La Verdad De Gaara

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GAARA

Mi vida no fue nada fácil, mi propia personalidad junto a mi actitud me causaron intensos problemas. Dañé a Naruto como jamás alguien podría haberlo hecho, todo por culpa de mi intensa locura.

Era consciente de que no me motivaba el amor sino la obseción por ese rubio. Para cuando me enamore de él fue demasiado tarde. Naruto me tenía miedo, es más sentía terror de tan solo oir mi nombre.

Era comprensible tal cosa, porque en verdad fuí un monstruo. Sin embargo todo había quedado atrás pudiendo cambiar cuando supe que era padre. Shinki fue lo único bueno que pude hacer.

Cuando me hice cargo de su persona babía tomado la decisión de dejar mi oscuridad oculta en un rincón de mi ser. Nunca más volvería a ser aquel monstruo que una vez fuí. Decidí dar inicio a una nueva vida, brindandole a mi niño la educación y el cuidado que se merecía tener.

Shinki fue creciendo y su accionar solo podía causarme orgullo intenso. Sabía que mi hermana Temari lo odiaba por el único hecho de ser mi hijo.

Podía entenderla ya que con ella fui un monstruo tan cruel como lo había sido con Naruto. Sin embargo no la justificaba, aquello era una certeza total.

Shinki había desarrollado un lazo muy fuerte con el hijo de mi hermana a pesar de los intensos intentos de Temari por brindarle odio hacia nosotros dos a su hijo Shikadai.

Debo reconocer que mi sobrino tiene el mismo corazón noble que mi hijo ya que ambos eran como hermanos.

Cuando Shinki se hizo un adolescente no podía sentirme más feliz. Teníamos un hermoso ritual los dos y era la cena, siendo ésta el mejor de los momentos para compartir nuestras cosas.

Cuando Shinki conoció a Boruto enamorandose perdidamente de ese rubio, no pude creerlo. Boruto, era el hijo de Naruto, mi victima y se amaban con mayor locura que Naruto y Sasuke.

El destino en verdad nos juega extrañas pasadas. Pero todo se vino abajo con la llegada de mi hija Sakura. Era la viva imagen de su madre, estaba mucho más loca que yo cuando tenía su edad y me deleitaba tortutando a Naruto.

Encima poseía un extraño poder que le permitía controlar y hasta aniquilar a cualquier bijuu.

Cuando ella apareció en mi vida, tenía un objetivo en mente. Vengarse de quienes dañaron a su madre y yo debía ayudarla en todo.

Junto a mi hija fue aflorando de mi ser el odio inteso libándose así la oscuridad que con tanto esfuerzo logré guardar.

Lastimé a Shinki como jamás nadie podría haber llegado a lograrlo, pese a ser mi hijo y empecé con quitarle mi apellido. Me alejé de su persona sabiendo lo mucho que me necesitaba.

Lo dejé a merced de mi hermana Temari quien lo odiaba y bajo el continuo acoso de Nesh Hyuuga, un viejo verde baboso. Cuando él suplicaba en silencio mi ayuda y protección, .e limité a ignorarlo.

¿Por qué lo hice? Por la nefasta influencia que mi hija ejercía sobre mí persona. Su oscuro poder era una especie de droga para mí que me embriagaba sunergiendome en la aberrante oscuridad.

Denigré a Nagi, el hijito de Naruto y me aseguré que su familia lo desprecie. Pero en medio de esa toxicidad en que me encontraba, conocí a Neji Hyuuga enamorádome con mayor intensidad de lo que había estado de Kurama.

Cuando éste despertó algo en mí se removió intensificando esa oscuridad y una vez más quise poseerlo por el oscuro placer que sentía al imaginarmelo en mi poder siendo atormentado por mí.

Pero Neji y su luz me devolvió a la cordura una vez más. Sin embargo fue Shinki quien me liberó de la oscuridad una vez más, tras eliminar a la droga que la generaba. Mi hija Sakura.

Volví del otro lado del océano para reunirme con mi amado Neji a quien no podía dejar de amar con cada fibra de mi ser.

Por supuesto que había perdido el cariño y el respeto de mi hijo, pero él pudo encontrar una nueva familia. Un hogar junto a Boruto y Naruto.

Aquello en verdad me alegró, aunque su oscuridad me dolía más de lo que él mismo podría llegar a creer debido a que su existencia se debió a mí.

Pero sabía que Boruto lo ayudaría con eso, ese chico brillaba como el sol. Ahora que estaban casados y habían partido a disfrutar de su luna de miel, podía volver a ser feliz disfrutando del amor de Neji quien era mi propia luz.

Protegería a mi amado con todo mi poder amandolo con cada fibra de mi ser. Esta mañana él estaba desnudo en mi cama dormido, mientras yo me encontraba sentado en mi sillón junto a la mesita, escribiendo unas notas.

Aquello me ayudaba a ponerle fin a mi oscuridad del pasado. También estaba desnudo, la chimenea permanecía encendida.

Fuera estaba lloviendo a cántaros. Cuando concluí esas notas, regresé a la cama junto a Neji quien me abrazó sin despertar.

Lo besé con pasión intensa mientras abrazaba su sensual cuerpo. Estaba al borde de la locura debido al amor que él despertaba en mí.

— Gaara — murmuró en dormido — Te amo.
— Y yo también Neji. Descansa mi amado ángel.

Atrapado (SasuNaru) (BoruShin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora