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Abro los ojos.

—Matthew, ¿estás bien? 

Su cabeza sangra.

—¿Dónde está mi doble de riesgo cuando lo necesito?

Me sonsaca una carcajada.

El auto está sobre sus ruedas. Rebotó contra el muro y volvió a su posición natural.

Salimos del carro. Magullados y sangrantes.

Los dos vehículos de nuestros perseguidores están en llamas a unos metros.

Mis balas alcanzaron la bomba cuando aún estaba cerca de ellos.

—Sabía que lo lograrías. Naciste para ser un soldado de élite.

Sonrío.

Y lo beso.

—Tuve que darte el arma. Debí confiar en ti —digo.

Matt mira su celular con la pantalla cuarteada. Tiene la ubicación del auto del Cirujano.

—Consíguenos un transporte.

Busco mi identificación en mis bolsillos.

La dejé en el faro.

Voy hasta el auto más cercano y le digo al aterrado chófer que el Estado necesita de su carro.

Él me pide una identificación.

Le apunto con mi arma.

Listo. 

Tenemos transporte.

Volvemos a la persecución. A toda marcha. Para recuperar el terreno perdido.

No tardamos en dar alcance al Cirujano en un puente. 

Sin duda es su auto.

Trato de orillarlo.  Pero su vehículo es más  fuerte.

Tengo una idea.

Le digo a Matt que tome el timón.  Salgo  del auto y trepo hasta el capó. 

Matt le da alcance.

Salto  al capó del auto enemigo. Y el bastardo no tarda en disparar. Haciendo agujeros en la lata. A un lado mío. 

Meto la mano y atrapo la pistola. Luchamos  por ganarla.

Sigue disparando pero el cañón apunta a ninguna parte. Se queda sin municiones. 

Y acelera. Quiere chocar. Saldré  volando si impactamos contra otro auto.

Estamos a segundos de colisionar. Debo entrar y ponerme el cinturón. 

Entro y… Chocamos.

El vehículo da volteretas y finalmente queda boca arriba. 

Siento  que estoy molida.

El Cirujano sale del auto.

Estoy demasiado aturdida para ir por él.

—Diana, ¿estás  bien?

—Sí. Ve por él. No lo dejes escapar.

—Primero te voy a…

—Ve por él. Yo puedo sola.

—De acuerdo.

Matt obedece. Y se enfrenta a puños con El Cirujano.

Mierda. El cinturón  se trabó. No puedo soltarme.

Matt sabe luchar. Pero no es muy bueno. Le están  dando una paliza. El Cirujano lo lleva contra la borda.

Sin embargo Matt le encesta un gancho al hígado, el golpeado va a caer por la borda. Y se aferra a Matt. Lo lleva consigo al vació. 

¡MAAAAAATTTT!

Destrabo el cinturón. 

Salgo del auto. Echo a correr. La cabeza me da vueltas. Y pierdo el equilibrio. Caigo al asfalto. 

Un puñado de personas me rodean. Preguntan si estoy  bien. Sus murmullos me empeoran.

Matt.

Me levanto, tambaleándome. Alguien trata de detenerme. Le doy un puñetazo. 

Corro hasta la borda. Y me lanzo a las aguas. Sin ver primero, sin pensarlo. Me dirijo al vacío. 

Entro en el río con un clavado perfecto.  

Y salgo a flote. 

¿Matt? No lo veo.

Los golpes que recibió debieron dejarlo débil. Quizá perdió el conocimiento.

Derecha. Izquierda. Ahí. A unos diez metros. Un cuerpo. Con una bata blanca. 

Lucha por mantenerse en la superficie. Pero la corriente es fuerte.

El Cirujano. Es él. Está ahí.

El hombre que ha manchado la reputación  de Geena. El que ha provocado sus lagrimas. 

Puedo atraparlo. Quizá  sea la última  oportunidad. 

No quiero perder a Geena. No puedo. Ya perdí a mi padre. No quiero sentir aquello de nuevo, cuando vi a mi padre dentro del ataúd: la única  persona que me entendía, que me quería. Se había  ido. 

No quiero quedarme sola de nuevo. 

Apenas conozco a Matt. Quizá  solo está  jugando conmigo. 

Debo tomar una decisión.  Al Cirujano se lo lleva la corriente. Matt es tragado por las aguas.

Miénteme A Ver Qué  Te PasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora