Capítulo 76.

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¿Dije sin omitir una palabra? Aaron no ha dejado de hablar hoy, pero sólo para darme órdenes. Es un jodido infierno, nada le gusta, es como al principio de todo.

A las 11, antes del almuerzo lo miro de reojo y lo pillo observándome, al percatarse de que lo descubrí vuelve a su cara de culo. Luego de unos segundos se acerca a mi escritorio y me habla.

- Te puedes ir, ya no te necesito más aquí.

- ¿Por qué? Si aún tengo trabajo.

- Porque si, lo terminas mañana.

Aaron ni cuando teníamos ganas de ir a acostarnos o hacer lo que quisiéramos me mandó temprano a la casa. Me extraña su decisión tan repentina.

Tomo unos cuantos papeles que tenía en el escritorio y los meto en mi bolso. Es viernes, así que no lo veré más hasta el lunes.

Entro al baño, me retoco el maquillaje, un poco de perfume y vuelvo a salir. Lo encuentro sentado en la silla, y a Amanda inclinada diciéndole algo, o mostrándole los pechos mejor dicho.

Paso por su lado y ambos se quedan callados, no tenía la intención de despedirme pero como es Aaron el jefe del infierno, me llama.

- Puedes retirarte Amanda. Ada, regresa.

- ¿Qué desea señor Cromwell? —le pregunto una vez que estamos solos.

- Acuérdate que primero van los modales, cuando salgas por lo menos puedes decir hasta luego jefe. —que ganas de joderme la vida hoy —no creas que porque tuvimos algo, tienes beneficios o derecho de hacer lo que quieras.

- No me interesa tener ningún beneficio, y no me creo con derecho de hacer lo que quiera tampoco. Simplemente te vi ocupado hablando con Amanda y no quise interrumpir.

- Más educación para la próxima. —estoy tentada a rodar los ojos.

- Si jefe. —sé el efecto que tiene en él esa palabra. —¿Algo más?

- No señorita Woods, puede retirarse.

- Que tenga feliz fin de semana. —le regalo una sonrisa hipócrita, me faltó sólo la reverencia.

Quiero ir a la casa a dormir, pero tampoco me hundiré en esta tristeza. Le escribo a Holly diciéndole que iré a su casa a cocinar, cuando se trata de que le cocinen, siempre dirá que sí.

Estoy sacando el teléfono del bolso para avisarle a Holly que llegué y veo un papel. Lo detallo bien y me doy cuenta que es uno de los planos que le estaba haciendo a Aaron, respiro y decido llevárselo cuando termine de comer, por los momentos que espere, mi hambre es más importante.

Entro e ignoro esta molestia en el estómago, como cuando pasó lo de Aaron. En la cocina está Holly de pie al lado de la isla, me doy cuenta de que está llena de comida... pero sin preparar.

- Esto es lo que quiero que me cocines.

- ¿Tú me vas cara de qué?

- De mi chef privada.

- Es mejor que empec...

- Ya va. —alzo mi mirada y la veo.

- ¿Qué?

- ¿Qué estás haciendo aquí a esta hora?

- Tu hermano me corrió temprano.

- ¿En serio? Es raro.

- Yo también pensé lo mismo. Pero no quiero pensar en él, comenzaré a cocinar.

- Déjame llamarlo. —ruedo los ojos y ella marca las teclas, después de un tiempo parece contestar —Oye cabron... —dice y sale de la cocina.

Escojo las verduras y las pico.

Dulce Infierno Where stories live. Discover now