6

1K 39 2
                                    

Volvemos a la realidad de golpe. Trato de vestirme a toda prisa.

Matt se pone la camisa sin abotonar.

—No puse el seguro.

—Idiota —murmullo—. Ve. Corre.

Lo empujo. Y se cae de la cama.

—Ah… Mierda —se queja.

Se pone de pie a toda prisa. Y se escapa de tropezar. 

La puerta se alcanza a entreabrir justo cuando él llega y pone su cuerpo contra ella.

—¿Matt?

—Sí, Charlotte soy yo.

—¿Por qué no me dejas entrar?

Me abotono la camisa. Ya estoy presentable. Y ahora solo un pequeño detalle. ¿Cómo salgo de aquí?

—Es que me estaba revisando la herida de mi brazo. Estoy sin camisa.

—Mejor así —murmulla, coqueta.

Miro a Matt furioso. ¿Cómo que no tenía nada con ella? 

Él sonríe como tonto. Insinúa con su rostro una inocencia en la que no creo.

—Déjame pasar, Matt. Necesito estar contigo.

—Un segundo.

Pone seguro a la puerta y viene hacia mí. A soltarme un murmullo.

—¿Harías un trío?

Suspiro. Cierro los ojos. Este tipo no va cambiar.

Le doy una bofetada que le dolerá a su descendencia.

—¿Matt que fue ese ruido?

—Nada. Me tropecé. Ya voy a salir.

Minutos después estamos en la sala. 

Matt mira por la ventana. Yo hablo por teléfono.

Afuera hay una horda de periodistas. Y contra ellos una muralla de policías.

—Señor Evans, usted y su familia deben bajar cuánto antes al búnker. Entre los periodistas y policías pueden haber infiltrados  —dice el jefe de seguridad.

—Uno de los hombres de seguridad les avisó —dice Matt.

—¿Está insinuado que mis hombres son soplones? —dice el jefe de seguridad, molesto.

—Apostaría mi mansión en el Caribe a que sí.

—Le exijo más respeto…

Evans hace un gesto con la mano. Y su hombre se calla.

—Tú eres parte del gremio. ¿No pudiste evitar que vinieran aquí?

—Me llamaron varios periodistas para confirmar si su vida corría peligro. Y les dije que no. No me creyeron.

—¿No te creyeron? No se supone que tú también puedes hipnotizar. ¿O El Cirujano es más habilidoso que tú?

—Hay personas inmunes. Diana es el ejemplo. De repente los periodistas que me llamaron también.

—Inmunes, que coincidencia.

Hablo con Geena.

—Por nada del mundo le puede pasar algo a ese hombre o a su familia. Nuestras carreras dependen de eso. El mismísimo Presidente podría caer por esto. 

—Entiendo. No sé preocupe. Voy a proteger al Señor Evans con mi vida si es necesario.

Evans resopla. Se burla de mis palabras. No cree en nosotros.

—Diana, no sé cómo le vas a hacer. Pero tienes que salvar a ese hombre. Sin que una bala sea disparada. No podemos permitir otra masacre.

—Entiendo.

Fuera de la casa se escuchan detonaciones. Balas. 

Todos expectantes. Hasta que se escuchan esas infames palabras

—Miren las noticias —dice una reportera con móvil en mano.

Matt coge su celular. Sintoniza la app del canal más importante del país.

Evans en el búnker. Habla a cámara. Con una pistola en su sien.

—Soy un empresario corrupto. He robado, he sobornado y chantajeado en perjuicio de la ciudadanía.

Miénteme A Ver Qué  Te PasaWhere stories live. Discover now