La Pesadilla

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Shinki había llegado a Recreación cuando le anunciaron que el apellido de sus tíos le.había sido retirado.

Le permitieron entrar porque aún era, oficialmente, el novio de Boruto Uzumaki pero le pidieron que en adelante vaya con su novio si quería seguir entrando allí.

Aquello en verdad, el pelinegro no se lo esperaba. Al parecer su tía se hubo cansado de él y a su tío le dió igual su destino.

Entró y se sentó en una mesa alejada de miradas indiscretas, esperaba la llegada de su primo Shikadai. Lo necesitaba tanto que empezaba a inquietarse a medida que pasaban los minutos.

—Apurate primo, por favor. Necesito tu ayuda hermano. — murmuró para él mismo.

Pero al cabo de una hora un mozo se le acercó y de mala gana le entregó un sobre. Era increíble cómo cambiaba todo con tan solo un simple apellido.

Al ver el remitente, Shinki frunció el ceño ya  que se trataba de su odiosa tía. Abrió el sobre y lo leyó en silencio. A medida que iba avanzando la lectura su respiración se entrecortaba.

Concluída la lectura, se sintió tan frustrado que tras arrugar el papel lo arrojó a la basura. Y cerrando los ojos se sujetó la frente.

Su tía le informaba que le había prohibido a Shikadai hablarle, y a él le exigía que no lo molestara nunca más.

Estaba solo, sin nadie ni nada. Era oficialmente un indigente, y si quería seguir viviendo en apariencias como un aristócrata, debía volver a la mansión de los Uzumakis como si nada hubiese sucedido.

Encima agachando la cabeza y pidiéndole perdón a Boruto y a los demás, por molestarse debido a haber comprobado que todos le dieron la espalda.

Las imágenes de lo vivido durante el sometimiento a manos de Momoshiki volvían a invadir su mente. Todo volvía a suceder, su desesperación iba en aumento. Ésto sumado a sentirse abandonado, solo anhelaba morir.

La voz del mozo, dura y fría, lo alejó de sus pensamientos. Le anunciaba que debía retirarse del salón y de todo sitio visible.

—¿Qué? — Shinki no entendía nada debido a que tenía la mente hecha un caos —¿Irme? Pero aún no....

—Usted no debería estar aquí, no pertenece a éste lugar. Y en adelante si desea entrar y sentarse, u ocupar algún lugar de aquí visible, deberá venir con su novio Boruto Uzumaki o con quien sea que se encuentre.

Aquello lo hizo sentirse como una perra que se vendía al mejor postor. Lo miró con dureza y se levantó. Tras pagar la consumisión el mozo se retiró.

Se coloquó el tapado negro y se dirigió a la salida con su mochila al hombro. En el camino vió a Shikadai, su primo, quien entraba al lugar con Menma Uzumaki.

Apretó los labios y tras desviar la mirada siguió caminando. Supo que en un determinado momento Shikadai lo vio porque lo llamó, pero Shinki siguió avanzando como si no lo hubiese escuchado.

Salió, fuera nevaba junto con el intenso viento que congelaba hasta los huesos. Se colocó la capucha de su negro tapado y tomó un carruaje de alquiler.

Volteó un breve instante para ver a su primo con intenso dolor, él se acercaba a su persona con desesperación pero Shinki ya no quería oírlo.

Subió al carruaje, tras decirle al cochero dónde debía llevarlo, se recostó en el asiento, dejando que las lágrimas humedezcan su rostro.

Mientras sentía el molesto movimiento del coche, pensaba por qué demonios no se suicidaba. Encima su primo aparece, cuando ya ni siquiera él mismo podía permanecer en Recreación tras haber sido tratado como una prostituta barata.

Atrapado (SasuNaru) (BoruShin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora