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Daphne soltó un grito cuando al abrir uno de los muchos regalos que Louis le había dado; no era ni más ni menos que el manuscrito original de Orgullo y Prejuicio. Ella ni siquiera sabía que este documento aún existía, pero ahí estaba, en sus manos. Además de adquirir casi un guardarropa completo.

Sin embargo, se vio aún más maravillada al ver que también se tomó el tiempo de comprarle algo a los miembros de su familia según las cosas que ella le había mencionado. A su padre James le dio un cortaplumas de una prestigiosa marca, una caja de herramientas y un cinturón de cuero, su madre Caroline se fascinó con sus nuevos vestidos de temporada y su kit de emergencias completo, además de un libro que detallaba muy bien temas sobre flores. Lavender se hizo con numerosos maquillajes y ropa, aunque ni este regalo, ni ningún otro, la emocionó, era claramente entendible. Pete se hizo con un teléfono nuevo y un perfume caro. Y finalmente Alexander saltaba de la emoción con sus nuevos soldados de juguete, parecía ser realmente el ejército completo.

Las vacaciones terminaron más rápido de lo que hubieran deseado.

Matthew y Daphne se encontraron en Manchester como habían acordado, ahí la chica pudo conocer al fin a la madre de su amigo. La señora lucía bastante demacrada, tosía con frecuencia y tenía la voz rasposa, pero a pesar de esto siempre se mostró muy amable y animada frente a Daphne. Ella pudo notar lo muy orgullosa que estaba de su amigo. Matthew trataba de sonreír, sin embargo a veces la cruda realidad llegaba a su cabeza de repente llevándolo a un lugar oscuro, de manera tan repentina como si le cayera encima un balde de agua fría.

Ambos amigos se pusieron al tanto de lo sucedido en Navidad; la inesperada visita de los príncipes a su hogares. Matthew se sorprendió incluso más que Daphne al ver a Charlotte sentada en el sofá de su casa conversando animadamente con su madre cuando salió de su cuarto.

La chica intentó contactar a Victorie durante varios días, pero su amiga nunca atendió el teléfono. Matthew tampoco sabía nada de ella. Ambos estaban muy preocupados, y se plantearon la idea de ir a verla a su casa, pero los detuvo el hecho de que lo único que sabían sobre el hogar de la morena era que quedaba en Bristol. Aliviados se sintieron al ver a Victorie sana y salva en la Academia cuando las vacaciones terminaron.

Todos se mostraron encantados por volver a verse cuando las clases en la Academia se reanudaron. Se habían vuelto muy cercanos a pesar de sus personalidades incompatibles. Incluso la misma Adhara admito que había extrañado mucho todas las discusiones absurdas y los comentarios icónicos de cada uno.

Miss Evans los recibió a todos con un apretado abrazo y una dulce sonrisa. Tal parecía que las vacaciones habían mejorado mucho su carácter.

Apenas Daphne llegó a la Academia Louis intentó varias veces acercarse a ella, pero no lograba encontrarla sola. Solo quería robarle un beso, la había extrañado mucho. Se había vuelto demasiado dependiente de ella, a pesar del poco tiempo que llevaban de conocerse. Y cuando lograron verse a solas Louis se encargó de dejarle esto muy claro, pues la besó con una intensidad tal que Daphne tuvo que empujarlo para que se detuviera.

Daphne le contó a Louis acerca de la enfermedad de Alexander, pues recordó lo extraño que se mostró al verlo, le dijo que ella también acaba de enterarse. Louis se ofreció a prestarle dinero si lo requería, pero ella se negó tajantemente, sin embargo él insistió en que debía aceptar si lo necesitaba.

Había cambios en la Academia. Habían instalado teléfonos fijos en las habitaciones, nadie tenía idea de para qué, pero ahí estaban. Además, Miss Evans les contó que a partir de ahora tenían permitido hacer lo que ellos desearan los fines de semanas; podían salir de la Academia a pasear o ver a sus familias, siempre y cuando los domingos antes de la medianoche estuvieran de vuelta en sus habitaciones. Esta última noticia les encantó a todos.

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La Academia, Cambridge, Nueva Inglaterra
8 de Enero, 2019

—Te extrañe mucho —susurró Louis cuando Daphne lo empujo para que la dejara respirar, ella jadeaba intentando recuperar el aliento.

Se encontraban en la sala secreta oculta tras el librero de la sala de reuniones, pues verse en el jardín no era una opción a menos que quisieran congelarse los huesos. Era más de medianoche, era la única oportunidad que habían encontrado para verse. Louis había tenido demasiados eventos los últimos días y Daphne se había concentrado totalmente en sus clases, sin embargo ninguno podía aguantar mucho sin el otro, aún más sabiendo que estaban cerca.

—Solo me fui por dos semanas —se rió ella. Había descubierto que Louis era muy intenso respecto a lo suyo, cuando entró al salón apenas tuvo oportunidad de saludarlo antes de que él la besara.

—¿Y qué con eso? ¿No puedo extrañarte en dos semanas? —cuestionó él mirándola a los ojos.

Daphne estaba recostada en el sofá, él estaba encima de ella sosteniendo su peso con los brazos, su cabello rubio caía sobre su frente mientras veía a Daphne reírse.

—Si puedes extrañarme, solo digo que apenas fueron dos semanas. ¿Qué va a pasar si alguna vez debo irme un mes o más? —preguntó ella divertida —. ¿Qué harás?

—Me volveré loco, te lo aseguro —respondió él —. Pero sé que si te vas algún día siempre vas a regresar, y ¿sabes que haré cuando regreses?

—¿Qué?

Louis se inclinó hacia Daphne para seguir besándola, ella enredó sus dedos en el cabello de Louis para acercarlo más a ella.

El peso de la corona [✔️]Where stories live. Discover now