7

842 31 19
                                    


Mejor me olvido de todo. Me entrego a el alcohol y a las mujeres. 

En un club nocturno. Beso botellas y beso mujeres. Acaricio un vaso. Acaricio un par de pechos. Saco un cigarrillo de mi cigarrera. Saco un condón de mi bolsillo. Todo al ritmo de la música estridente.

Pasan las horas. Se esconde el sol. Las horas de la madrugada pasan volando.

Abro los ojos. La música ha parado. Hay cuerpos inconscientes tirados por doquier.

Miro mi reloj de muñeca. Falta poco para el amanecer. Suena mi móvil. Es una notificación. Noticia de último momento. Voy al enlace.

Un reportero transmite desde el lugar de los hechos. Un voraz incendio en un centro comercial.

Estoy más dormido que despierto. Pero mi ojo agudo lo detecta.

Es una noticia horrorosa. ¿Entonces por qué el Periodista sonríe como si su esposa y su amante acabaran de aceptar un trío?

No puede ser. Mierda. Echo a correr. Mi apariencia es un desastre.  Sin chaqueta. La camisa desabotonada. Despeinado. 

Salgo del club. Entro a mi coche. Y conduzco a toda marcha. En unos minutos estoy frente a su apartamento.

Paso a toda prisa el vestíbulo.

—Eh, deténgase ahí.

Es el portero.

—Soy Matt Gillen. Vengo a ver a Diana.

Cojo el ascensor. Pronto estoy tocando a su puerta.

Se abre. Aparece Linda en mañanitas. Muy sexy. ¿Cómo mi pobre amigo podría olvidarla? 

Se frota los ojos. Cansada.

—¿Qué haces aquí? —dice molesta.

—Vengo en paz. Tengo que hablar con Diana.

No espero su autorización. Entro a toda prisa. Abro la puerta de la habitación de Diana.

—Levántate. 

Tiro de la cobija. Queda descubierta. Vaya. Está en bragas y sin sostén.

Diana abre los ojos. Sin saber qué está pasando.

—¿Matt? ¿qué haces aquí?

Está media dormida.

Mira parte de la cobija en mis manos. Y se entera. Está descubierta. Pega el grito al cielo. Y me da una patada en la cabeza.

¡Cómo pega esta mujer! Me excita.

Me arrebata la cobija y se cubre.

—¿Qué haces aquí? ¿quién te dejó pasar? ¿ibas a violarme? Degenerado.

—¿Violarte? No seas idiota. Si hace unas horas he estado con mujeres más buenas que tú. Me das pena.

Se pone de pie. Furiosa. Envuelta en su cobija. Y su puño en alto.

Va a matarme.

De repente entra Linda. Aún medio dormida. 

Trae algo en sus manos.

—Tengan. Ya sólo me quedan sabor a uva.

Condones.

Miénteme A Ver Qué  Te PasaWhere stories live. Discover now