🪶CAPÍTULO 27: La cadena de ángel🪶

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Al abrir los ojos, una dulce melodía la recibió, por lo que miró a su costado, pero Ariel ya no estaba sentado en la silla, dejando un lugar vacío. Suponiendo que se había ido al quedarse dormida.

Al salir de la cama, avanzó al baño para lavar su rostro y dientes, mientras recordaba el día anterior, y a Ariel abrazándola. No se había sentido protegida desde hace mucho tiempo, en específico, desde que se marchó Jofiel.

Enjuagando su boca, tomo un poco más de agua entre sus manos y llevo a la cama. No podía sentirse de esa manera por alguien que incluso puede asesinarla para obtener la rosa de cristal.

Secando su rostro, salió del baño, intentando alejar todas las preguntas generadas por la noche anterior, al menos por hoy, porque lidiar con la rosa, la traición de Flynn, con el hombre que desea asesinarla, o la verdad de sus padres biológicos, resultaba bastante agobiante.

Mientras descendía por las escaleras, el sonido de una nueva melodía llego a ella. Curiosa, avanzó en dirección de donde provenía la música, guiándola a la puerta al final del pasillo donde Ariel tenía colgado sus retratos.

Abriendo la puerta, se asomó, y lo que reveló detrás ella la dejó en shock. Una gran biblioteca con techo de cristal de donde colgaba una lámpara de araña, le dio la bienvenida, en compañía de la dulce melodía de Secret.

Sorprendida, se adentró al lugar, mirando fascinada todo lo que la rodeaba.

—Veo que la has encontrado —escuchó decir una voz familiar detrás de ella—. Al parecer, los libros son como un imán para ti.

Observó con interés a Ariel salir de una habitación, a un costado de ella.

—Esto es genial —expresa.

—Lo sé.

—No sabía que te gustara leer, ni que escucharas música.

—No sabes muchas cosas de mí, Calix—dice, mirándola directamente a los ojos.

—¿Qué te gusta leer? —Cambia de tema.

—Todo lo que hable de la tierra, espacio y tiempo.

—Supongo que lees entonces mucho de Sócrates, Aristóteles y Plantón.

—Son los mejores filósofos de la historia —asegura Ariel.

—Jamás pensé que fueras el tipo de chico al que le interesa ese tipo de lectura.

—Y yo jamás imaginé que fuera un tipo de chico —le regala una pequeña sonrisa —. Pero lo que me llama la atención de esos temas, es la extraña y maravillosa forma de pensar del ser humano, creando sus propias teorías sobre el mundo y el universo.

—Pensé que creías que éramos egoístas y sin respeto a nuestro prójimo —recuerda Calix.

Él la mira con una pequeña sonrisa casi visible en sus labios, al parecer había escuchado la conversación con Lailah y fingido que no era así.

—Lo son, pero, así como tienen defectos, tienen maravillosas cualidades.

Calix avanzó al libero y tomó un libro, hojeándolo. Ariel la mira con curiosidad, de perfil se veía incluso más bella.

—¿Por qué te gusta tanto leer? —Preguntó a Calix.

—Porque me traslada a un mundo diferente —confesó—. Me aleja de la realidad, es como si solo existieras tú y el libro —lo miró—. Las letras desaparecen y vives el momento, su momento —Negó—. Sonará ridículo, pero sientes sus emociones como si fuera las tuyas. En pocas palabras, te pones en su lugar, y todo parece tornarse mágico, porque sientes que todo lo que estás leyendo pasa frente a tus ojos.

Mi Secreto: La Rosa De Cristal. (Libro I)⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora