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—O lo sospecha —agrega maliciosa—. ¿Vas en serio con esa mujer policía?

—No lo sé. Las cosas vienen empezando. Además quizá ya sea hora de sentar cabeza, un político no puede jugar al mujeriego.

—¿Hablas de casarte con ella?

¿Yo dije eso?

—No. Yo no dije eso.

—Dijiste sentar cabeza.

Me quedo sin habla.

—Matt, ella no es de tu nivel.

—No me importan las clases sociales.

—Pues debería. He conocido muchas mujeres policías. Y las mujeres policías son una clase muy peculiar. Tú ves a un policía hombre y se casan con presentadoras, enfermeras, etc. Pero las mujeres policía casi siempre se casan con un uniformado y siempre es superior. 

Pienso en McGill.

—¿Así?

—Sí. Ella solo está encaprichada contigo. Pero en el fondo, si quiere hacer carrera en la agencia… Se casará con un superior.

Sonrío con amargura. Sorbo de mi trago.

El noticiero me saca de mi trance.

Una rueda de prensa.

La Coalición internacional me invita a "presentarme voluntariamente" a sus oficinas. 

Quieren asegurarse de que no soy una amenaza como El Cirujano.

Por supuesto, el General testifica que amenacé con "influenciar" a sus superiores para que le despidieran. 

Genial. 

No presentarme me haría ver sospechoso.

Pero el sentido común me dice que es una trampa. 

—¿Vas a ir? Deberías preguntarle primero a mi padre.

—Le aviso en el camino. 

Me pongo la chaqueta de nuevo.

Ese General gordinflón se pasó de la raya, piensa Diana cuando ve la noticia.

Linda junto a ella está boquiabierta.

Aunque digan que le piden que se presente voluntariamente, lo hacen ver cómo culpable de algo.

Me despido de Linda. Ella está muy preocupada por Matt. Me pide que le informe de cualquier  novedad.

Tengo que ir a ver a Geena.

Abordo mi auto. Le hago mil llamadas a Matt, pero no me contesta.

Dejo un mensaje.

—Matt, contesta por favor. Ni se te ocurra presentarte a la base de la coalición internacional.

Llego a la casa de Geena y los agentes me hacen pasar a su despacho.

Ahí está McGill sentado frente a ella.

Geena me ofrece asiento. Prefiero estar de pie. 

Camino de un lado a otro. El teléfono en la oreja, esperando que Matt se digne a contestar. Estoy histérica.

—Geena ellos no pueden hacer eso, ¡por Dios! Primero nos espían con satélites y ahora quieren capturar a Matt.

—No es una captura. Le pidieron que se presente voluntariamente a su base.

—¡En televisión nacional! Eso no era necesario. Pudieron llamarlo en privado. Ellos quieren influenciar la opinión pública en contra de Matt.

>>Hicieron el ridículo a nivel mundial hoy con sus agentes strippers. Y necesitan desquitarse con alguien.

—Aló —dice Matt al otro lado de la línea.

—¡Aló hasta que por fin contestas, te he hecho mil llamadas!

—Lo siento, tenía el móvil en silencio.

—Escucha con atención. Hagas los que hagas no vayas a la base de la Coalición…

—Ya estoy aquí.

—¿Qué? ¿cómo se te ocurre?

—Tenía ganas de jugar ajedrez.

¿Tiene algo en mente? Pretende sacar algo provechoso de todo esto.

—¿Qué te han preguntado?

—Lo normal. En qué me inspiré para escribir al cirujano. Si yo puedo hipnotizar en masa. Cosas por el estilo.

—Encontrémonos en algún lugar. Necesito verte.

—No puedo.

—¿Por qué?

—Bueno me dijeron que les gustaría que me quedara aquí. 


Miénteme A Ver Qué  Te PasaWhere stories live. Discover now