. No podía parar de besar y abrazar a mi esposo con intensa pasión.

— Te amo Shikadai, me salvaste y sigues ayudandome. Tuve suerte de haberte conocido.

Estabamos en nuestro camarote abrazados en la cama, al oírle decirme aquello lo besé con pasión intensa.

— Éste es solo el principio de nuestra gran felicidad mi amor — dije profundamente enamorado.






Atrapado (SasuNaru) (BoruShin)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant