Capítulo 80.

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Nos conseguimos con la asesora inmobiliaria en el primer apartamento. Está en un quinto piso de 8 plantas.

- Este es el primero. —habla Krystal. —no te apresures en escoger, todavía hay más.

- Ok. —sonríe dulcemente.

- Este apartamento tiene 3 cuartos, 1 estudio, 2 baños, sala y cocina.

- Mm. Es demasiado grande, seré yo sola.

- Yo pensé lo mismo. —hablo — pero lo escogí porque está en una zona segura.

- Bueno, nos sobra tiempo, este no, sigamos al otro.

Krystal vino en taxi, por lo que viene con nosotras. Resulto estar demente, está loca, nos hace reír un montón contándonos sus malas experiencias en el amor.

- Me toca reír, porque sino imagínate.

- Tienes razón. —le contesto limpiándome una lagrima.

- Aquí, aquí es. —me detengo donde me dijo y nos bajamos.

El segundo apartamento se encuentra en un piso 22, es más pequeño que el anterior.

- Bueno londinense. —ese fue el apodo que le puso. —consta de mas espacio, tiene 2 cuartos, el principal con su baño y otro afuera, cocina, y sala.

London lo detalla y damos el recorrido con ella.

- Me gusta. —lo dice, pero no como quisiera escucharla.

- ¿Pero...?

- Pero no lo siento como lo pensé. Será mi primer apartamento de manera independiente, mi primera vez viviendo sola. Quiero entrar y decir, llegue a mi espacio.

- Y este no lo logro, lo entiendo. —le digo y revuelvo su cabello. —yo sé cuál te gustará, sigamos.

2 apartamentos más y nada, así que decido llevarla al que se, le gustará.

- Nos saltaremos los demás. Iremos al que está en el noveno piso Krystal.

- Hagámoslo.

London con solo ver la entrada ya está flechada. No es el aspecto común lujoso, tiene unas escaleras de piedras rusticas, con jardín a los lados, flores y una fuente.

El apartamento es otra cosa, lo había visto por fotos cuando lo escogí, pero no le hace merito a como es en realidad. Es de dos pisos, pero aun así no es tan grande.

- Bueno. —comienza Krystal– este consta de dos habitaciones, el principal con su baño incluido, se encuentra en el segundo piso. La otra habitación esta abajo en el pasillo, igual que el baño. La cocina es abierta, con vista a la sala... —iba a seguir pero la interrumpe London con un gritico.

- ¡Ahhh! ¿Sabías que me iba a gustar este en específico por la cocina, cierto? —teclea en su teléfono.

London se encuentra estudiando Artes Culinarias, al ver esta cocina grande y espectacular, pensé en ella, me la imagine practicando ahí.

- Pues sí. —sonríe y me abraza.

- Este. Escojo este.

- ¿Segura? No has visto las habitaciones. —dice Krystal, London nos toma por el brazo y nos arrastra al segundo piso.

Hacemos el recorrido y volvemos a bajar.

- Las habitaciones lo que hicieron fue enamorarme más.

- Si no lo comprabas tú, lo hacía yo.

Es que es hermoso, el piso, el techo y las columnas son de madera oscura, dando un aspecto rustico pero delicado y elegante. Es perfecto para ella.

» Y tienes una buena terraza para cuando hagas tus prácticas y nos invites. —le comento.

- Sí, sí, sí. —da pequeños salto.

- Entonces prosigamos con el papeleo.

- ¡Hagámoslo bebé!

La ayudo a explicarle el contrato y a rellenar lo que no sabe.

- Nada más falta la firma. ¿Tú serás su representante en esto? —me mira Krystal.

- ¿Yo? No. —alzo mis brazos riendo.

- No, será mi hermano. Ya está subiendo. —se paraliza mi corazón y London me da una mirada de disculpa.

- Perfecto, entonces esperémoslo. —habla la asesora ajena a todo.

2 minutos y 36 segundos después, sí, porque los conté, llega Aaron y automáticamente inunda el espacio con su perfume. Veo el desconcierto en su mirada cuando me ve, pero después actúa como si nada. Tiene la nariz peor que ayer, u aun así luce jodidamente caliente.

Noto como Krystaal se lo come con la mirada, y no la culpo, Aaron va vestido casual, con una camisa blanca dejando ver sus tatuajes y músculos, con un pantalón negro y zapatos deportivos. Si se colocaba aquel pantalón color crema, estaríamos casi iguales.

Se acerca a nosotras y saluda a su hermana con un beso en la mejilla, sigue con Krystal, con quien estrecha su mano presentándose, llega hasta donde estoy yo, y estos meses junto a él conocí tanto sus miradas, cada una de ellas, y sus gestos. Así que se, que está cuestionando el cómo saludarme; se inclina y me da un beso, no en la mejilla, sino en la comisura de los labios. Alzo la vista y tiene una sonrisa de lado.

«¡Idiota!»

«¿Y a este que le pico? Actúa normal Ada» Comenta Cleopatra en una mesa de control apunto de presionar el botón rojo de emergencia.

«Eso hago»

- Un placer conocerlo señor Cromwell. —dice Krystal y se acomoda el cabello, el solo asiente.

- ¿Este fue el que te gusto?

- Siii. Ada hizo un buen trabajo, sabía que me iba a gustar.

- Hazme un recorrido, no pienso firmar sin verlo.

- Vamos hermanito. —me quedo sola con Krystal.

- Wow, wow, y más wow.

- ¿Qué?

- ¿Viste a ese hombre?

- Sí.

- Hasta con la nariz así luce bueno. —rio porque es cierto, pensé lo mismo. 

Dulce Infierno Where stories live. Discover now