Miénteme A Ver Qué Te Pasa

15

Matt dirige su mirada hacia mí. 
Tengo los ojos encharcados. Le sonrío debo verme como una tonta.
Pero es que la idea de que yo sobreviviera y él  no, me ha hecho pedazos.
—Tranquila.
Matt viene hacia mí  y me abraza. 
—No quiero que te mueras.
—No nos va pasar nada.
—¡Ay, el amor! ¡el más  grande de todos los engaños! 
>>Diana Armas, la gran promesa de inteligencia militar. Seducida por un Casanova que la botará una vez que encuentre algo mejor.
—Eso a ti no te importa.
—No me importa, Diana, pero te duele. Y te duele porque sabes que digo la verdad. ¿O miento, Matt?
Silencio.
Matt me abraza.
—Mientes… 
—¿Ah, sí? ¿Entonces porque cuando te secuestró la coalición le pediste ayuda a la hija de Evans y no a Diana? ¿por qué hiciste lo imposible para rescatar a la Fiscal Hernández? ¿Por qué contrataste a una guapa mercenaria como guardaespaldas? 
>>Porqué te preparas para nuevas cacerías.
¿Podría ser? ¿Matt está aburrido de mí?
Lo observo, niega con la mirada
—Es una rata, Diana. Te dejará pronto. Solo sirve para hacer daño. Como el daño que le hará al país porque está aliado con la mafia.
Takeru se dirige a la cámara:
—Matthew Gillen es aliado de alias Don Russo. Matthew Gillen planea llegar al senado para velar por sus intereses y los de su socio criminal.
Matt sonríe con descaro.
—Definitivamente tú no estás bien de la cabeza, mira que inventar que yo estoy aliado con la mafia, la mafia que roba, que extorsiona, que lleva a la perdición a los jóvenes. Que yo estoy aliado con ellos. Yo. Yo qué tanto he velado y ayudado a los más necesitados. 
Y miente así, con descaro, con desfachatez. Cuando ya no hay duda que ha sido socio de Russo por mucho tiempo.
¿Acaso así mismo me miente a mí cuando dice que me ama, cuando dice que no ha sentido nada parecido por otra mujer? 
—¿Lo ves, Diana? ¿ves como miente con gran facilidad, cómo niega lo evidente? Dile a nuestros espectadores, Diana, si tu novio ha dicho la verdad o ha dicho una mentira.
Silencio.
—Ya basta. Deja de querer entrar en su mente para que diga lo que tú quieres.
Lo miro furibunda. Es obvio que el Cirujano no puede hipnotizarme. Él no quiere que le diga al mundo entero la verdad, qué es un mafioso asqueroso.
El Cirujano sonríe.
—Diana, tu novio es un cáncer. Daña a este mundo con tan sólo respirar. Así que te propongo un trato, no libero el virus si tú lo matas.
—Muy gracioso, payaso.
Esta vez soy yo quién reacciona.
Pero él responde con una sonrisa malvada.
—¿De qué te ríes?
¿Uhm? ¿qué pasa?
Mi mano. Mi mano apunta a Matt con la pistola. ¿Pero qué? ¿cómo? 
No puedo controlarla. Es como si tuviera vida propia.
—¿Matt, qué pasa?