El solo pensar en mi oscuro futuro me hizo temblar. Pero Mitsuki supo aislarme y alejarme de todos esos problemas con sus peculiares caricias.
- Te ayudaré en eso, no te angusties más. Solo relajate.

Él me alejó un poco de su persona para observarme con detenimiento. Era tan hermoso que una vez más me perdí en su dorada mirada. Su mano acariciaba mi mejilla con infinita ternura.

- Déjame entrar a tu corazón Nagi, te prometo no lastimarte.
- ¿Por qué? No tengo nada que ofrecerte Mitsuki....¿qué ves en mí?
- Por favor.

Mitsuki me volvió a abrazar acariciandome con sus expertas manos haciendome sentir en el mejor de los mundos. Pero cuando él quiso besarme se lo impedí.
Quería saber algo más.

- Sé que conoces a mi gemelo. Dime Mitsuki ¿haces ésto por que no puedes tenerlo a él? - Parece que mi pregunta movió algo en él, ya que ví su turbación en su mirada. Había acertado y eso me provocó un gran dolor.

Aunque era conciente de mi situación y que estaba exagerando, ya que él no tenía por qué sentir nada por mí. Pero no podía evitar sentirme muy mal. Eso me llevó a reaccionar. Me hice soltar y dije muy dolido:
- Ya veo, en ese caso inténtalo con Boruto. Él es él y yo soy yo.

Al querer irme, él me sujetó con fuerza y me empujó a la pared provocando en mí un quejido de dolor. Al ver la furia en su dorada mirada sonreí, ya que esa actitud me dió gracia en verdad.

-¿A dónde creer que vas Nagi? - su voz de hielo intensificó mi buen humor en verdad, eliminando de mi ser todo malestar - No recuerdo haberte dado permiso para irte.

- Mitsuki tranquilizate, si amas a Boruto lo lamento por tí, pero deberás superarlo.
-¿Qué dices? Yo no mencioné a tu hermano.
- Entonces ¿por qué pretendiste besarme? A mi no me conoces....

No pude seguir, ya que él me dió un violento y salvaje beso que me sorprendió. Cuando se alejó mi respiración era irregular.

- Mitsuki, no te conviene seducirme si no estás seguro ya que no podrás echarme de tu vida tan facilmente cuando te canses.

Él me miraba más que sorprendido y no era para menos, ya que ignoraba todo de mí. Como ser que esa posesiva actitud suya repentina me facinó al punto que querer abrazarlo y besarlo.

Si tan solo fuese libre, pero lo cierto era que mi situación estaba bastante complicada. Suspiré hondo apesadumbrado.

- Ojalá pudiera amarte como te mereces Mitsuki....me ocuparía de hacerte olvidar a Boruto.

Mi repentino cambio de humor asombró al peliazul quien me soltó pero se mostró preocupado.
- ¿Hablas en serio Nagi?
- Si, te dije que no me conoces. Pero....me encantó conocer a éste nuevo Mitsuki ya que es más excitante - le susurré sin poder evitarlo.

Cuando quise alejarme, él me sujetó otra vez con fuerza pero en ésta ocasión me apretó contra su cuerpo. Podía sentir sus hambrientos dedos en mi espalda, cuyas uñas se incrustaban en mi piel directamente.

Si bien aquello me provocaba dolor, era un dolor más que placentero que solo lograba excitarme.

Pero mi maldita situación arruinaba tan magnífico momento. Ésto me hizo suspirar apesadumbrado. Me apoyé en su cuerpo intentando no pensar en cosas malas.

- ¿Tu único problema es que la polcía te busca para llevarte a un reformatorio? ¿Eso es todo? - en verdad Mitsuki no podía creerlo.

Boruto habría empezado a suplicarle que sea más suave, mientras lloraba desesperado. Pero Nagi, su gemelo, no solo se sentía felíz con esas rudas caricias suyas sino que además parecían excitarlo.

¿Sería posible que al fin haya encontrado a su pareja perfecta?
- Si Mitsuki, sabes que es así.
El peliazúl me abrazó con fuerza, empezaba a enamorarse de verdad de mí. O al menos eso parecía.

- Si te dijera que te amo ¿me creerías?
- No, pero me harías muy felíz.
Aquella sinceridad suya lo hizo reír con ganas. Nagi y él habían sido creados el uno para el otro.
- No dejaré que nada malo te pase Nagi.
- Mitsuki.

Él se abrazó al peliazul con ganas y deseo de ser amado por él. Se apoyó en él mientras seguía mirando la nieve caer. Mitsuki sentía que empezaba a enamorarse de verdad de Nagi.

A su vez Mitsuki seguía acariciando su espalda y costillas con sus feroces garras, que casi siempre se clavaban en la piel, ocasionandole leves heridas que el Nibi hacía cicatrizar en menos de un minuto.

- Podría amarte en serio Nagi - le susurro Mitsuki.
- Y a mí nada me daría mayor placer Mitsuki.

Así ambos sigueron mirando la nieve caer sin dejar de abrazarse mutuamente.

Atrapado (SasuNaru) (BoruShin)Where stories live. Discover now