🪶CAPÍTULO 17: El ángel que se convirtió en Rastra🪶

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Intentaba resolver unas ecuaciones de matemáticas, pero concentrarse en este momento estaba fuera de sus opciones, lo que lo hacía más complicado, pues su mente estaba enfocada en resolver otras cosas que eran todo menos ecuaciones.

Miró en dirección a Ariel, y la duda vuelve a resurgir, así como la teoría que ha formulado, sobre que todo suceso extraño inicio cuando el apareció en su vida. Y el principal detonador de aquella teoría fue que las alas empezaron a revolotear cuando pasaron frente a él, lo que hizo surgir más preguntas, como; ¿Ariel es un Rastra?, ¿fue él quien entró en su habitación?, y, sobre todo, que buscaba. La repuesta era obvia, él estaba detrás de la rosa de cristal.

Apartó la mirada de él cuándo la cabeza le comienza a doler. Detestaba el misterio, pero al parecer su vida está impregnada de él.

—Calix, ¿estás bien? —Pregunta Anyi, al percatarse de la inquietud de la chica.

—Am, no lo sé.

Al sonar el timbre, Calix se apresura a guardar sus cosas, para seguido tomar su mochila y salir del aula sin esperar a Anyi, quien la sigue.

—Oye, ¿Qué pasa? —La toma del brazo para detenerla. Calix la mira con irritación.

—Anyi, necesito estar sola un momento.

—Pero tenemos clases, y...

Sabía que a Anyi no le importaban las clases, pero las utilizaba de justificación para no alejarse de ella.

—Calix, sabes que no te puedo dejar sola —dice sincera.

—Lo sé, pero necesito estarlo para pensar —menciona—. No sé quién eres Anyi, ni siquiera se quien soy yo y porque me ocurren últimamente cosas extrañas —expone algo frustrada, para después soltar un suspiro—. No quiero ser grosera Anyi, pero solo déjame respirar un poco e intentar procesar lo que ocurre.

Dicho eso continuo su camino, mientras Anyi la miraba rendida.

—Parece que no estás haciendo bien tu trabajo, bruja —dijo Ariel a su lado.

—Como tú tampoco pareces hacer el tuyo, ángel —ataco.

—Pondría en duda eso —dijo a su defensa, recargándose en la pared.

—Como pones en duda tu método de conseguir la rosa, ya que al parecer olvidaste tu cadena en el área, rastra —le sonrió— pero debo admitir que tu pequeño error, me hizo entender el motivo por el que aún no te has ido. Parece que después de todo, los años que llevas en la tierra te afectaron más de la cuenta —dicho eso continua con su camino.

—Necesitamos hablar —dijo Lailah, al colocarse a su lado.

—Ahora no estoy de humor —y no lo estaba, ya que Anyi era bueno irritándolo.

—Se trata de Calix —agrego, lo que acaparo todo el interés de ángel.

🪶🪶🪶

Calix contemplaba el jardín, recargada en aquel viejo y grueso roble, preguntándose si alguna vez su vida volvería a la normalidad.

—Pareces preocupada —mirando a su derecha, se encontró con la mirada Azul de Axel.

Lo ignoró, al igual que esa calidez que sentía en su pecho cuando estaba cerca, era leve, pero podía sentirla. Y se sentía a su vez como un tipo de atracción, como si tirara de ella hacía él. Había sentido antes esa sensación, tres o incluso cinco veces más fuerte por un ser que deseaba olvidar, pero le era imposible hacerlo. Y quizá por esa razón sentía curiosidad por Axel, porque era la segunda persona que conocía que la hacia sentir esa sensación tan extraña y a su vez familiar.

Mi Secreto: La Rosa De Cristal. (Libro I)⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora