Pasiones Y Anhelos

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MITSUKI

No sé cuánto tiempo pasó desde que me vi obligado a regresar junto a mi padre. Solo sé que tuve que soportar las malditas drogas inyectables mientras mi mente se embotagaba.

Sin posibilidad de escape. En realidad nunca pude ni podría liberarme del control de mi padre, porque sea donde fuere que vaya él me encontraría.

Era desolador la sola idea pero nada podría hacer al respecto. Echaba de menos el calor del hogar de los Uzumaki. Extrañaba a mi amado Nagi, sabía que él quería verme pero mi padre se lo impedía. Hasta acabar con mi tratamiento, como él lo llamaba.

Había veces en que me desesperaba, no daba más. No quería seguir viviendo así. Me tenían encerrado en mi habitación, dopado la mayor parte del tiempo. Llorando.

Los escasos momentos de lucidez que me permitían tener, era para hacerme ver mi terrible error al intentar traicionarlos no solo a mi padre sino a su marido también.

Había expermentado el amor, el ser querido y ayudado en serio por alguien como Naruto, quien me aceptaba como a un hijo. Aquello solo aumentaba mi dolor actual al estar encerrado.

Mi padre entraba a mi habitación en esos momentos junto a su marido, eso ocasionaba una intensa desolación en mí. Todo mi cuerpo parecía estar hecho de plomo.

Sentí el frío del alcohol en mi brazo izquierdo preparándome para ser inyectado.

— Padre ya no, por favor...ten piedad...
— Falta bastante para completar el tratamiento hijo.
— ¿Por qué me haces ésto?

Sentí el pinchazo e inmediatamente me pesaron los parpados. Casi al instante caí en un vacío sueño donde solo oscuridad me rodeaba.

SHINKI

Estabamos en la sala de lectura, abrazaba a mi amado Boruto en un intento por calmarlo. Desde la partida de Mitsuki, mi amado se sentía inmensamente culpable. Más aún al ver el dolor de su gemelo y de su padre. Por eso no dejaba de abrazarlo un instante. Necesitaba mi apoyo emocional.

— Ya mi vida, verás que todo se solucionará muy pronto.
— Debería atacar la residencia de Itachi y liberar a Mitsuki.
— Tranquilo

Lo besé con pasión infinita mientras él me rodeaba el cuerpo con sus brazos. Cuánto nos amabamos. Me costaba calmarlo pero siempre acababa lográndolo.

— Mitsuki se sacrificó a si mismo por Naruto. Eso es admirable mi vida.
— Nagi y mi padre no están nada bien. Mitsuki tampoco lo está y nosotros aquí....

No le permití seguir. Lo besé con intensa pasión al punto de recostarlo en el sillón, mientras masajeaba su tan delicioso cuerpo. Boruto lograba enloquecerme siempre.

Desprendí el botón de su pantalón para introducir mi mano y acariciar su miembro sobre sus boxers. Él gimió sobre mis labios mientras movía sus piernas.

— Shinki....ah...mi amor....ah...
Él me desabotonó mi camisa quitándomela, así podía acariciarme en la piel directamente. Pero yo estaba sumergido en la dulce tarea de encenderlo volviendolo un adicto a mí.

— Aún no mi vida, falta un poco más — susurré en su oído sintiendo cómo su miembro se endurecía. Él movía las piernas cada vez con mayor desesperación — Debes estar a punto y eso dista mucho de volverse una realidad aún.

— Ah....ah....Shinki....no es así...
— Se lo que digo mi vida.
Me encantaba ver cómo reaccionaba a mi tacto. Sus pantalones empezaban a incomodarle, pero no me importó. Quería que no pueda ni siquiera pensar. Tras quitarse la camisa, lo tenía para mí solo también. Besé su cuello logrando enloquecerlo de pasión y deseo.

— Shinki ah....quítamelos..
— No mi vida, aún no.
— Por favor mi amor — lo interrumpí con un erótico beso que prometía amor y placer.

Cuando nos alejamos para respirar retiré mi mano de su miembro que empezaba a humedecerse, para rodearlo con mis brazos. Él rodeó mi cintura con sus piernas pero seguía aprisionado por los pantalones.

Al querer quitármelos se lo impedí, no lo tomaría allí sino en nuestra habitación. Me complació ver a mi amado dorado estar al limite de pasión por mí. Cuanto lo amaba por dios.

— Shinki por dios....no aguanto más...
— Aquí no mi vida, sabes que no me gusta hacerlo en otro lugar que no sea....
— El dormitorio lo sé, pero es que no podré caminar amor.
— Tendrás que poder mi vida — me incorporé — Ven Boruto, vayamos a nuestra habitación.

Con dedos torpes vi cómo se colocaba la camisa y se cubría. Movía las piernas como si tuviese ganas de ir al baño, eso me fascinaba despertando en mi una alegre carcajada. Estaba rojo incandescente y respiraba entrecortado.

— Tú eres igual que Sasuke mi amor.
— ¿En serio?
— Si, él también suele hacerle éstos jueguitos a mi pobre padre dejándolo desesperado.

Lo abracé con ternura sintiendo que no dejaba de moverse. Tenerlo así era mi mayor hobbie. Cuando vi que me sujetaba para llevarme rápidamente a la habitación, no se lo permití. Lo abracé y reteniendolo allí, mientras seguía encendiendolo.

— Ya...no aguanto más...ah...ah...por dios...mi amor....
— Me encanta tenerte así mi vida.
— Lo sé mi amor...ah...ah....lo sé...dios mío....ah....

Como tampoco podía más, permiti que me llevara a la habitación donde nos encerramos y a gusto nos quitamos las ropas. Él me arrojó a la cama y sin preparación previa me penetró.

Sus embestidas eran intensas y dolorosas pero a su vez placenteras. En verdad mi dorado amor estaba desesperado. Llegados al climax él se derramó dentro de mí y yo sobre la cama.

Me abrazaba con fuerza cuando el cansancio nos invadió. Sin soltarnos nos dormimos. Fuera llovía. Durante la noche sentí que volvía a embestirme y a derramarse dentro mío.

— Te amo Shinki, te amo y te deseo a más no poder.
— Y yo no solo te amo,  sino que te necesito mi vida.
— Aquí estoy mi amor, solo para tí.

Me abrazó con fuerza y nos dormimos abrazados mutuamente.

Atrapado (SasuNaru) (BoruShin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora