Boruto Y Mitsuki

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MISTIKI

Mi padre llegó al atardecer junto con su pareja, se veían agotados. Siempre que le preguntaba dónde iba solo me respondía:

"Menos averigua Dios y perdona hijo".

Por supuesto que dejé de preguntarle cuando su pareja se ofendió conmigo.

Honestamente no quería problemas además se notaba que ellos se amaban, pese a los prejuicios de algunos miembros de nuestro clan.

Lo mismo sucedía con mi tío Sasuke, no era bien visto por varios miembros del clan por su matrimo con Naruto pero ninguno de los dos hermanos Uchiha mostraba interés por el qué dirán de los demás.
Eso me gustaba, al punto de sentir admiración por ambos.

En verdad era felíz hasta hace unos meses atrás. Luego de lo de Boruto fuí descubriendo cosas de mi padre que no solo no me guataron, sino que también me asustaron al extremo de sentir escalosfríos con tan solo oír su voz.

Comencé a observarlo con más detenimiento y fuí dandome cuenta de lo aterrador que en verdad es Itachi.

Además me obligaba a hacerme tratar con su pareja, Deidara, quien me drogaba inyectandome y haciendome tomar esas porquerías que me anulaban la mente y el alma.

En verdad me sentía atrapado y sin salida. Lo que era peor, no tenía a nadie que pudiera recurrir en busca de ayuda.

Hasta que Nagi apareció en mi vida. En verdad puedo decir que él es mi sol, la luz que me fortalece para combatir a esa oscuridad que con tanta saña mi padre Itachi y su pareja desean sumirme.

Aunque mi padre me tiene estrictamente vigilado, hace dos días pude enviarle a Boruto un mensaje disculpandome por haber sido tan cruel con él a travez de Nagi.

Pero ahora la oscuridad se adueño de mí finalmente y para ser sincero ya no siento que haberme disculpado con él haya sido lo correcto. Pero lo echo, echo está.

Ser frío y distante empezaba a resultarme bastante placentero una vez más y otra vez veía a mi padre con orgullo y admiración sintiendome a salvo a su lado.

Hace dos días que no veía a Nagi y particularmente estaba inquieto. Por eso esa tarde entré en el despacho de mi padre, quien como era su costumbre estaba junto a Deidara, y sin previo aviso dije:

— Iré a lo de los Uzumaki padre. No ví a Nagi en dos días — nuestras miradas se cruzaron, oscuras y desafiantes — ¿Algún problema al respecto?

Él sonrió complacido, lo mismo hizo Deidara solo que fue escandaloso.  Blanquee los ojos, aquel no me caía bien estando en la oscuridad.

— Ninguno hijo, solo debo advertirte que seas diplomatico y precavido. No quiero otro inconveniente como....
— El que tuve con Boruto, lo sé padre. Adiós.

Abandoné su despacho, me coloqué el tapado azúl y salí.  Nuestro carruaje me aguardaba fuera. El día como de costumbre estaba nublado y lluvioso.

Al llegar el mayordomo me hizo pasar al salón de visitas. Sonreí para mis adentros, ya que las vueltas de la vida en verdad sorprendían.  Nunca imaginé volver a esa mansión  menos en calidad de pretendiente.

Los recuerdos vividos junto a Boruto me astaron y su maldita actitud final me enfureció otra vez. El muy maldito tenía a Shinki aún siendo mi novio. Y yo como un idiota a su lado.

Cerré con fuerza los puños intentando calmarme, debía recordar la advertencia de mi padre. Diplomacia. Apariencias.

Eran los pilares de todo caballero y en especial de los Uchiha. La puerta se abrió y allí lo ví. Boruto ¿qué demonios quería? Porque podía reconocer a mi Nagi de su gemelo sin problemas. 

"Recuerda Mitsuki,  sé diplomatico. Aparenta que todo está bien".

Me dije a mí mismo mientras Boruto se me acercaba. Mi expreción de dura indiferencia debió turbarlo ya que se detuvo a medio camino.  Sonreí, la verdad que no pude evitarlo.

— Vaya vaya, no has cambiado en nada Boruto. Sigues siendo tan transparente como siempre.
— Mitsuki....
— ¿Está Nagi?

— Si pero....le pedí unos momentos para....
—¿Para qué?
— Quiero que hablemos Mitsuki....iba a ir a verte pero Nagi dijo que no sería buena idea.

Eso alteró algo en mí pero inmediatamente fue bloqueado. No sé por qué no me gustaba sentirme así. No soportaba ver a Boruto sintiendome así.

— Vine a ver a tu hermano no a tí Boruto. Tú....tienes a Shinki ¿o me equivoco?
— Mitsuki....Nagi me dió tu mensaje...él me contó todo....aún lo que vió dentro de tí....

Desvié la mirada girandome también para darle la espalda. Odiaba sentirme tan indefenso, porque así era como me estaba empezando a sentir mientras escuchaba a Boruto.  Maldita sea ¿qué tan difícil podía ser ver a Nagi?

— Mitsuki yo te perdono — Aquella frase movió algo en mí,  algo que empezaba a aflorar resultandome imposible de controlar. Cerré con fuerza mis ojos — Ahora sé que....que no fue tu culpa...que tú en verdad....eres noble....Eres aquel que cada tanto podía ver y del que en verdad me enamoré....Mitsuki yo....yo puedo ayudarte....

—¡No! — exclamé volteandome para mirarlo a los ojos dolido — Tú....tú ya nada puedes hacer por mí....de echo....nadie puede...nadie....
— No es cierto Mitsuki.  Sabes que estudio psiquiatría y que a punto estoy de recibirme. Podría neutralizar.....

— ¿Esa es tu ayuda Boruto? ¿Más inyecciones y drogas? Lo siento pero no, rechazo tu oferta. Suficiente tengo ya con lo que Deidara y mi padre me inyectan. No son más drogas lo que necesito como ayuda precisamente.

— Mitsuki no entiendes...
—¿Qué es lo que no entiendo? — Veloz como el rayo llegué a su lado y lo sujeté con fuerza del brazo izquierdo. Pude ver el miedo en su expresión, sentimiento que mientras estuve lejos suyo no tenía. Aquello me desvastó y lo solté — Boruto...yo....lo lamento....no tengas miedo por favor....ni todas las malditas drogas que ellos me inyectan podrán obligarme a volver a dañarte....aunque lo....lo....piense....nunca lo haré....

— Mitsuki — nuestras miradas se cruzaron y pude ver su intensa preocupación por mí, él en verdad era un gran amigo — Dejame ayudarte.

— No se trata de que te deje o no Boruto.
— ¿Entonces?
— Es mi padre quien no te lo permitirá. Sería un esfuerzo inútul. Así que no insistas más.
— Mitsuki
— Si Nagi no quiere verme me retiro.

Salí del salón y aunque escuche su voz pidiendome que me detenga no lo hice, necesitaba salir de allí ya que me hacía sentir aquello que jamás podría tener.  Libertad y hogar.

Pero cuando estaba llegando a la puerta de calle apareció frente mio Sasuke. Me detuve asombrado.
— Espera Mitsuki — la voz de Naruto detrás mío sonó firme. Cerré los ojos frustrado.

— Maldita sea — susurré mientras volteaba para verlos a Naruto, Boruto y Nagi quien corrió a mí para abrazarme con fuerza. No pude evitar de abrazarlo con desesperación. — Nagi ¿por qué me abandonaste mi sol?

— No te abandoné mi amor, te dije que no lo haría. Pero fue necesario ausentarme así pudiste salir a buscarme. Ahora ellos te protegeran, serás libre. Te dije que te sacaría de ahí.
— Nagi, no entiendes. Itachi es implacable mi sol.

— Mi hermano no es invencible Mitsuki — dijo mi tío — Te quedarás aquí.
— Y no aceptaremos una negativa de tu parte — Finalizó Naruto.

Los miré a ambos sintiendome mas que confundido. ¿Por qué hacían eso por mi? Shinki abrazaba a Boruto y aquello me reconfortó. Hacian una buena pareja.

— Si ustedes lo dicen — conteste con indiferencia ya que no me era posible romper esta frialdad por mí mismo.

Nagi me volvió a abrazar efusivamente. Aquello era lo que más me gustaba de él.
— Todo estará bien mi amor, ya lo verás — me dijo mientras me rodeaba el cuello con sus brazos.

Yo estaba seguro de una cosa, aquello no le gustaría nada a mi padre.

Atrapado (SasuNaru) (BoruShin)Kde žijí příběhy. Začni objevovat