Capítulo 17.

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Quiero hacer una pequeña acotación para las que están comenzando a leer, esta es mi primera novela, ya voy por el capitulo 92, no sabia como narrar los capítulos de Aaron, por lo que repetía los días desde su punto de vista, mas adelante corregí eso. Por los momentos les parecerá repetitivo y hasta aburrido leer lo mismo dos veces, ya cambie la manera de hacerlo, mas adelante es diferente. Y no puedo simplemente eliminar esos capítulos porque seria confundir las cosas mas adelante, paciencia leyendo jajajaja.


"Aaron Cromwell"

Me despierta el sonido de la alarma el cual sigo intentando apagar después de dos intentos. Empiezo mi día como es de costumbre. Me estiro en mi cama y decido levantarme para darme una ducha, si yo no trabajo nadie lo hará por mí.

Termino de ducharme y me decido por un pantalón negro, camisa blanca totalmente abotonada y chaqueta negra.

Recibo un mensaje de Jorsh mientras estoy bajando a desayunar.

"Acuérdate de la reunión de hoy al medio día"

Jorsh parece una secretaria, aunque a decir verdad es más que eso por eso decidí que fuera jefe de un piso completo.

"Si mamón"

Apenas llego a la cocina puedo detectar el olor de tocino, Marta parece que leyera mis pensamientos, cada vez que me despierto con ganas de desayunar algo en específico ella ya lo está preparando.

Me detengo a su lado y le doy un beso en la frente, Marta se ha encargado de mi desde que nací, era la que hacia todo en la casa desde limpiar, hasta sacarme los gases, mi mamá siempre estaba lo suficientemente ocupada trabajando o vaya a saber qué demonios hacía. Deje de preocuparme y mendigar por un poco de su cariño a los 4 años, creo que por eso siempre he sido tan maduro desde pequeño. Por eso es que una vez que me mude solo a los 18 años le pedí a Marta que se fuera a vivir conmigo dejando a mamá con mi otra hermana, apenas ella cumpla los 18 le comprare una casa, porque se lo miserable que es vivir con mamá. En fin, siempre he visto a Marta como mi figura materna.

- Desayuna hijo mío. London llamo, que se quedara aquí porque tu mama se ira de viaje por una semana.

Típico de ella, viajar y no preocuparse por sus hijos.

- Gracias, cuando salga de la reunión la llamare.

- No has dejado de trabajar, te mereces un descanso, no todo en la vida es trabajar —me mira con dulzura.

Cuando terminé de desayunar me dirigí al estacionamiento para montarme en la camioneta. Enciendo el reproductor y me dirijo a mi compañía.

Entro al edificio y todos empiezan a correr, a sentarse derechos y a hacer su trabajo. No me gusta demostrar que soy un jefe amargado pero si no lo hago nadie hará bien su trabajo. Entro al ascensor privado, solo Jorsh y yo poseemos la clave, mientras asciende le escribo a Jorsh informándole que ya voy subiendo.

Llego al último piso y saludo a mi secretaria solo con un movimiento de cabeza, no me agrada saludar a mis empleados con sonrisas. Llego a mi oficina dejo el maletín y salgo a la sala de reuniones, la puerta está abierta, ahí está Jorsh, y una mujer con un vestido, esta inclinada colocando las carpetas en la mesa.

-Bastardo por fin sirves para algo. —digo y nos saludamos de puños.

-Si porque tú eres el jefe y solo mandas, no haces nada.

-Para eso soy el jefe. —y es cierto, ya me basta con mantener esta empresa como para encargarme de organizar la sala de reuniones.

Le hago señas a Jorsh señalando a la mujer inclinada preguntándole quien es con un gesto silencioso. Como si hubiese escuchado mi pregunta se voltea y ahí está con sus perfectos ojos marrones claros, desde un principio me atraparon porque son idénticos a los míos, se ve como una diosa con ese vestido pegado a su cuerpo demostrando que no está nada mal.

Dulce Infierno Where stories live. Discover now