Caos Total

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SHIKADAI

Tenía que recuperar mi propio dinero que la terca de mi madre me había confiscado para obligarme así a permanecer alejado de mi primo Shinki.

Había estado en ese trámite para poder acabar de independizarme oficialmente y así iniciar mi vida junto a Menma sin problemas.

Inojin me estaba ayudando en ésto ya que él era abogado. Inojon Uchiha era el hijo del famoso pintor Sai Uchiha cuyos cuadros valían una verdadera fortuna.

Pero Inojin no sentía que la pintura fuese su fuertw, más bien un pasatiempo en su tan agitada vida.

Éste rubio me estuvo ayudando legalmente en mi problema familiar, ya que mi madre me amenazó con darme la espalda de seguir por este camino.

Sin embargo mi padre me apoyaría incondicionalmente y eso en verdad me relajaba bastante. No significaba que mi madre Temari fuese mala, sino en extremo terca.

Esa tarde le pedí a Menma que me espere en nuestro bar de siempre porque tenía algo que hacer. Ese algo era firmar los últimos papeles para recuperar mi fortuna siendo libre al fin.

Me había asegurado que mi madre no volviera a meterse en mis asuntos e Inojin me estaba ayudando.

Cuando todo quedó resulto salimos del estudio jurísdico, me sentía en verdad relajado y tranquilo. Era haberme quitado un peso de encima.

Pero al salir un pequeño se nos acercó con un misterioso mensaje para Inojin y para mí.

— ¿Ustedes son Shikadai Nara e Inojin Uchiha?
— Si — contestamos a coro ambos
— Menma Uzumaki los espera en su mansión a los dos. A usted Inojin necesitaba que vaya hacia allá hace una hora.

Pero antes de que podamos decir algo, el pequeño desconocido se alejó perdiendose entre la multitud. Aquello no me gustó nada. Algo malo había sucedido con Menma y la imágen de Code apareció en mi mente.

Inojin me sujetó del brazo arrastrandome hacia el carruja. Instantes después nos dirigimos a la mansión Uzumaki a gran velocidad. No debí dejarlo solo.

Cuando estuvimos a tan solo media cuadra sentimos una terrible explosión que asustó a los caballos, a las personas y a nosotros mismos. Esa explosión sacudió el lugar como si de un temblor se tratase.

Salí del carruaje para ver qué había ocurrido. El caos era general, las personas corrían en sentido contrario, los caballos se colocaban en dos patas relinchando debido al miedo.

Inojin bajó del carruje también pidiendole al cochero que se aleje con los animales o sería peor. Luego ambos nos dirigimos al lugar de la explosión sintiendo cómo el aire estaba enviciado por el fuego.

Tocí varias veces al punto de tener que cubrirme la boca y la nariz con un pañuelo para no tragarme el anidrido carbónico. Lo mismo hizo Inojin.

Pero cuando llegamos al lugar de los hechos mi mente quedó en blanco al ver que se trataba de la mansión de los Uzumakis. Ahora estaba envuelta en llamas, los bomberos corrían para apagar el fuego que amenazaba con exparcirse por doquier.

—Menma — murmuré al recordar las palabras del pequeño. Menma estaba ahí dentro. —¡Menma! —rugí enloquecido al ir dándome cuenta de lo que había ocurrido.

Ciego quise arrojarme al corazón de las llamas en un desesperado intento por encontrarlo, pero Inojin me sujetó con fuerza impidiendomelo.

Lloraba de la locura que se fue apoderandome de mi persona, mientras forcejeaba para hacerme soltar. Si mi amado estaba muerto quería seguirlo al otro mundo.

—¡Sueltame Inojjin! ¡Déjame ir! ¡Menma por dios! ¡No!
— ¡Calmate Shikadai! ¡Shikadai escucha! ¡Escuchame!

Su voz fue penetrando las capas de mi bloqueo mental hasta llegar a mí. Recién pude serenarme, aunque lloraba amargamente.

— No sabemos si Menma estaba ahí ¿entiendes?
— ¿Dónde está entonces? Debería haber aparecido en medio del caos, después de todo era su mansión y la de su familia.
—Shikadai solo calmate
—¿Por qué no aparece entonces?

Inojin me alejó de ese lugar, yo sentía que mi vida había acabado. Mi amado dorado estaba muerto, asesinado por ese maldito de Code porque seguramente ésto fue obra suya.

Inojin, no obstante, insistía en que no diera nada por hecho. Me llevó a casa donde habló con mis padres. Yo en verdad estaba shockeado y honestamente no sabía qué pensar o sentir.

Mi padre se quedó hablabdo con Inojin mientras mi madre me llevó a mi cuarto. La angustia seguida de la desesperación se habían apoderado de mí induciendome al suicidio en pos de seguir a mi amado Menma.

Pero mi madre me dió un sedante que me hizo dormir a los pocos minutos. Al fin la inconciencia se adueñó de mí.

Luego me suicidaría para seguir a Menma, cuando haya despertado y recuperado las fuerzas. Porque la vida sin mi amado dorado no era ni sería vida. Prefería estar muerto.

Atrapado (SasuNaru) (BoruShin)Where stories live. Discover now