🪶CAPÍTULO 7: Y de nuevo él🪶

14.5K 1K 9
                                    

Al llegar a la escuela, ambos estaban hundidos en sus pensamientos, generando un gran silencio entre ellos. Puedo ver de reojo a Flynn abrir la puerta, dispuesto a bajarse, pero ella se mantuvo en su lugar, lo que confundió a este.

—¿Sucede algo? —pregunta, cerrando la puerta de nuevo.

—Mentiste —lo volteo a ver.

—¿De qué hablas?

—Ellos estaban en casa, pero evitaste que me encontrara con ellos —expuso—. Luego, sucedió el accidente del cuervo.

—Calix...

—Nos vemos en el almuerzo Flynn —abre la puerta y baja del auto.

Había iniciado aquella conversación con el objetivo de conocer la razón de que Flynn le mintiera, pero ahora huía de la verdad. Era una cobarde, pero temía tanto que la persona que la había vuelto hacer confiar, la traicionara.

Al llegar al baño, humedeció su cara, intentando apartar esa sensación de asfixiarse. Quizá Flynn no le estaba mintiendo, solo se encontraba un poco ansiosa y paranoica por los hechos ocurridos el día anterior en el bosque, y causaban que malinterpretara todo.

Levantando la mirada, observo como los restos de agua escurrían por su rostro, cayendo en gotas sobre el lavabo. Estirando su mano, tomo una toalla de papel para limpiar su cara.

El sonido de la puerta abriéndose la hizo recomponerme.

—Miren a quién tenemos aquí —dijo Daya, al ver a Calix— a la rarita del colegio. —La empujo, provocando que esta se sostuviera con fuerza del lavabo para no caer.

Sin producir ninguna palabra, Calix intento rodearla para salir del lugar, pero Karina, la mejor amiga de Daya se interpuso en su camino.

—¿A dónde crees que vas? —Preguntó.

En busca de escapatoria, intento de nuevo pasar sobre ella, pero Karina la empujo con fuerza al ver sus intenciones, provocando que cayera al suelo.

La risa de ambas llenó el cuarto de baño. Empuño sus manos.

—Vámonos Karina, dejemos a la rarita —escucho la puerta cerrarse.

Estuvo por unos minutos más en el suelo, intentando controlar su ira. Quería lastimarlas, provocar que derramaran lágrimas de sangre e imploraran por su perdón, pero no podía perder el control, ella era diferente, y ellas tan normales, no sería una pelea justa.

En el momento qué logro estabilizarse, se puso de pie, limpiando sus jeans, mientras caminaba hacia la puerta. Al abrir la puerta y cerrar detrás de ella, miro sus manos en busca de un raspón, olvidando mirar su camino, ocasionando que se impactara contra alguien. El sonido de unos libros, cayendo al suelo, la hizo ponerse de rodillas para ayudar al desconocido a levantar sus cosas.

—Lo siento, ha sido mi culpa —alzo su vista para entregarle sus libros, pero quedo congelada al ver de quien se trataba.

El chico la miro con indiferencia, tomando los libros bruscamente de sus manos, rozando por un breve momento su piel, ocasionado que Calix sintiera una corriente eléctrica recorrerla de pies a cabeza. Se apartó bruscamente.

Calix lo miro, y percibió que él no había sentido aquello, por lo que se puso de pie al mismo tiempo que él.

—Ten más cuidado —dijo con amargura, para luego rodearla y marcharse.

Confundida, lo ve alejarse. Al parecer alguien se había vuelto en el nuevo raro del colegio.

Tan pronto llego al salón de química, tomo asiento al lado de Francis, conocida como la Barbie de la escuela, ante sus rasgos delicados y piel perfecta, eso sin mencionar su larga melena rubia.

Mi Secreto: La Rosa De Cristal. (Libro I)⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora