Tormentos

45 16 4
                                    

MENMA

Estaba disfrutando del casamiento de mi hermano cuando el maldito de mi esposo apareció solo para atormentarme. Mi corazón empezó a latir como un tambor al verlo allí, buscándome, asechándome.

Corrí a esconderme tras uno de los pilares sin perdele de vista. Code tenía aquella acostumbrada arrogancia reflejada en su rostro que tanto odiaba por dios.

Mis manos empezaban a sudar, respiraba con gran dificultad. Pero pronto ví que dos hombres lo arrastraban fuera de la fiesta y mi corazón recuperó sus latidos normales. Respiré aliviado.

Pero sabía que Code seguía siendo mi unico dueño, eso no había cambiado aún y para ser sincero no creía que cambiase. Maldita sea.

La angustia seguía reinando en mí, sabía que no podía contar con mi padre ni mis hermanos. Ellos me hecharían de sus vidas para siempre.

Nagato le había causado un intenso daño a mi padre y si descubrían que su hijo es mi esposo, en verdad no quería ni pensarlo.

Pero antes de que me vaya de éste lugar me llevaré a Code conmigo, maldita sea. Sin embargo  primero tenía que dejar de temblar y controlar mi gran terror que el demoníaco de mi esposo me causaba.

Shikadai me abrazó con suavidad en esos momentos. Era increíble cómo su amor y su sola presencia tenía semejante efecto en mí. Recuperé el control respirando con normalidad al sentir que sus brazos rodeaban mi cintura.

Shikadai quería ayudarme, peu5uyyro no podía permitirle hacerlo debido a que seguramente Code lo mataría, y eso no podría soportarlo.

—Menma no te preocupes mi amor. Estaremos juntos pese a Code.

Sus esperanzas me gratificaban tanto que incluso empezaba a creerlo yo también. Pero debía imponerme a mi mismo a la razón. Por lo tanto tomé fuerzas y me alejé de mi amado pelinegro.

— Shikadai no....
—No ¿qué?
— No es tan fácil liberarme de Code y no pienso vivir una falsa esperanza.

— Menma por favor....
— Basta Shikadai, te lo dije incontables veces. Code es mi problema y estoy solo en ésto. Pero me vengaré de ese maldito que me arruinó la vida.

Sabía que él no me entendería nunca, y no lo culpaba ya que ni siquiera yo mismo lograba entenderme a veces.

Pero él no estaba dispuesto a dejarme ir y en cierta forma eso me colmaba de placer. Debo reconocerlo, estoy loco. Aunque no era así, solo que Nagato y Code me volvieron alguien así.

Shikadai me abrazó mientras conversabamos con los demás. Mejor dicho él conversaba y reía con mi padre y mis hermanos.

Yo me limitaba a camuflar mis verdaderos sentimientos, mientras los recuerdos de mi caótico pasado regresaban a mí otra vez.

Nagato adoraba encerrarme y hasta encadenarme por días. Esa habitación era oscura y sombría. El frío calaba mis huesos haciendome tiritar. Code iba a verme varias veces.

No soportaba a esos malditos, padre e hijo se deleitaban atormentándome de diversas formas. No entendía cómo mi abuelo Minato me hubo entregado a tales bestias.

Cuando escapé creí que en verdad la pesadilla había acabado pero para mayor tormento mío solo acababa de empezar.

Aquello lo supe cuando recibí la horrenda noticia de que estaba casado con Code sin siquiera recordar la maldita boda. Era legal y oficial pero lo hicieron en secreto para torturarme más aún.

¿Cómo lograron drogarme así? No lo sé pero conozco lo suficiente a Nagato como para saber que él era el hombre de los mil recursos. Solo así se aseguraban él y Code seguir perteneciendo a la aristocracia.

Cuando mi padre lo mató sentí un placer intenso. Sin embargo Code apareció para recordarme que la pesadilla no había acabado y planeaba vengar la muerte de su padre haciendo uso de sus derechos como esposo hacia mi persona.

Incontables veces Code intentó acercarse a mi padre para mostrarle las pruebas de que yo le pertenecía a él, hijo de uno de quienes lo torturaron en su pasado.

Fueron los peores momentos de mi vida por dios, estar atento a los continuos asechos de Code e interceptar sus mensajes. Me sentía atado de pies y manos al lunático de Code.

Shikadai apareció justo cuando empezaba a rendirme, cuando había tomado la decisión de suicidarme considerando que era la única opción que tenía de escapar.

Pero Shikadai me hizo ver el otro lado de la vida, siempre hay esperanzas me decía y era cierto. Por eso ahora tenía la fuerza para enfrentar las amenazas de mi esposo y las convicciones de poder acabar con él de una vez por todas.

Ahora observaba a mi papá y mis hermanos felices. Estaba aliviado al saber que Naruto se iría de aquí por seis meses. Eso me daba tiempo para encargarme de Code.

Me dejé abrazar por Shikadai volviendo a la boda de mi hermano, bien podía divertirme un momento maldita sea.

— Te amo Menma — me susurraba él al oído — Quedate conmigo por favor te lo pido.
— Shikadai — voltee para verlo a los ojos — Eres mi vida.

Él me besó con pasión salvaje y desenfrenada, yo le respondí con deseo ardiente. Estaba tan necesitado de él que me desesperaba.

Pese a mí mismo, y a mi terca decisión de alejarme de mi pelinegro amado, aquí me encontraba envuelto en sus brazos, disfrutando de sus besos y anhelando estar solo con él en una habitación, para seguir con el placer candente.

Pero cuando entramos a mi habitación vip de Recreación, encontramos una nota que había sido arrojada bajo la puerta. Reconocí su letra al instante. Era de Code.

Perdí los colores de mi rostro al segundo siguiente. Shikadai la leyó en voz alta. Code me anunciaba que sabía sobre lo mío con Shikadai, y me prometía que se ocuparía de él personalmente.

Cerré mis ojos sintiendo un miedo intenso, no quería que a mi amado le ocurra nada. Quise irme de ahí, romper con Shikadai alejandome de todos y de todo para protegerlo.

Pero él me abrazó asegurandome que nada malo le pasaría, y que me protegería. En verdad tenía una forma tan especial de decir las cosas con un poder de convencimiento tan intenso que pude relajarme. Al menos un poco.

— Solo relajate mi amor, relajate y disfruta — diciendome aquello me encendió una vez más con magistral perfección.

Dios, en verdad Shikadai sabía lo que hacía con mi cuerpo. Pese a mí mismo empecé a excitarme con cada caricia suya. Mi pantalón me ciñó de repente haciendome sentir en extremo incómodo.

Shikadai sonrió con placer al ver cómo me tenía, me aferré a él con desesperación siendo conciente de que no me permitiría quitarme la ropa. Faltaba bastante para ese momento muy a mi pesar. Fuera la noche había caído.


Atrapado (SasuNaru) (BoruShin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora