🪶CAPÍTULO 3: ¿Quién es él?🪶

19.2K 1.2K 26
                                    

Era un día más de su vida, con la misma rutina, con la misma intención de aparentar ser normal, cuando cada parte de ella delataba que no era así.

—Calix, ¡qué esperas para bajar! —grito su madre desde el primer piso—. ¿Acaso quieres llegar tarde?

—Dame dos minutos —alzo la voz para que la alcanzara a escuchar.

Colocando el cepillo en el escritorio, le da la espalda a aquel bello amanecer que a veces la hace pensar que puede llegar a ser normal. Pero pedir ser normal es dejar de ser ella misma. Por ello su única opción era fingir serlo, y aunque el humano tiende a juzgar aquel acto de falsedad, la realidad es que todos en algún momento de su vida fueron falsos, fingidores, manipuladores de sus acciones para su propio beneficio.

Tomando su mochila de la cama, bajo corriendo las escaleras.

—Estoy lista —anuncia, mirando a su madre tomar el almuerzo de la barra de la cocina.

—No entiendo por qué se te hace tan difícil levantarte por las mañanas, ¿acaso el sonido del despertador no es suficiente para ti? —Le entrega el almuerzo.

—Los expertos lo llaman sueño pesado —comenta, guardando su almuerzo en la mochila, mientras sigue a su madre a la salida.

Al subir al auto y encenderlo, la mujer de ojos verde y cabellera negra, tan rizada como un resorte, mira a Calix, quien enciende el estéreo y deja reproducir el disco de su grupo favorito.

—En la guantera hay unos folletos, tómalos.

Calix obedece algo confundida. Cuando los tiene en sus manos, la voltea a ver.

—¿Folletos de universidad? —pregunta, elevando una ceja—. Mamá, aún falta un semestre para que termine la preparatoria.

—Calix, es poco tiempo, es mejor que tomes una decisión ahora —menciona—. Además, ya te has tardado en decidir que estudiar.

Sabía que no tenía ni la más mínima oportunidad de iniciar una discusión en donde saliera vencedora, por lo que la miro rendida.

—Bien, me tomaré mi tiempo para leerlos —dijo, guardándolos en su mochila.

El sonido de un mensaje entrante en su móvil, capturo su atención. Era Flynn.

Buenos días, chica del Aro. Te espero en la entrada.

Una sonrisa se dibujó en sus labios rojizos al leer el mensaje.

Buenos días, chico hada. Contesta.

¿Te falta mucho para llegar? me siento solo.

Por eso no deberías irte temprano. Responde.

O tu no venirte tan tarde.

Una sonrisa curva sus labios.

—Hablas con Flynn —pregunta su madre.

—Em sí —dice, tecleando otro mensaje.

—Eso chico me agrada —menciona, mirándola de reojo.

Calix deja de teclear el mensaje y la voltea a ver.

—Mamá, ya te dije que solo es mi amigo.

—¿Qué?, yo no dije lo contrario —murmura.

—Pero lo diste a entender —dice, por lo que su madre solo le dedica una sonrisa.

Los minutos transcurrieron rápido durante la trayectoria a la escuela, por lo que tan pronto su madre estacionó el auto, bajo de él y avanzo en dirección a Flynn, quien la esperaba recargado en su camioneta.

Mi Secreto: La Rosa De Cristal. (Libro I)⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora