L - Detente o continúa, no lo sé.

Start from the beginning
                                    

-¿Y qué es?- Suspiro entrecortadamente, abriendo más las piernas e intentando mantener los ojos abiertos.

-En el lugar adecuado para satisfacerte como es debido...- Continúa sin hacerme caso.

-Bueno...- Trago saliva- Estoy dispuesta, y el espacio me parece más que adecuado.- Suelto impacientándome. Él sonríe.- Y en cuanto a lo de estar desnuda...- Me subo un poco el vestido, dispuesta a coger las riendas, pero él me para la mano con una sonrisa maliciosa.

-Yo me ocuparé, forma parte del plan.

-¿Y cuál es el plan?

-Te desnudaré lentamente... te tumbaré, te cogeré el cabello con mis manos, y probaré tu boca, tu garganta y tus pechos...- Y va haciendo uno a uno cada uno de sus pasos. Yo ya estoy más que a su merced.- Y no pararé hasta escuchar esos wee noises que tanto me encantan.

-Yo no hago soniditos ni gemidos.- Rebato intentando parecer airada sin conseguirlo. Ríe entrecortado.

-Claro que los haces. Adoro esos sonidos tiernos que haces cuando te penetro por vez primera, dispuesta a abrirte a mí, a acogerme. Y también cuando te hago mía con fiereza, cuándo intentas alejarte pero acercarte aún más. Y cuando me transportas al éxtasis en tu calidez, con un gemido trémulo.- Sus dedos ya no sólo me acarician por fuera, también me estiran por dentro.

-Jamie... por favor...- Suplico.

-Todavía no, mo ceann dearg. Tenemos tiempo, todo el tiempo para escucharte gemir así otra vez, aunque no quieras, porque no puedes evitarlo. Quiero hacerte suspirar, como si tu corazón se hinchase tanto con el deseo que temas que pueda romperse. Y quiero hacerte gritar cuando estalles en mis brazos por fin. Así sabré que te he dado placer.- Mis piernas han comenzado a temblar, y él me coge con fuerza por la cintura para que no me caiga. Sus ojos no se separan de los míos reflejados.

-Necesito... yo...- Comienzo a murmurar sin conseguir juntar una oración completa.

-Sí...- Susurra, sabiendo que mueve mis cuerdas.

-Jamie...- Suplico.

-Sshh... Está bien... - Besa mi cuello.- Yo sé lo que necesitas... y te lo voy a dar.


Sus dedos empezaron a moverse con más rapidez, chapoteando en mi excitación. No tardaron en catapultarme al éxtasis, como una goma del tirachinas que sueltas después de mantenerla en tensión. Con un grito ahogado, me derrito en sus brazos, y me coge para que no me caiga al suelo. Mis piernas tiemblan como gelatina.

Me coge en brazos para llevarme a la cama, casi desmadejada. Me deja recuperarme mientras se desviste con parsimonia, mostrándome lo preparado que está en todo su esplendor.

Mi interior todavía palpitaba cuando se acostó sobre mí. Estaba agotada, pero también deseosa de sentirlo en mi interior.


-Avísame si soy demasiado brusco, o si quieres que me detenga. Pero antes de que nos unamos, porque dudo que pueda detenerme después.- Murmuró contra mis labios. Mi única respuesta fue mover mi pelvis y ayudarlo a dirigirse hacia mi hendidura húmeda y palpitante.- Santo Dios...- Musitó James Fraser, que jamás tomaba el nombre del señor en vano.

-Ni se te ocurra detenerte ahora.- Ordené. No salió de mi interior muchas veces antes de gruñir y clavar sus yemas en mis caderas, con brazos temblorosos.

-Enya... no seré... no podré...- Le costaba terminar la frase.- No podré ser suave.


FOREIGNER. // COMPLETA  (OUTLANDER)Where stories live. Discover now