🪶CAPÍTULO 12: Un lugar tan seguro🪶

15.1K 1K 20
                                    

Al llegar a casa, las miradas de sus padres viajaron a ella, incomodándola. Calix se removió en el asiento trasero, para acercarse a la puerta.

—Nos vemos en la noche —dice, bajando del auto.

Sabía perfectamente que ellos trabajaban los fines de semana por puro placer, y en cierta forma, eso no le molestaba en lo absoluto, a pesar de que no pasaran mucho tiempo con ella. Ya que ese era el principal motivo del porqué aún no habían descubierto su secreto.

—¿Estarás bien sola? —pregunta Lack.

—Siempre lo he estado, ¿por qué no lo estaría ahora?

—Calix...

—Está bien papá, a mí me gusta estar sola —confiesa, con una sonrisa dibuja en sus labios— así que no te preocupes.

—Pero el doctor...

—El doctor ha dicho que no ha sido nada grave, así que no se preocupen —bajo del auto, cerrando la puerta detrás de ella—. Disfruten su día —dice a ambos, mientras se retira un poco del auto.

Se queda unos minutos de pie, viendo cómo se alejan, para después soltar un suspiro y entrar a la casa.

Mientras calentaba el desayuno en el microondas, el timbre sonó, por lo que cerro el refrigerador y dejo sobre la mesa el juego de naranja que su padre había preparado esta mañana.

—Flynn, ¿Qué haces aquí? —pregunta confundida, al abrir la puerta.

El hada la hizo a un lado y entro a la casa sin darle una repuesta. Calix frunció el ceño ante aquel extraño comportamiento.

—¿Estás sola? —pregunta, mirando hacia las escaleras.

—Am, sí, como siempre —contesta, cerrando la puerta— ¿Pasa algo?

Sin soportarlo más, dio pasos hacia ella y la tomo de los hombros, sintiendo su calidez en la palma de sus manos.

—Calix, necesito decirte algo —dijo, asustando un poco a la chica, ante su tono desesperado.

Un sonido sordo los sobresalto a ambos, rompiendo el contacto visual.

—¿Qué ha sido eso? —Calix se aparta de Flynn y camina hacia la cocina.

Se detuvo de golpe al encontrarse con el cristal de la puerta trasera manchado de sangre, mientras un cuervo negro se convulsionaba en el suelo. Asustada, volteo a ver al hada.

—Que está pasando Flynn.

Entreabrió los labios para decir algo, pero su vista fue a atraer hacia el bosque.

—Ella quiere hablar contigo —menciona.

Calix sigue su vista, y es cuando logra ver a Brindy saliendo del bosque que comprende las palabras de Flynn.

—¿De qué?

—No lo sé —Calix aparta la mirada de la guardiana para ver a su amigo, quien luce inquieto y confundido.

¿Qué pasaba últimamente con él?, intentando ignorar su comportamiento, abrió la puerta para ir a su encuentro.

—Espera —Flynn la toma del brazo.

—Tranquilo, solo espérame aquí —aparta su mano y camina hacia la guardiana.

‹‹No te atrevas a lastimarla. ›› Amenaza Flynn.

‹‹Cuida tus amenazas hada, que no somos iguales. ›› Dijo la guardiana.

‹‹Se que no lo somos, pero ella es importante para mí, y haré lo posible para que esté segura. ›› Advirtió.

‹‹Querido, en ese caso, protégela de ti mismo y de ese ángel que llamas amigo. Solo necesitas ver quién es el que ha engañado, y te darás cuenta quien es realmente el enemigo. ›› Expuso a su defensa.

Al llegar Calix a ella, aparta la mirada del hada y centra toda su atención en la chica de ojos grises.

—Sígueme —ordena la guardiana, adentrándose al bosque.

Necesitaba hablar con Calix, pero no era seguro si Flynn estaba cerca, por ello tenía que alejarse lo suficiente para que él no pudiera escuchar.

—He pasado por situaciones extrañas los últimos días, y muchas preguntas atormenta mi mente, de las cuales Flynn no me dará repuestas de ella, pero tú...

—Calix —se detiene y la mira con atención— hay cosas que no te puedo decir por qué las tienes que descubrir por ti misma, pero hay otras de las cuales te puedo advertir —menciona.

—¿Qué quieres decir con eso? —pregunta confundida.

—Estás en peligro —advierte—. Debes tener mucho cuidado, no todas las personas que te rodean están a tu lado solo porque les agrades, existe la posibilidad de que lo estén porque esperan obtener algo de ti.

—Pero ¿qué podrían obtener?, no tengo nada —negó, y posó su mano en la mejilla de la chica, algo que incómodo a Calix.

—Tienes más de lo que imaginas —acarició su mejilla con el pulgar—. Eres todo lo que un ser podría desear —aparta su mano— por eso debes tener cuidado, y más ahora que ella llegó a ti.

—Hablas de la rosa.

Brindy asintió.

—Esa rosa es muy valiosa para el mundo mágico, pero no tanto como tú lo eres, pero eso ellos no lo saben —menciona— y es lo que te ha mantenido a salvo hasta ahora.

Calix cada vez terminaba más confundida.

—¿Cómo sabré en quién debo y en quién no confiar? —pregunta.

—Tu instinto te lo dirá —voltea hacia atrás de ella, al parecerle escuchar un ruido—. Es hora de que te vayas, no olvides lo que te he dicho.

—No, espera, aún tengo dudas.

La guardiana negó.

—Tus dudas tendrás que resolverlas tú misma, ahora vete, es peligroso el bosque para ti a estas horas.

Observa a Calix darle una última mirada antes de regresar a casa. Cuando estuvo lo suficiente lejos, le hizo frente al intruso.

—¿No te enseñaron que espiar en de mala educación? —pregunta, girándose en dirección a él.

El ángel salió entre los pinos y le dedico una sonrisa.

—No crees que es muy hipocrática de tu parte, ya que lo has estado haciendo conmigo —menciona.

—Mantenerte alejado de ella.

—¿Por qué lo haría?, tú...

—Porque yo te daré la rosa. —El ángel la miró con interés ante aquellas palabras—. Solo con la condición de que te alejes de ella, al igual que aquellos que pusiste en su camino.

—Suena tendedor, pero...

—La vida de esa chica vale más que tu lugar en el cielo, como lo vale el lugar de Flynn en la sede de hadas, así como el cumplimiento de la misión de Lailah —expone— ¿Realmente eres capaz de hacerles eso?, cuando te atreviste a llamarlos amigos.

El ángel sonrió y dio un paso a ella.

—A veces vale la pena ser egoísta para obtener lo que quieres, ¿no?, solo recuerda lo que le hiciste a Esmeralda —su sonrisa se amplía más ante la inquietud de la guardiana—. En la tierra, llamar a alguien amigo no vale nada, ni siquiera para un hada —la miro de pies a cabeza.

Ya que las guardianas, antes de ser una representante de una estación del año, pertenecieron al reino de las hadas. Pues no había ser mágico, más que ellas para representar la naturaleza en sus estaciones, al ser quienes tenían una conexión más fuerte en el mundo.

Extendió sus alas, preparándose para el vuelo.

—Ellos no están siento totalmente sinceros, te dieron una orden, pero también un encantamiento —la guardiana se dio la media vuelta para marcharse—. Espero que descubras la verdad antes de que sea demasiado tarde, y te condenes a ti mismo —dicho aquello comenzó a alejarse, dejando intrigado al ángel. 

Mi Secreto: La Rosa De Cristal. (Libro I)⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora