🪶CAPÍTULO 18: Años oscuros, salvajes y sangrientos🪶

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—Calix estará bien, no se repitiera la historia —dice, para tranquilizarla.

—Lo sé, y eso es lo que más me asusta —la miró—. Hoy Ariel beso a otra chica frente a ella, y Calix no sintió absolutamente nada. Lo que significa que alguien llego antes que él a su vida, antes que todos aquellos que puso en su camino y rompió la conexión que crearon en el pasado y podía mantenerse en este presente.

—¿Crees que los arcángeles hayan enviado a alguien antes de Ariel?

—No lo creo, lo puedo asegurar, la pregunta es a quien —se pregunta Anyi.

—Puedo hablar con la naturaleza, quizás él...

—No creo que quiera ayudar, sabes que a él nunca le ha gustado intervenir en nuestros asuntos —dice la bruja, interrumpiéndola.

—Hace poco me encontré con él, y me comento que tenía algunos planes para Calix, quizá ha cambiado su punto de ver las cosas.

—¿Te digo cuales planes? —La guardiana niega—. Parece ser que tendremos más problemas de los que pensamos. Tu no pudiste percibir a Calix hasta que la rosa llego a ella, y yo no pude tener contacto hasta que dejé de ser prisionera, alguien apareció en su vida en ese lapso tiempo, que podría significar mucho para ella, y ahora la naturaleza tienes planes para ella. Comienzo a pensar que su reencarnación fue un gran error —agrega, recordando que ahora Calix porta el fuego gris. Un fuego que solo podía portar los más poderosos tenebris.

—Puede que ese error, nos lleve a un desenlace bueno —menciona Brindy.

—Espero que sea así, porque en el pasado nadie la puedo controlar, y temo que ahora suceda de nuevo, y traigo consigo más tragedias.

🪶🪶🪶

Al final del día, Calix se dirigía a casa, preguntándose a donde se había metido Anyi, quien se negaba a dejarla sola, para luego abandonarla sin ninguna explicación. Antes aquel acto le hubiera resultado genial, al lograr deshacerse de ella, pero ahora que sabía que su familia también estaba en riesgo, la ponía ansiosa.

Frustrada, cerro su libreta de tareas, y decidió ir al jardín en busca de aire fresco, que le ayudara a tranquilizarse. Tan pronto llego él, tomo lugar en el gran columpio que había puesto su padre. Meciéndose con suavidad, cerró los ojos y relajo su cuerpo, intentando no pensar en nada más que el dulce canto de las aves. Pero un sonido extraño y más fuerte que aquel, la hizo abrir los ojos y mirar en dirección al bosque.

La oscuridad era inmensa en él, pero por alguna extraña razón le parecía tentadora, era como si algo tirara de ella y le incitara a adentrarse en él. Poniéndose de pie, comenzó a avanzar hacia el bosque, hundida en algún tipo de trance.

Al salir del trance, contempló con confusión su alrededor, ¿Cómo había llegado a aquel lugar?

Inquieta, retrocedió unos pasos, intentando orientarse para encontrar una salida. Pero se detuvo en seco al percibir una presencia a su espalda. Girándose rápidamente, se encontró con una figura humanoide que cubría su cara y manos con una tela negra, mientras sostenía una daga, reconoció inmediatamente el instrumento.

Retrocedió otro paso, pero sintió como su cuerpo se impactaba con otro, sujetándola con fuerza de los brazos.

—¿A dónde escondites la rosa? —Preguntó una de ellos, pero su voz sonaba muy familiar y a su vez extraña.

—No sé de qué hablas.

—Mientes —murmuró el ser, señalándole con la daga—. Si no confianzas por las buenas, lo haremos a las malas. Y dudo que quieras que tus padres salgan lastimados.

Ante aquella amenaza, supo que no podía permitir que aquellos dos individuos cumplieran su palabra.

Permitió que el miedo desapareciera de su sistema nervioso, y el enojo la invadiera.

—Ah, quema —dijo el sujeto a su espalda, quien la soltó. Calix se mostró desconcertada ante la voz de una chica.

Pero aun así le lanzo una bola de fuego gris, la chica retrocedió, intentando apagar el fuego. Calix miró a su siguiente atacante, pero antes de poder prenderlo en llamas, el chico utilizo el aire en contra de ella. Calix cayo de rodillas al suelo, al no ser capaz de respirar, extinguiendo a su vez el fuego en sus manos. Mientras sentía como sus pulmones se contraían.

De repente una luz ilumino el lugar y el sujeto salió disparado contra un árbol, permitiendo a Calix recuperar el aire.

—Calix, ¿estás bien? —Preguntó Axel, acercándose a ella.

—Axel —murmuró con confusión. Mira al sujeto y la chica en el suelo—. Como...

—Te dije que ambos éramos raros —le sonrió.

En ese momento, el sujeto en el suelo se puso de pie, por lo que Axel fue a su encuentro. Tomándolo de la camisa, lo pegó con fuerza contra el árbol.

—Sí vas a atacar a alguien, al menos muestra la cara —le quito la máscara.

Calix sintió como el mundo caía a sus pies, incluso Axel parecía desconcertado.

—¿Flynn? —Axel fingió sorpresa.

—Calix, déjame explicarte...

Calix dejo viajar la mirada a la chica, notando como un mechón de cabello rosado salía de su capucha, para luego apartársela, descubriendo que era Lailah.

El chico se liberó de Axel, e intento ir hacia Calix, pero este lo detuvo.

—Intentaste matarme —dijo Calix, intentando no derramar lágrimas—. No existe una justificación para eso.

—Calix, sabes que te quiero.

—Cuando quieres a alguien no intentas matarla —expuso—. Me engañaste, me manipulaste. No te acercaste a mí solo porque querías ser mi amigo, lo hiciste porque Ariel te lo ordeno —lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, sin ser capaz de retenerlas más. Solo había sido un pensamiento fugaz en su cabeza hace unos días atras, una sospecha que se dijo no era correcta, pero ahora solo afirmaba que no se equivocó—. Tu nunca fuiste mi amigo Flynn, nunca fui importante para ti.

—Calix, por favor, no hagas esto.

—¡Hacer qué!, Descubrir tus mentiras y la de ellos —ríe irónica—. Intentaste matarme —recuerda.

—Realmente no lo iba hacer, yo solo...

—¡Basta!, ya ha sido suficiente, no vuelvas a acercarte a mí nunca más —se acercó a Axel—. Me podrías ayudar a salir de aquí por favor —Axel asintió y la guio por el bosque.

Su pecho ardía y dolía, porque durante todo este tiempo Flynn la había utilizado y mentido. Ahora entienda todas esas advertencias por parte de Brindy. Flynn realmente era un mal amigo, si alguna vez llego a serlo.

—¿Estás bien? —Pregunta Axel.

—Sí, no te preocupes, estas cosan suelen pasar.

—¿Segura?

No, no estaba bien, se sentía destrozada, porque ella había presentido que Flynn podía traicionarla, tuvo muchas pruebas, pero se negó a aceptarlas, porque no quería pasar de nuevo por esa sensación de creer ser amada, pero al final descubrir que no le importaba a esa persona.

Al no obtener respuesta, Axel se detuvo y sujeto con fuerza el brazo de Calix, para seguido envolverla entre sus brazos. Y ante esa acción, Calix no pudo seguir esforzándose por ocultar que no dolía, que no quemaba en su pecho la traición, así que se desbordo, llorando entre sus brazos, mientras Axel sobaba con suavidad su espalda.

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Mi Secreto: La Rosa De Cristal. (Libro I)⭐Where stories live. Discover now