Desconocido Amor

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NAGI

Mitsuki y su padre Itachi accedieron a ayudarme permitiéndome quedarme en su mansión ya que si salía a la calle corría el peligro de ser capturado por la policía quienes inmediatamente me llevarían al reformatorio.

Me sentía cercado, acorralado. Pero aquel era un sentimiento que ya estaba acostumbrado a sentir. Sin embargo lo que en verdad me aterraba era ser encerrado en ese horroroso lugar.

Con decir que ni siquiera tenía mis pertenencias conmigo y que toda mi ropa había quedado en casa de Gaara puesto que había sido Sakura quien me las compró.

Nada me pertenecía. Y como había imaginado que me quedaría junto a mi padre tampoco me preocupé. Pero ahora todo se hubo complicado. Sin embargo Mitsuki me prestó algunas ropas suyas sin problemas.

No entendía por qué hacía todo eso por mí, después de todo yo era un desconocido y aunque él fue el novio de mi gemelo, eso no explicaba su actitud.

Además él era tan peculiar que lograba cautivarme siempre. Habían pasado varios días desde que me encontraba en su mansión, y cada vez que lo tenía frente mío me quedaba embobado mirándolo.

Esa tarde nevaba a más no poder. Nos encontrabamos en la sala de lectura él y yo, conversando de todo un poco. Desde que Sakura me había encontrado en la calle, dejé de sentir tanto frío ya que ella me cobijó.

Fue cuando empecé a desarrollar la costumbre de observar la nieve caer desde la habitación. Aquella tarde hice lo mismo. Apoyado en la ventana miraba el jardín cubierto con ese manto de nieve blanco.

Mitsuki se me acercó por detrás y al sentir sus brazos rodear mi cintura me asusté. Pero él me susurró al oído palabras cargadas de ternura, sin embargo no pude evitar ponerme tenso.

Sentía cómo él me acarciaba suavemente mi torax y mi estómago. Aquello era toda una novedad para mí ya que jamás nadie me había tocado así. Bueno casi nadie.

Gaara si que lo hizo, cuando me encadenó a su cama para obligarme a que colabore con su hija, para dañar a mi padre, mi hermano, a Shinki y a Sasuke.

Quizás sea por eso que me tensé y no podía relajarme del todo. O a lo mejor se debía a que eso era algo novedoso para mí. Como sea, lo cierto era que no quería decepcionar a Mitsuki que tanto estaba haciendo por mí.

- Mitsuki....¿qué haces? - susurré preocupado.
- No tengas miedo Nagi - sentía sus labios rozar mi oreja derecha provocándome escalosfríos, mientras sus manos se introdujeron bajo la camisa azúl que llevaba puesta para acariciar directamente mi piel.

Empecé a moverme algo incomodo pero a su vez me daba cierto placer sentir esas caricias. Estaba confundido. Cuando una de sus manos quiso introducirse bajo mis pantalones sujeté su muñeca deteniéndolo.

- No....¿qué pretendes? - él me volteó para mirarme a los ojos. No soy ningún idiota, podía notarle el deseo en su mirar y aunque me gustó lo que ví no podía dejarlo seguir - No creas que soy así...Es decir....yo no....Nadie me tocó así antes....y....

- Lo sé - contestó él con aquella misteriosa sonrisa dibujada en su rostro - Eso puedo notarlo a simple vista Nagi.

Él siguió acariciandome pero en ésta ocasion sus manos recorrieron mi espalda. Mi respiración se fue entrecortando, no pude evitar abrazarlo y apoyar mi cabeza en su hombro. Tras cerrar los ojos podía sentir su roce con mayor intensidad.

-Tranquilo - me susurró él con su aterciopelada voz - Solo relájate Nagi.
- No....no puedo Mitsuki - me aferré a él con todas mis fuerzas - ¿Cómo podría relajarme si....no tengo donde ir....y....la policía me busca para encerrarme en un horrendo reformatorio?

Atrapado (SasuNaru) (BoruShin)Where stories live. Discover now