capítulo 81.

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Aaron Cromwell.

"¿Hermanito?" Frunzo mi ceño al oír esas palabras de London, y al llegar al según piso adivino el porqué.

Voy delante de ella y veo como pasa uno de sus zapatos volando por mi derecha.

- Suerte que tienes mala puntería. ¿Qué coño te pasa?

- ¿Qué coño me pasa? -le alzo una ceja por la palara que acaba de repetir y entienda que no puede hacerlo. -¿Por qué dejaste a Ada?

- Si termine con ella per...

- ¡Lo sabía! Sabía que habías sido tu quien termino. No me lo dijo, esto se llama psicología inversa. Nada más me dijo que se separaron. Ahora que ya te fuiste de bocon, explícame por qué la terminaste.

Los que piensen que con London no se puede tener una conversación madura por tener casi 18 se equivocan. London siempre ha sido de dar respuestas que te dejan pensando, desde pequeña.

- No sé. -suspiro.

Ya está, lo dije.

- ¿No sabes?

- Es que... me cegué ¿sí? Y todavía, pero menos que antes.

- ¿Estas arrepentido?

- Digamos que sí.

- ¿Y porque no tratas de recuperarla?

- Porque hasta n o saber la verdad no podré vivir en paz.

- ¿Qué verdad?

- Una historia no apta para tu edad.

- Idiota. Te veré como un perrito faldero, sigamos en el recorrido.

Ada le dio justo en el clavo con este apartamento, es grande, pero no tanto como para una sola persona, London no necesitara tanto espacio. Veo sus ojos iluminados cuando me dice lo que piensa hacer en la terraza cada vez que tenga proyectos que presentar.

- Recuerda que solo te encargaras de ayudarme con el apartamento. De resto, resuelvo yo. -ruedo los ojos, ella podrá decir eso, pero estaré encima de ella por si necesita algo.

Pasamos a la sala donde hay nada más unas sillas y una pequeña mesa. Ada está tecleando en su teléfono y riendo, la llaman y sale a la terraza para hablar.

- Te daré visitas sorpresas, para ver en que andas.

- Aronn.

- ¿Qué?

- No te sorprendas entonces cuando me consigas fumando hierba. -abro los ojos y ella suelta una carcajada -nada más mira tu cara, es broma.

- No hagas que me arrepienta.

- Firma ya.

- ¿Cómo eran el resto de los apartamentos? Esta es una gran decisión.

- Ven y te muestro.

Abre una laptop que sé, es de Ada. Solo ella tiene una laptop con una pegatina de las chicas súper poderosas.

Me siento y London lo hace en mis piernas, abre la laptop y noto que en el escritorio todavía tiene una foto de nosotros en el fondo de pantalla, como yo en mi teléfono... Aun. Es esa que le tome en la nieve.

Pero lo que más llama mi atención es un documento que nombró "Maldito Aaron", no es una imagen, aparece el símbolo de "Play", es un video. London me muestra las imágenes y logro prestarle un poco de atención.

- London, London, deja de hablar. -ella hace silencio y luego me mira. -¿Somos hermanos no?

- Sí. -responde dudosa, como si de verdad se lo planteara -¿O es que no lo eres?

- Si idiota. -le respondo -¿Siempre me vas a cubrir, verdad?

- Depende. No iré a la cárcel por cubrirte si matas a alguien y pides que lo enterremos.

- Tú solamente hazte la ciega.

- ¿En dónde estás Aaron? No te veo. -se hace la ciega y comienza a tantear en el aire.

- Eso, así pequeña mocosa.

- Colabora Aaron. -me acribilla con la mirada.

Si fuese otra cosa no me importaría, pero dice "Maldito Aaron". Al decir mi nombre me da derecho de ver, ¿no?

Lo más rápido que puedo y con la suerte de que en el apartamento está el Wifi encendido, me envío el video por correo, lo elimino de su bandeja de enviados y volvemos a dejar la laptop en donde estaba, antes de que entre por la puerta.

Mi teléfono vibra avisándome del nuevo correo, ella entra y le sonio. ¿Qué estarás ocultando en ese video Ada Woods?

La asesora interrumpe mis pensamientos cuando carraspea y fijo mi mirada en ella, quien me sonríe.

- ¿Y bien? ¿Te gusto?

- Está bien para ella.

- Ya Ada leyó el contrato. Verifico que todo estuviese en orden. ¿No hay problema con eso?

- Confío en ella. -escucho como resopla.

- Entonces la firma es lo que falta. -me facilita el documento y firmo.

Mi pequeña se mudara sola.

- Sabes que te puedes quedar en casa cada vez que quieras, no estamos a más de 10 minutos.

- Solo iré cuando me quede sin comida y me dé pereza cocinar. O cuando extrañe a Marta.

- O quedarte dos días a la semana.

- De eso nada, para eso tengo ya un apartamento. Gracias grandulón. - se tira a mais brazos y la recibo gustoso.

- No crezcas más. -beso su cabello.

- Y tú no seas tan idiota. -besa mi mejilla.

- Te invito a comer.

- De hecho, quería ir a comer con Ada y Krystal. -las dos voltean con cara de no saber nada sobre eso.

- ¿Y no estoy invitado?

- No. -dice Ada bajito, pero logro escucharla.

- No hay problema. -dice Krystal y sonrío por dentro al ver la cara de Ada.

London me ve queriendo reprenderme, veo a Krystal y se está arreglando, veo a Ada, y bueno, me quiere lanzar rayos con la mirada, pero la quiero molestar aún más.

- ¿Trajiste auto Krystal?

- No.

- London y yo te llevamos.

Salimos y London le da la dirección a Ada, se sube al auto, cierra la puerta. Y ella siempre será de esas mujeres que lo que se ponga le queda bien, y es así como luce ahora. Paso por delante de su auto para montarme en mi camioneta, y noto que me saca el dedo del medio. Cubro mi boca fingiendo estar ofendido y luego le muestro el mismo dedo.

Dulce Infierno Where stories live. Discover now