Dulce Infierno

Capítulo 31.

Este capítulo estará dividido en 3. Y estará lleno de muchas imágenes ajaja, que lo disfruten.

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Son las 11:45 de la noche del domingo y yo aún sin dormir. Mañana me tengo que despertar más temprano porque tengo que llevar a mamá y a los grandulones al aeropuerto.

Pero soy Ada Woods, así que no se en que momento me quedé dormida. Sólo sé que el sonido del teléfono me despertó, veo el reloj de la mesita de noche y marcan las 3 de la mañana, está es la hora de los muertos. Y hablando del más allá, me entra una llamada del mismísimo infierno, Aaron Cromwell.

Espero que no se haya equivocado de número.

- ¿Ujum? —contesto, y me quejo con somnolencia.

- Ada, disculpa que te llame a esta hora —más vale que esté arrepentido de verdad —surgió un viaje a última hora, y tienes que viajar conmigo. Volvemos el martes en la noche.

- ¿Por qué yo? —es lo único que se me ocurre preguntar.

- Porque estamos trabajando juntos en este proyecto.

En 5 minutos me explica de qué proyecto se trata, que empaque ropa para el frío, porque a donde vamos está nevando. Estoy luchando por mantenerme despierta lo juro.

- ¿Escuchaste todo?

No le respondo no tengo fuerzas.

- Ada, dime que no te quedaste dormida —me espabilo.

- No, no, claro que no.

Claro que sí.

- A las 5 paso por ti.

- Nos vemos en el aeropuerto mejor.

- ¿Por qué? —me sorprende que me pida explicaciones.

- Porque tengo que llevar a mamá al aeropuerto —respondo como puedo.

- Yo las llevo.

- A Bruce también.

- Entonces nos vemos en el aeropuerto.

- Que mal educado.

- Otra cosa, Natacha ira con nosotros.

- Mmm... Mejor despídeme y no voy.

- Que mal educada señorita Woods. Solo bromeaba.

Los dos reímos. Y esto está mal, no nos tenemos que hacer bromas sobre la otra persona con quien estamos saliendo. En mi caso es "con quien estoy saliendo" porque Bruce es una farsa.

El como que también piensa eso y me responde incómodo.

- Bueno, te quise llamar antes, para que hicieras maletas.

- Para hacer maletas y conseguir que hago con Coco.

- Puedes dejarlo aquí en la casa. Marta y London lo cuidaran.

Lo pienso y lo pienso. Es lo único que puedo solucionar en dos horas.

- ¿Te volviste a quedar dormida?

- No, sólo pienso.

- No tienes nada que pensar. ¿Qué puedes resolver en dos horas? Otra cosa, la primera reunión es a las 4, así que no hay necesidad de que viajes con atuendo de oficina —perfecto.

Es eso, o que mamá se lo lleve, pero eso implicaría buscarlo el fin de semana cuando este libre y es mucho tiempo sin él.

- Está bien.