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La Academia, Cambridge, Nueva Inglaterra
23 de Enero, 2019

—Como de seguro sabrán, el Príncipe Louis estará de cumpleaños este domingo —anunció Miss Evans —, y nos...

—¡Y nos ha invitado personal y cordialmente a la fiesta que se realizará en honor a su cumpleaños número veintiuno en Londres! —exclamó Victorie con ironía —. ¡Wow, estoy tan sorprendida, no me esperaba esta invitación!

—¡Victorie! —exclamó la mujer a modo de regaño, y luego suspiró, contando mentalmente hasta diez —. Pues como bien les dijo su compañera, el Príncipe Louis nos ha invitado a la fiesta que se realizará en Londres en honor a su cumpleaños número veintiuno.

—Ya cumplirá veintiún años... —reflexionó Harry —. ¿No tiene que estar casado antes de cumplir veintidós? Estoy bastante seguro que hay una norma real acerca de eso.

Daphne había pensado en el cumpleaños de Louis, pero esa norma real no había cruzado por su cabeza hasta ese momento. Era cierto, Louis tenía que casarse antes de cumplir veintidós.

—Sí —asintió Orion —. Debe casarse antes de cumplir veintidós. La ley Real dice que todos los hijos del Rey deben estar casados antes de cumplir los veintidós años, en énfasis el legítimo heredero del trono.

—Pero Louis no tiene novia —objetó Theodore —. Nos lo habría comentado. O nos habríamos enterado por los periódicos.

Matthew miró a Daphne de manera acusadora, por suerte para ella, nadie se percató del gesto. La castaña le pegó una patada con sus zapatos de charol negro por debajo de la mesa.

—¿No estaba saliendo con la Marquesa de Bristol? —preguntó Hugo.

—No, Athenea y Charlotte dijeron que no había nada entre ellos —respondió Victorie —. Y qué bueno que sea así. Que horror sería. Compadecería Louis. Irene es una mosca muerta, falsa y anticuada.

—Pero los periodistas solo lo han visto con la marquesa Irene, hace años que no se le ve con otra chica —agregó Adhara —. ¿Con quién se casará entonces?

—Quizás tiene pareja y no le ha dicho a nadie —sugirió Ophelia —. Ya saben, para que no se entrometan en su relación.

—¿Qué tal si es gay? —cuestionó Orion —. Digo, no ha habido ningún miembro de la Familia Real que sea homosexual, al menos no abiertamente, mucho menos un rey o una reina. Tal vez es gay y por eso nunca lo han visto con una chica.

—No lo creo —respondió Victorie cruzada de brazos —. No parece gay.

—¡Ya basta! —gritó Miss Evans parándose de la mesa con brusquedad —. ¡Ese tema no es de su incumbencia, aún muy amigos sean del príncipe! ¡No quiero oír ni una otra palabra de este asunto!

( . . . )

En el cumpleaños de Louis no pasó nada que fuera digno de mención. Fue una gran fiesta, como podría esperarse. La marquesa de Bristol, como siempre, se mantuvo muy cerca de Louis, por mucho que este se intentara zafar de ella.

Los chicos de la Academia asistieron vestidos con sus trajes elegantes. Daphne se llevó toda la atención de Louis, se veía hermosa. Al verse ambos se sonrieron con disimulo. Incluso surgió la oportunidad de que bailaran una pieza juntos; esto gracias a Lady Katherine, quien tras hacer mención a los chicos de la Academia envió a sus dos hijos a sacar a bailar a dos de los estudiantes. Era obvio a quienes elegirían.

Charlotte dio un discurso muy lindo para su hermano. Lady Katherine se la pasó consintiendo a su hijo, más de lo que lo hacía a diario, y hasta el Rey Charles parecía estar de buen humor. Los abuelos del muchacho, el Rey Arthur y Lady Elizabeth, también parecían estar más alegres de lo normal.

Como regalo, a Louis se le otorgó una semana de vacaciones completa. Así que el sábado siguiente convenció a Daphne de salir con él a una cabaña de su propiedad en el sur del país, y esto fue posible más que nada por Charlotte, quien cubrió a su hermano respecto a sus planes.

Daphne en cambio convenció a Louis de responder a mano cada una de las cartas de felicitaciones que le llegaron por su cumpleaños, diciendo que esto haría que el pueblo se sintiera más cercano a él. La idea le encantó, y respondió todas las tarjetas, las cuales no eran pocas, luego de eso tuvo un horrible dolor de dedos y manos, pero se sentía bien consigo mismo.

Durante todo ese tiempo nadie hizo mención alguna sobre la norma real que decía que los hijos del rey debían casarse antes de cumplir los veintidós años de edad, cosa que le ponía a Daphne los nervios de punta.

Como regalo, Daphne le dio a Louis una caja musical que tocaba la canción Unchained Melody, la canción que habían bailado en una ocasión en la sala secreta de la Academia. Era un regalo pequeño, pero al chico le encantó, hasta le comentó luego a su hermana que había sido su regalo favorito, superando incluso a su nuevo auto.

El peso de la corona [✔️]Where stories live. Discover now