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La Casa Real de Hannowoor-Dankworth, Cambridge, Nueva Inglaterra
2 de mayo, 2019

—¡¿Podrías explicarme qué demonios significa esto?! —pregunto gritando el Rey Arthur a su nieto, mientras le lanzaba un periódico a la mesa en la que estaba sentado.

Louis no respondió, solo giró la mirada a otro lado. Todos lo observaban, sus tíos, primos, su abuela, su madre, Josh Ajax y un par de hombres del parlamento. El joven estaba sentado en una mesa en la sala de reuniones de la Casa Real de Hannover-Dankworth, sintiéndose cohibido. Apenas podía abrir los ojos de los hinchados que le habían quedado de tanto llorar la noche anterior.

—¡Respóndeme! —le gritó el anciano, pero Louis se mantuvo callado. Más de uno en la habitación se preguntaba cómo podía preocuparse de eso si en cosa de unas horas su hijo mayor iba a ser enterrado bajo siete metros de tierra —. ¡¿Al menos tienes idea de lo estúpido que has sido?! ¡Eres un chiquillo inmaduro e idiota!

—¡No le hable así! ¿Podría al menos ponerse en su lugar? —lo defendió su madre parándose detrás de la silla donde estaba sentado su hijo. Louis la admiraba más que de costumbre en esos momentos, acaba de perder a su esposo, y fue ella quien durmió junto a su cadáver y lo vio en la manera más grotesca que pudo estar, pero ella seguía ahí, secando las lágrimas de Charlotte y defendiéndolo a él a capa y espada —. Acaba de perder a su padre y cayó en cuenta de que de un día para otro se había convertido en el Rey del país más importante del mundo, se sentía mal, estaba destrozado, solo quería un poco de consuelo de una amiga.

—¡¿Acaso tiene al menos conciencia de lo que esto traerá?! ¡Es un egoísta!

—Él no sabía que había paparazis aquí, no tenía porque haber paparazis aquí en primer lugar —objetó Lady Katherine.

—¡Creí que era más inteligente! —continuó gritando el anciano —. ¡Sabía que contrataríamos a gente para preparar el funeral, él sabe que en estas instancias mucha gente entra en el ducado! ¡No sería la primera vez que un paparazzi se colara, solo tenía que ser más precavido.

—¡Acababa de perder a su padre, estaba shockeado, es obvio que la claridad no reinaba en su mente! ¡No tiene el derecho a reclamarle nada! —le gritó de vuelta Lady Katherine.

—¡Es el Rey ahora! ¡Tendría que pensar en eso antes que en cualquier otra cosa!

—¡Ya basta! —grito Louis poniéndose de pie con brusquedad —. Sé que me equivoque, pero tal como dice mi madre, no estaba pensando con claridad. Acababa de ver el cuerpo de mi padre sin vida, me sentía mal, estaba triste, abrumado. Así que espero que me tengan un poco de empatía y perdonen mi error. Seré más precavido, no volverá a repetirse algo como esto, nunca más.

Louis tomó el periódico en blanco y negro donde el titular era "¿El nuevo Rey engaña a su prometida, la Marquesa Irene de Bristol?" seguido de varias fotos de él llorando él los brazos de Daphne cerca de los dormitorios. Eran tres fotos; una grande, que ocupaba casi toda la plana donde él estaba abrazado fuertemente a Daphne; otra era una donde él la estaba tomando de la mano y la última era una de la chica secando sus lágrimas.

"El joven Príncipe Louis, quien se verá en la obligación de ascender al trono de Nueva Inglaterra, a sus cortos veintiún años, tras la devastadora muerte de su padre, el Rey Charles la mañana anterior, fue visto la noche de ayer abrazado cariñosamente a una chica, quien claramente no es su prometida, la marquesa Irene de Bristol, con quien supone se casaría en un par de meses.

Se cree que la misteriosa chica es perteneciente a la Academia Nacional, puesto que vestía el uniforme correspondiente, y según las características físicas de la muchacha, las cuales que fueron cautelosamente analizadas, se podía tratar de la alumna Daphne Loughty o de Victorie Black, con las cuales tanto el Príncipe Louis, y su hermana menor, la Princesa Charlotte, se declararon amigos públicamente hace unos meses.

El peso de la corona [✔️]Where stories live. Discover now