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Palacio Real, Londres, Nueva Inglaterra
25 de noviembre, 2019

Cuando los chicos de la Academia llegaron al Palacio gran cantidad de paparazzis los atacaron tratando de conseguir fotos e información para publicar algún artículo que causara furor. La limusina pasó rápido entre el gentío, los jóvenes fruncieron el ceño por la fuerte luz de los flashes que logró colarse por los vidrios polarizados.

—¿Por qué les interesa tanto fotografiarnos? Somos bastante irrelevantes en cuanto a los asuntos de la Familia Real —dijo Harry en tono de queja.

—¿Ya se te olvidó que estudiamos con la futura Reina de Nueva Inglaterra? —preguntó Victorie sonriente mientras tomaba la mano de su amiga y le mostraba a Harry el anillo con gran zafiro azul.

Todos, incluyendo a Miss Evans, soltaron una pequeña risa.

En pocos minutos todos ya estaban dentro del Palacio Real, se pusieron sus máscaras y antifaces, y se adentraron en la fiesta. No se podía reconocer a la gente con facilidad, todos vestían elegantes y con máscaras extravagantes que cubrían gran parte de sus rostros.

Charlotte se acercó a ellos luego de reconocer a Matthew, quien la buscaba con la mirada. Athenea, William, Juliette y Louis se les sumaron no mucho después. La relación entre los más jóvenes de la Familia Real con el resto de los miembros de la misma iba de mal en peor. El Rey Arthur y la Reina Elizabeth prácticamente se habían declarado en guerra con sus cuatro nietos más jóvenes, mientras que el resto no se atrevía a dar apoyo a ninguno de los dos bandos.

Era una fiesta exquisita, espléndida. Todos parecían estar pasándola de maravilla. Qué extraño resultaba pensar que con un poco de alcohol caro y música refinada la gente se podía olvidarse completamente de sus vidas, y disfrutar de estas como si fuera su último día en el mundo.

Las parejas bailan, ancianos comentaban cosas sin importancia sentados a la mesa, jóvenes disfrutaban de la gran variedad de bebidas que ofrecía el bar. Todos querían olvidar por un momento el gran caos en el que estaba sucumbida la Familia Real y disfrutar de la fiesta como si nada malo pasara.

Daphne estaba feliz. Louis la presentó a todos, y por suerte logró pasar la prueba de fuego agradándole a lores y damas antiguas. Sin embargo no todo era color de rosas; había escuchado a personas murmurar cuando ella pasaba, preguntando como el Rey pudo preferirla a ella antes que a la marquesa de Bristol.

Las miradas también se iban a aquel precioso anillo que la chica llevaba en el dedo anular de la mano izquierda. Todos se cuestionaban si acaso era un anillo de compromiso. Louis había preferido no dar un anuncio oficial hasta que todo el asunto de su abuelo estuviera cerrado por completo, pero si le preguntaba al respecto él contestaba con la verdad.

Aunque la verdad era que todos allí ya sabían que Louis y Daphne estaban prometidos, pues tras un par de copas Victorie comenzó a alardear que era la mejor amiga de la futura de Reina de Nueva Inglaterra, para luego tomar a la castaña de la mano y llevarla a un círculo de gente.

[ . . . ]

Daphne estaba esperando a que uno de los camareros rellenara su copa de vino cuando se fijó que en la mesa del coctel había un trozo de papel amarillento con su nombre.

La chica confundida dejó la copa, que ahora estaba llena con vino, a un lado y tomó la nota. Desdobló el papel y leyó.

"Ve a la torre este a las 00:00, sube hasta la última habitación. Dejaré la puerta abierta junto a una lámpara a gas, no hay luz en esa parte del Palacio. Necesitamos hablar, es importante"

No había firma de algún remitente, pero por la caligrafía Daphne supuso que se trataba de Louis, y si bien le extraño que le hubiera dejado esa nota en vez de llamarla por teléfono, no le tomó la importancia suficiente.

El peso de la corona [✔️]Where stories live. Discover now