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Nueva Inglaterra
3 de Septiembre, 2018

La primera limusina en llegar a la Casa Real de Hannowoor-Dankworth el 3 de Septiembre fue la que traía a Adhara Villin, puesto que estaban dentro de la misma ciudad de Cambridge.

La Academia era un edificio gigantesco, mucho más pequeño que el castillo claramente, pero de todos modos era muy grande. El edificio de la academia se ubicaba en los extensos terrenos de la Familia Hannewoor-Dankworth, que eran tan extensos que fácilmente se podría fundar un pueblo ahí. El edificio de la Academia se encontraba frente a la Casa Real, pasando por un vasto lago artificial, y delante el gran bosque. Había grandes ventanales oscuros, era una construcción inspirada en la arquitectura gótica.

Dentro la luz era tenue, y había varias escaleras, pasaba muy disimuladamente por una construcción antigua, aunque fue construida solo hace un par de décadas. Había varios cuadros, e igual que la Casa Real de Hannewoor-Dankworth, en el techo había exquisitas pinturas.

La chica rubia y de perfecta sonrisa caminó por la  Academia con seguridad. Entraron por la gran puerta y doblaron a la izquierda, atravesando varios salones en transcurso, hasta detenerse en un salón igual de espacioso y elegante que los demás.

—Debe esperar aquí, señorita Villin. Los demás alumnos llegarán pronto —le informó una mujer antes de retirarse del salón.

Adhara se sentó en uno de los sofás de la habitación, cruzó una pierna sobre la otra, admiro la decoración, no era de su total agrado pero no estaba mal. Movió su pie con algo de impaciencia, pensando en que había elegido los tacones equivocados.

La segunda en llegar, solo unos minutos después de la primera, fue la limusina que transportaba a Daphne Loughty desde las afueras de la ciudad.

Daphne podría ponerse a saltar de la emoción. Sus ojos brillaban al ver los terrenos de la Familia Hannowoor-Dankworth abrir sus puertas para ella.

Cuando la limusina se detuvo un hombre abrió su puerta y le ofreció una mano para bajar, Daphne aceptó para luego seguir contemplando todo ahí. Estaba hipnotizada totalmente, creía que todo eso era un sueño del que en cualquier momento despertaría.

—Hay que entrar, señorita Loughty.

Daphne acomodo su cabello castaño despejando su rostro, arregló su vestido, un sencillo y lindo vestido negro, miró sus zapatos, tal vez no debió haberse puesto botas para una ocasión tan especial.

Caminaron escoltadas por un guardia, cruzando varios salones hasta detenerse en frente a una gran puerta blanca. Era un salón bien parecido a los anteriores; había cuadros en las paredes, una gran y elegante alfombra, grandes ventanales y cinco sofás antiguos, muy finos.

—¿Adhara? —pregunto sorprendida al ver a su compañera de grado, con la cual no se llevaba precisamente bien.

—¿Loughty? —respondió guardando sus ganas de llamarla "muerta de hambre" como solía hacerlo.

—¿Ustedes se conocen? —preguntó la señorita que se había encargado de Daphne con una sonrisa.

—Sí —afirmó Daphne disimulando su desagrado hacía su compañera —, vamos a la misma escuela, en el mismo grado.

—Oh, espléndido, es genial que ya conozcan a alguien aquí, así no se sentirán tan nerviosas. Bueno, deben esperar aquí al resto de los muchachos, deben estar próximos a llegar —dijo en tono amistoso y salió del salón.

Las muchachas se miraron entre sí, con una mirada fría y llena de odio, y dejaron soltar un gruñido seguido de rodar los ojos, para luego sentarse cada una en un sillón diferente a esperar.

El peso de la corona [✔️]Where stories live. Discover now